No existe `la´ Iglesia española

Como si hubiese sólo una. Así la definen tanto creyentes como anticlericales. No hay duda, es ella. Las demás, si existen, son “la otra” (y no hablo de ninguna cadena de televisión, amancebamiento o cosa semejante).

28 DE NOVIEMBRE DE 2005 23:00 h

Si hablásemos de unas declaraciones del sindicato UGT (Unión General de Trabajadores) diciendo en genérico que “el sindicato español opina”, automáticamente el resto de fuerzas sindicales levantarían la voz para rebelarse contra esta forma de hablar acerca de UGT como si fuese “el” (único) sindicato en España.
Sin embargo, es curioso que en esta España de indiferencia religiosa mayoritaria, de folclore antes que espiritualidad y de anticlericalismo extraviado, "la" (única) Iglesia sigue siendo la católico-romana (ICR, por sus siglas).
“Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio. Contigo porque me matas, y sin ti porque me muero”, dice una copla andaluza, perfectamente aplicable a esta relación de gran parte de los españoles con la ICR.
Esto mismo lo constató Julia Doxat-Purser, representante socio-política de la Alianza Evangélica Europea (EEA, diez millones de miembros) en su reciente visita a España. “Todos piensan en católico, unos a favor y otros en contra”, resumió.
Imaginemos lo contrario, que `la´ Iglesia fuese la protestante, y les doy algunos titulares que reflejan la opinión mayoritaria de los evangélicos españoles, a ver cómo les suenan.

`La´ Iglesia admite el preservativo como método anticonceptivo y para la prevención del SIDA, defendiendo una sexualidad responsable.
`La´ Iglesia permite el divorcio y las nuevas nupcias en casos justificados.
`La´ Iglesia acepta que la mujer desempeñe puestos de responsabilidad (en `la´ Iglesia, claro).
`La´ Iglesia defiende autofinanciarse y no recibir sostenimiento económico del Estado.
`La´ Iglesia no quiere enseñanza religiosa confesional obligatoria -ni puntuable- en la escuela pública.

No seguimos. Esto es lo que piensa `la´ Iglesia. ¡Ah! ¿que hay otra? Pues primera noticia, oiga. `La´ mía es la de siempre, `la´ protestante o evangélica. Pero no se preocupen, me parece bien dejar de llamarme `la´ Iglesia y ponerle apellido ¡Pero todas igual, que aquí no vale que unas sean más iguales que otras! Un poquito de por favor, señores.

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