En la reciente película de Peter Jackson “El Hobbit” hay un momento particularmente cómico. Tres grandes trolls hambrientos en plena noche, encuentran a Bilbo y sus compañeros enanos desprevenidos, aprovechando para capturarlos uno a uno. El drama que podría suponer el posible fin de los protagonistas torna en comedia cuando Bilbo, en un acto de ingenio, se las arregla para distraer a los trolls preguntándoles cómo piensan cocinar a los enanos. Les pregunta qué hierbas van a usar, si deberían asarlos con sal o pimienta... Los obtusos gigantes, distraídos en semejante discusión, no se dan cuenta de la estratagema hasta que llega el mago Gandalf, con la luz del amanecer. Esa luz hace que los trolls queden petrificados para siempre y la compañía de enanos pueda continuar su camino y misión.
Esta simpática historia nos recuerda en parte al quehacer diario de revisión de comentarios en Protestante Digital. Como la compañía formada por Bilbo y los enanos tenemos una misión (la nuestra es informativa y formativa) y en nuestro camino se presentan obstáculos: “trolls”, en este caso digitales, que parecen querer devorar nuestra intención y hacernos parte de su propio alimento. Personas que casi siempre bajo el anonimato intentan utilizar nuestros foros para su propio beneficio o interés, sea este algo concreto, o simplemente para reventar el sistema.
La labor de moderación de comentarios es particularmente ardua Una labor que además va en un aumento vertiginoso según crecen las lecturas
Un tema recurrente es el relacionado con el catolicismo. Es la religión mayoritaria en España y gran parte de Latinoamérica y por ello informamos a menudo de asuntos relacionados con la Iglesia Católica, con una perspectiva a menudo crítica, pero les podemos asegurar que muy lejos de lo destructivo, y siempre obviando la ofensa gratuita. No es nuestra intención convertir Protestante Digital en un lugar de enfrentamiento constante entre posiciones doctrinales católicas y evangélicas, aunque entendemos que haya noticias o
artículos concretos donde sí se pueda y deba dar este debate.
Lo que no vemos adecuado tolerar es que algunos comentaristas actúen (consciente o inconscientemente) como “trolls” en aquellas noticias que nada tienen que ver con el catolicismo, pero que constantemente intenten “arrimar el ascua a su sardina”, convirtiendo cualquier asunto y tema en una defensa del catolicismo tridentino y un ataque al cristianismo evangélico (en ocasiones con razones lógicas, pero la mayoría de las veces con tópicos y prejuicios basados en desinformación, que llevan a una provocación).
De la misma forma, pedimos a los cristianos evangélicos que cuando opinen de otros colectivos, incluyendo los católicos, lo hagan pensando en su mejor amigo que es un buen católico (o una excelente persona de orientación homosexual, o un educado ateo). Difícilmente le dirán que el Papa es el Anticristo o la Iglesia Católica la Gran Ramera, por poner dos ejemplos de opiniones que nos parecen fuera de lugar (y que nunca publicamos en las cartas de los lectores). Que no se cumpla que no tenemos el suficiente amor para entendernos, pero sí la suficiente convicción para odiarnos; que es lo que a veces parece que se expresa.
Consideramos los comentarios un contenido muy valioso en Protestante Digital, y por eso nos afecta comprobar cómo en tantas noticias las aportaciones pasan a ser discusiones y enfrentamientos que entendemos que no llevan a nada.
Aprovechamos para recordar que
los comentarios son fundamentalmente para opinar sobre el tema de la noticia (no para debatir entre los comentaristas, aunque alguna vez inevitablemente se produzca); y que los comentarios no son artículos de opinión, sino opiniones (para artículos de los lectores ya está la sección de “Tu blog”); y que desde luego nadie debe acaparar ni dirigir una sección que es de libre aportación y en la que se espera un respeto por las normas. Unas normas que sabemos que son imperfectas, pero que intentan establecer un marco de respeto y limpieza que con demasiada frecuencia es ignorado.
Por lo tanto,
queremos animar a nuestros lectores a seguir participando, pero también a huir de los “comentarios trolls” y sobre todo, no alimentarlos. Nosotros intentaremos ser más prudentes y excelentes en la moderación, porque al fin y al cabo es nuestra casa, y dentro de respetar que cada cual matice o exprese su postura, no es cuestión de convertir este medio en lo que no es.
Porque aquí no esperamos que venga ningún Gandalf a salvarnos la papeleta.
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