Henar Corbi es hija de “padres republicanos, humanistas y laicos”. Tienen que salir exiliados de España durante la guerra civil, y ella nace en Francia. Aquí oye por primera vez hablar de los protestantes, “porque en el exilio nos ayudaron”.
UNA NIÑA EN EL EXILIO
A los 15 años, contacta de nuevo fortuitamente con los protestantes en Inglaterra, para aprender inglés. Este fue su primer contacto con la fe, ya que esta familia (de cuáqueros) influyó mucho en ella. Con ellos fue a un culto y su padre la vio tan impactada que le dio libertad total para seguir en contacto con ellos y tomar sus propias decisiones en cuanto a su vida espiritual.
El segundo contacto fue a través de una profesora de español en la Universidad de La Sorbona. Esta profesora era protestante y de ella aprendió por su conducta y su ética. Al cabo de algunos años entendió que muchos de sus profesores eran protestantes…deduciéndolo sobre todo por la educación en valores que le dieron.
Cuando volvió a España aún con Franco en vida, recuerda cómo su marido era perseguido continuamente, porque había sido encarcelado en Carabanchel y torturado. Para ella este mundo del miedo era algo nuevo y desconocido, porque venía de un país libre como Francia. Dio clases “en un colegio de monjas progresistas”, donde se reunían también con curas obreros, en la etapa previa a la democracia. Quiere rescatar “en honor a la verdad, esa parte de la iglesia católica abierta que contribuyó a la democracia, representada en Tarancón”, afirma.
De su etapa en la Asamblea de Madrid tiene tres recuerdos muy impactantes. El primero, el día en que se trató el tema de la impunidad en torno a Pinochet, estando presente la viuda de Carmelo Soria, quien había sido asesinado por Pinochet. En segundo lugar el día que se trató el tema de las dificultades de los gitanos (muchos de ellos evangélicos) que fueron traspasados a Valdemingómez, “un lugar siniestro. Cuando se debatió el tema estuvieron presentes los gitanos en la Asamblea de Madrid. Era la primera vez que este colectivo marginado accedía a la dignidad de un espacio público”. Por último cuando se constituyó un grupo de trabajo con los representantes de las confesiones minoritarias, con la presencia de las tres religiones en la Asamblea de Madrid.
EL PRESENTE
De su trayectoria aprendió, dice, que la laicidad es básicamente el respeto a la religión del otro. “Construir la sociedad siempre tiene que ser teniendo en cuenta al otro. Avanzar en la democracia era trabajar con la base de la laicidad. El laicismo y el pluralismo religioso son absolutamente compatibles. El pluralismo religioso, su visibilidad y dignificación en el espacio público es la garantía de la laicidad en la sociedad”.
Ahora, ya en la Dirección General de Asuntos Religiosos, tiene encomendado el desarrollo de la ley orgánica de libertad religiosa y de los acuerdos con las confesiones minoritarias bajo la dirección de Mercedes Rico. Aunque Henar Corbi trabaja sobre todo en el seguimiento del mundo judío y del mundo protestante.
EL “PREMIO UNAMUNO, AMIGO DE LOS PROTESTANTES”Por la reciente concesión del premio “Unamuno, amigo de los protestantes” ha recibido muchas felicitaciones de amigos, algunos que hacía mucho tiempo que no veía, "debe ser la difusión que vosotros le habéis dado", dice.
Su reacción ha sido de sorpresa ante el premio, y su reflexión ha girado en torno a si es merecedora o no de este galardón. Esto le ha hecho volver a pensar en todos los que han contribuido a su formación en el sentido espiritual. “No me pertenece exclusivamente, sino a todas las personas que me han enseñado a pensar (sus padres y profesores). Y con quienes he compartido estas batallas para dignificar el mundo protestante: no he hecho más que cumplir con mi deber”.
Su sueño en cuanto a la convivencia plural en España pasa por dos aspectos principales. El primero, que hay que trabajar mucho más por el respeto. Vencer la trasmisión del desprecio al que es diferente.
La segunda idea es la dignificación del espacio público del hecho religioso en su pluralidad. Por eso, dice, los acuerdos del año 92 entre el Estado y las confesiones reconocidas como “de notorio arraigo” (judíos, protestantes y musulmanes) son muy importantes.
También ve necesario rescatar algunas memorias históricas: recordar la España medieval donde brillaron algunas luces, donde el islam y el judaismo fueron parte de estas luces; luces que “volvieron a través de los protestantes en el siglo XIX y XX (lo que llaman la segunda reforma). Hay que recordar también un encuentro muy especial entre los ideales republicanos y el protestantismo”.
MULTIMEDIA
Pueden escuchar la entrevista completa
AQUÍ (audio, 3'8 Mb)
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