Como bien dice siempre Jaume Llenas, secretario general de la Alianza Evangélica Española (de la que depende este proyecto), “
no queremos tener poder, sino la capacidad de influir en la sociedad por el peso de nuestras razones e ideas”. Aunque –también es cierto- el poder influir concede cierto poder, pero esto sería una cuestión secundaria.
El caso, como les decíamos, es que Protestante Digital
desde sus inicios aspiró a lograr ser una referencia de la identidad protestante en la sociedad “secular” (sin olvidar en absoluto ser fuente de información y opinión para los propios evangélicos). Especialmente porque a menudo los medios evangélicos tienen la visión de ser un testimonio de fe (algo a lo que tampoco renunciamos nosotros), pero olvidando que
el ser conocidos para ser escuchados debe incluir no sólo la defensa de las creencias, sino otros muchos aspectos: información amplia sin restricciones, autocrítica, curiosidades, opinión de actualidad, libertad de expresión (¡desde el respeto mutuo!), humor, interés por lo que nos rodea (arte, cine, literatura, curiosidades, ciencia, bioética...), contenido multimedia, profesionalidad en todos sus aspectos, etc.
Esta es la línea que hemos mantenido y potenciado. Y creemos que, como se dice, lo mejor está aún por llegar; pero sin que en absoluto sea desdeñable lo ya alcanzado: nos mantenemos establemente muy por encima del millón de páginas vistas mensuales, suben las descargas de audios y videos, y las suscripciones a los boletines de ACPress no dejan de subir (ya pasamos sobradamente la cifra de 15.000), contando entre quienes reciben los boletines con instituciones y personas vinculadas a la política, el periodismo profesional, y medios de comunicación no evangélicos de todo tipo (por supuesto, junto con los protestantes).
Y es precisamente este punto el que estamos analizando en este Editorial. Estamos logrando que sepan quiénes somos, cómo pensamos, lo que nos preocupa, nuestra diversidad (conflictos y diferencias incluidas, ¿por qué no?).
Somos una ventana abierta al exterior sin barreras, para conocer y ser conocidos. Y esto, se lo aseguramos, no tiene precio (*), porque no se logra con dinero, sino con mucho trabajo, criterio, y una trayectoria que lleve a ser creíbles.
Pero volviendo a la presencia en la sociedad, donde queríamos llegar es a nuestra columna en la sección de religión de Periodista Digital, donde nos ofrecieron tener una sección fija, denominada “Protestantes”. En esta web con varios millones de visitantes al mes, compartimos espacio en “competencia” con otros muchos columnistas, la mayoría católicos y algunos muy conocidos.
Pues bien, dado que es una sección en la que vamos publicando noticias y artículos seleccionados de esta revista Protestante Digital, es evidente que se trata de un puente abierto especialmente a los no evangélicos (aunque a éstos habría que añadir que aproximadamente
un 35% de los visitantes de Protestante Digital no se definen como evangélicos).
Para poder cuantificar el interés que esta sección despierta, le pedimos a José Manuel Vidal (director de Religión digital) que nos diera datos recientes de los resultados que estaba teniendo ésta nuestra columna “Protestantes”.
Su respuesta ha tenido dos partes.
Una en números, basados en la última semana que extrapolamos a un mes completo:
| Total mes | Media diaria |
Noticias/artículos vistos | 8.246 | 266 |
Visitantes únicos | 6.541 | 211 |
Visitantes por primera vez | 5.859 | 189 |
La otra valoración, que agradecemos tanto o más que la numérica, es su comentario: “Tenéis muchas visitas. Dios bendice a los suyos. Un abrazo. José Manuel Vidal”.
Con todas estas reflexiones, no se trata sólo de resaltar unos resultados, lo que sería simplemente una alegría personal para todos quienes participan y hacen posible este proyecto (que son
muchas personas y entidades).
No, lo más importante es que estaríamos cumpliendo el deseo expresado por el propio Jesús:
“No ruego que los quites de en medio del mundo, sino que los guardes del mal” (
Juan 17:15). ¿Por qué y para qué?: para ser sal (
“vosotros sois la sal de la tierra” –
Mateo 5:13). Eso perseguimos poniendo el máximo de nuestra ilusión y fuerzas.
Y, muy por encima de todo, el acercarnos a obedecer y cumplir este mandato sí que nos satisface profunda e íntimamente. Ser sal en medio de la sopa, no dentro del salero.
(*) Sobre todo porque es gratuito para lectores y suscriptores, y le aseguramos que supone una carga cada vez mayor para la Alianza Evangélica Española (AEE). En este aspecto económico, sólo le pedimos encarecidamente que si se identifica con este proyecto (junto a muchos más de la misma AEE que defienden la presencia e identidad evangélicas) se hagan miembros a través de la página web de la Alianza Evangélica Española.
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