Cicinho, primer evangélico que es futbolista del Real Madrid

El internacional brasileño se incorporará tras el parón navideño, en el próximo entrenamiento del 29 de diciembre de 2005. Cicinho se proclamó campeón del reciente Mundial de Clubes con el Sao Paulo, tras vencer en la final al Liverpool.

El jugador de 25 años fue convocado por primera vez para la selección brasileña en abril pasado, para un amistoso contra Guatemala, y desde entonces quedó claro para el técnico Carlos Alberto Parreira que había encontrado la solución para uno de sus mayores problemas: el relevo de Marcos Evangelista de Moraes "Cafú", el más veterano de los jugadores de la selección brasileña y el futbolista que más veces ha vestido la camisa canarinha -tendrá 36 años en 2006, cuando se dispute la Copa del Mundo de Alemania-.

Sus peligrosas y continuas subidas al área rival eran una de las principales armas ofensivas del Sao Paulo, así como su fuerte remate. Prueba de ello son los nueve goles que anotó con el Sao Paulo en la última temporada pese a ser un lateral y que lo convirtieron en el segundo mayor anotador del club tricolor.

CRISTIANO EVANGÉLICO
Así como muchos jugadores brasileños, entre ellos Kaká y Cafú, Cicinho es un evangélico convencido; y reconoce y atribuye públicamente a Dios tanto sus capacidades futbolísticas como sus logros deportivos.

El lateral, cuya principal afición después del fútbol es la pesca, alcanzó la fama en el Sao Paulo tras haber pasado sin mucha notoriedad por el Atlético Mineiro en dos oportunidades, en 2001 y 2003, y por el Botafogo carioca, en 2002. Precisamente (como narra en una entrevista que pueden leer AQUÍ) su mayor crisis espiritual se produjo cuando le llegó el éxito y el bienestar económico, que le llevó a una vida desordenada de la que “gracias a Dios” pudo deshacerse para continuar su actual brillante trayectoria deportiva.

Su maleta en las concentraciones no se podría concebir sin una Biblia dentro, y no se ruboriza al reconocer que no se va a la cama sin nates haber hablado con Dios en sus oraciones.

Y cuando sus compañeros matan las horas previas a los partidos retándose a la Playstation, él prefiere aislarse con sus discos de música gospel. Así, dice, es como realmente se relaja. A solas con Dios.