Porque hoy en día es casi imposible hablar –en lo que a información se refiere- de un punto de vista único. Cada noticia tiene diferentes facetas que, aunque intenten reflejarse, responden siempre a la perspectiva del que mira.
Por lo tanto, como ocurre con toda la prensa especializada, conviene leer diferentes medios para hacerse una idea final analizando todo y elaborando una conclusión personal. Aunque lo lógico es que al final leamos asiduamente el medio con el que más nos identificamos.
El análisis es la ventaja del lector, frente a la rapidez y superficialidad acelerada de los medios audiovisuales tradicionales. Las letras permiten la reflexión: algo desgraciadamente en desuso pero indispensable. Aunque la opción de poder guardar y reproducir los audios, como los que ofrecemos en la web de
eMision.net, dan una oportunidad de pausar y reproducir las ideas, de manera que lo que se escucha sirva de análisis y no sólo ser receptores pasivos y fugaces.
Porque volviendo al título de este Editorial
, lo que sí intentamos es mostrar el máximo de facetas de la verdad, aunque reconocemos que subrayamos o destacamos la perspectiva desde la que miramos, evidentemente porque creemos que es la más correcta o la menos equivocada (según queramos también mirarlo). Lo que nunca hacemos es ocultar caras de la verdad, porque a un medio se le conoce no tanto por la forma en la que informa, sino por la manera en la que desinforma ocultando hechos evidentes o importantes; es decir, haciendo desaparecer aquello que no le interesa o no le gusta.
La sección de
cartas a los lectores, por ejemplo, es un ejercicio que nos mantiene en esa tensión de la autocrítica, y reconocemos que aunque en ocasiones falta el mínimo de lógica deseable (a pesar de lo cual, siempre que se sea respetuoso, lo publicamos); a menudo es una buena manera de acercarnos a esas caras de la verdad (a veces para afirmarnos en lo que pensamos, otras para reconsiderar nuestras posturas).
También
nuestros muy queridos articulistas tienen perspectivas diferentes sobre los mismos hechos. O temas propios (siempre con total libertad de elección y contenido) en los que profundizan en determinados aspectos porque lo consideran necesario. Esa es otra característica que favorece conocer las caras de la verdad: la decisión final de los contenidos no dependen de una o pocas personas, sino de muchas que colaboran en esta publicación.
En definitiva, vivimos en un equilibrio permanente en esta revista que sirve para que se busque en su conjunto la verdad, por encima de intereses personales o institucionales determinados.
Aunque igual de importante son los límites que establecemos. Como cualquier campo de juego tiene sus áreas que lo definen (aunque hay campos sin límite alguno, pero ese es otro tema y otro juego). En nuestro caso el límite es la identidad protestante tal y como la define la Alianza Evangélica Española, con sus 127 años de existencia de convivencia ecuménica entre evangélicos de todas las denominaciones, pero con un criterio común del significado básico de la “Sola fe, sola gracia, sola Escritura”.
Muchas caras de la única verdad, y sin caretas de falsas apariencias o indefiniciones. Esa sería una buena definición de lo que, con la mejor de las intenciones, intentamos.
Y para acabar, unos pocos números (esto si es objetivo). Por tercer mes consecutivo Protestante Digital superará las 100.000 visitas mensuales este diciembre de 2006. Sumando todo el año serán más de 905 mil visitas (casi un millón este 2006), con 5.450.000 páginas vistas. Gracias a todos los que nos leéis, porque sois vosotros los que lo hacéis posible.
Y que, Dios mediante, podamos seguir caminando juntos en este encuentro virtual pero profundo durante 2007
¡Muy feliz año nuevo!
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