“El inmigrante es una bendición para el país, pero no podemos dejar de ser realistas y reconocer que también hay problemas. Tenemos el peligro del miedo al extranjero. El miedo se transforma en agresividad”, dice Jaumne Llenas.
LOS MIEDOS
¿Miedo a qué?: a que nos quiten todo (a que nos quiten el trabajo, lo que es nuestro, nuestro idioma, nuestra cultura, nuestras subvenciones..), contesta Llenas, “pero también el inmigrante siente miedo ante la nueva sociedad. Siempre es el miedo el problema, la obsesión de que “Vienen a robar lo que es nuestro”.
Jaume Llenas sin embargo ve un tema de fondo raíz de otros problemas: la información sesgada que a algunos interesa dar. Por ejemplo, dice, la mayoría de los inmigrantes son menores de 35 años, los legales cotizan la seguridad social, porque tienen su contrato de trabajo. Pero se benefician poco de la Seguridad social, porque apenas la usan. En España sin embargo, la población se ha ido haciendo mayor, usa más de la medicina pública. La delincuencia es otro tema candente. Las estadísticas dicen que la mayoría de los delincuentes son inmigrantes. Pero la estadística se hace sobre la globalidad de la población. Sion embargo, entre 25 y 35 años el número de delincuentes en ambas poblaciones es muy parecido. Las estadísticas o encuestas están sesgadas.
“No podemos negar que hay un aporte de riqueza muy importante. Y no sólo en lo económico. En el aspecto cultural España es uno de los países de razas más mezcladas, ya que ha sufrido invasiones a lo largo de toda la historia”. Lo que comenzó en el pasado sigue produciéndose.
LA BIBLIA HABLA DEL EXTRANJERO
La historia de la humanidad es la historia del desplazamiento humano. “A Abraham Dios le hace emigrar. Israel, es inmigrante a través del desierto. Jesús es niño es casi un prisionero político, que tiene que emigrar, huir. Jesús probablemente vivió como un sin papeles en Egipto”.
El inmigrante, dice la Biblia, tiene que ser tan querido como un nacional. “Las personas más desfavorecidas se convierten en los más protegidos. El cuadro de la humanidad es cómo Dios lleva de vuelta a casa al inmigrante”.
LAS LEYES
La Biblia manda que la sociedad acoja al de afuera, enfatiza Jaume. “El que entra tiene que ser recibido como el nacional. Esa protección tiene que traducirse en leyes. No son sólo sentimientos, sino que Dios convierte la protección en leyes, que concedan los mismos derechos”.
Por otra parte, los Estados tienen el derecho y deber de regular los flujos migratorios. “Pero la realidad es que la capacidad de acogida es menor que la necesidad. Hay que establecer los cauces. Papeles para todos es una mala solución. Pero cuando un inmigrante entra tenemos que facilitarle el mismo estilo de vida que nosotros tenemos. No podemos permitir que se eternice su situación. No podemos importar una bomba que luego nos estalle.“
LA IGLESIA
La iglesia como parte de la nueva humanidad en Jesús “ya no tiene judíos ni griegos, mujer ni varón, esclavo ni libre. La iglesia es el germen de esa nueva sociedad. La maldición de Babel se transforma en una sociedad que es capaz de trascender las diferencias. Debemos ser capaces de integrar al que es distinto, en lo natural y en lo espiritual”, reflexiona Jaume Llenas.
Pero a veces las cosas toman su tiempo, reconoce. “En una primera generación es más difícil por el problema del idioma y la cultura. La segunda generación lo tiene más fácil. Pero es un proceso que lleva su tiempo. No puede consentirse que hayan gestos dentro de las iglesias”.
La conclusión sería que el inmigrante tiene que ser amado “como yo mismo”: “Amarás al prójimo como a ti mismo”. Su mensaje ha traspasado todas las barreras, todos los idiomas, de todos los pueblos hizo uno. “Todos somos uno en Jesús”, dice Llenas.
MULTIMEDIA
Pueden escuchar una entrevista de Esoperanza Suárez a Jaume Llenas sobre este mismo tema (4 Mb)
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