El templo se levantaría en terrenos ya adquiridos en Medina Azahara y de su financiación se ocuparía capital saudí y de otros países árabes. Esta iniciativa se une a la prevista construcción en el barrio sevillano de Los Bermejales de otra gran mezquita. Se calcula que en Andalucía, donde ha aumentado la población inmigrante de origen musulmán y han proliferado las comunidades de conversos de origen español, hay un centenar de mezquitas.
Quienes siguen de cerca los proyectos de Córdoba y Sevilla recuerdan las reivindicaciones que sobre «Al Andalus» hacen no sólo los grupos islamistas radicales. De hecho, tanto para los extremistas como para los moderados, Andalucía tiene una evocación histórica y es en este contexto donde las fuentes consultadas sitúan el interés de «hacer más visible» el islam en la Comunidad andaluza. Así, la iniciativa de construir en Córdoba lo que sería la segunda mezquita más grande del mundo y, por tanto, un centro de peregrinación para musulmanes europeos, se ha reactivado en las últimas fechas.
Los terrenos donde se proyecta la iniciativa de convertir Córdoba en una alternativa a la Meca se encuentran en una zona marcada por la presencia de los árabes en España: Medina Azahara, área que acoge el conjunto arqueológico de la ciudad califal.
LA SITUACIÓN ACTUAL
La intención del Ayuntamiento cordobés es darle largas, como ya ocurrió a finales de 1999 y principios de 2000, cuando los mismos grupos islámicos plantearon el proyecto «Al Mansur», cuyo objetivo, como el de ahora, era la compra de terrenos en Medina Azahara para construir una mezquita. En esa ocasión, el consistorio sometió el proyecto al criterio de la Universidad de la ciudad. El diagnóstico de los intelectuales no fue favorable. Sus argumentos se basaron en que tanto el lenguaje como su contenido se alejaban de lo que se considera una iniciativa cultural, mientras que eran evidentes sus planteamientos de islamismo radical.
La alerta de que los mencionados grupos de españoles conversos persisten en su interés de convertir Córdoba en el mayor centro de peregrinación de Europa para los musulmanes ha saltado esta misma semana. La mecha la encendió el pasado jueves el presidente de la Junta Islámica de España, Mansur Escudero, cuando anunció que los musulmanes irán a rezar a la mezquita de Córdoba. Para lanzar tal aviso, el presidente de la Junta Islámica preguntó al también obispo de Bilbao por qué los musulmanes no pueden orar en la mezquita de Córdoba, a lo que el prelado respondió «que era posible que no estuvieran permitidas las oraciones públicas, pero no así las personales o individuales».
Ello fue utilizado por Escudero para lanzar su mensaje de que los musulmanes podían ir a rezar a la Mezquita de Córdoba, una interpretación que fue rechazada por la Conferencia Episcopal. En concreto, puntualizó que monseñor Blázquez «no ha recomendado ni recomienda» que los musulmanes «recen de ningún modo» en la Catedral de Córdoba.
OTRA MEZQUITA EN SEVILLA
Las fuentes consultadas consideran que este plan cuenta con el respaldo de un sector del PSOE de Andalucía, del que forman parte españoles conversos. Y en este sentido recuerdan que fue el Ayuntamiento de Sevilla el que ha hado luz verde a la construcción de una gran mezquita en unos terrenos municipales situados en la zona de Los Bermejales. El solar tiene 6.000 metros cuadrados y está muy próximo a la ronda de circunvalación SE-30, para un fácil acceso al templo y para que sea visible desde lejos, dos características que solicitaron los musulmanes sevillanos al Ayuntamiento.
Pero las obras aún no han comenzado porque los vecinos de Los Bermejales han interpuesto un recurso y el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 4 de Sevilla ha ordenado la suspensión cautelar de la construcción de la mezquita que la Comunidad Islámica de España pretende edificar.
Los vecinos se han echado en varias ocasiones a la calle para denunciar la construcción y en una de las convocatorias hicieron un comunicado en el que señalan que la «mezquita está financiada por un país no democrático que establece el islam como la religión oficial».
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