Feliz día nuevo

Como todos saben, el año natural representa lo que tarda la Tierra en dar la vuelta al Sol. Al ser una circunferencia, cada cultura hace el corte de “viejo” a nuevo” cuando quiere; pero la realidad es que damos vueltas en círculo.

Es decir, es un cálculo artificial, como artificial es el calendario y la fecha del “fin de año”, o si nos apuran la vida misma en muchos aspectos.

Sin embargo, algo que coincide en todas las culturas, épocas y sociedades, es el inicio del nuevo día (vamos a dejar los polos para no liarnos con una excepción geográfica).

Cada día es nuevo. El sol, el aire, lo que nos rodea puede a veces parecer igual, pero el día es absolutamente nuevo, a estrenar. Incluso ese misterio profundo que es el sueño sirve para abrir un paréntesis entre noche y nuevo día (muerte y resurrección cotidianas).

Muchas personas arrastran cadenas que trascienden este ciclo diario, y se levantan con las mismas ataduras, penas o cargas.

Pero aunque las circunstancias alrededor puedan aparentar un “deja vu”, lo cierto es que cada amanecer es la oportunidad de iniciar un nuevo ciclo, cambiar lo que nos rodea, entender la vida de una nueva forma diferente.

Porque a menudo “el problema” no son “los problemas”, sino de qué forma nos enfrentamos o buscamos soluciones a los mismos.

Uno de los textos bíblicos del apóstol Pablo en Romanos 12:2 dice “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.

No te conformes a dejarte arrastrar por la corriente que te rodea.

Renueva tu entendimiento.

Y para eso, busca a Dios, que es quien de verdad revoluciona las ideas, el corazón y las sociedades (por supuesto, NO una iglesia o una religión).

¡Feliz día nuevo!