La Alianza Evangélica Española considera inconstitucional el despido de una profesora de religión católica por su vida privada

Sólo acepta de lo expresado por el Constitucional un sólo aspecto: “en lo que al funcionamiento interno de las instituciones se refiere”, ya que “cualquier entidad ideológica (religiosa, política o de otro tipo) está en su derecho de establecer una normativa de principios y conducta, que sea parte de pertenecer a dicha entidad; siempre y cuando el aceptarlas (o abandonarlas) sea algo no coaccionado y responda a una libre decisión de la persona”.

Sin embargo, añade, un Estado aconfesional “no puede aplicar nunca en sus empleados públicos una normativa confesional”, ya que supone en su opinión una total violación de la separación entre las Iglesias y el Estado.

La situación creada, dice Tarquis, pone en evidencia una vez más “los fuertes contrasentidos que supone mantener una enseñanza confesional religiosa en la enseñanza pública”. Además, añade, es un agravante que sea el Tribunal Constitucional, el encargado de aplicar y velar por la aplicación la Constitución española, quien se ha convertido en garante de una acto inconstitucional. Además, entiende, sienta precedentes de posibles consecuencias también graves.

Buscando una perspectiva más humorística, y “sin quitar en absoluto seriedad a este tema”, dice Tarquis que la conocida frase "Con la Iglesia hemos topado" tendrá que ser sustituida por una más actual: "Con el Constitucional hemos topado, amigo Sancho".