Una e-comida con e-co

Es difícil reunir a los cerca de 100 personas que –de una forma u otra- participan en este medio de comunicación en todo el mundo y que (¡gracias a Dios!) sigue siendo altruista e idealista: aspiramos a cubrir gastos y poder impulsar los proyectos de mejora y desarrollo que –por pura justicia- necesitan un aporte económico al menos simbólico.
Destacamos que, por primera vez, estuvo una persona que representaba a la Dirección General de Asuntos Religiosos (dependiente a su vez del Ministerio de Justicia español). Se trata de Henar Corbi, que fue diputada socialista en la Comunidad de Madrid durante el gobierno de Alberto Ruiz Gallardón. Apoyó decididamente el desarrollo del convenio que firmó el Consejo Evangélico de Madrid con la Comunidad de Madrid en 1995. Justo es decir que contó con el apoyo inestimable de Sandra Myers, entonces diputada del PP y miembro de la Iglesia Reformada Episcopal Española (Comunión anglicana).

Actualmente Henar Corbi es la responsable de la Dirección de Asuntos Religiosos para el diálogo con la confesión evangélica (y judía). Henar, tremendamente respetuosa con todas las confesiones, es además una persona que cree en el potencial que tiene la fe de quienes saben aportar ideas y proyectos positivos para la sociedad. Damos fe de que en ningún momento ha tenido el más pequeño gesto de utilizar sus excelentes relaciones con las confesiones judía, evangélica y musulmana, con fines partidistas.
Corbi, en su participación en la cena de los colaboradores de Protestante Digital, expresó entre otras cosas su agradable sorpresa por ver tanta “gente joven” (aclaramos que “gente joven” es aquella comprendida entre los veinticinco y los treinta y cinco años”).
A veces hace falta que quienes vienen “de fuera” nos digan las cosas que de tan cerca se nos escapan a quienes están dentro. Protestante Digital tienen mucha gente joven. Ese es el mejor seguro de estar en la “onda” (buen rollito) y a la vez saber que cuando quienes estamos al frente de este proyecto asumamos labores más honoríficas, hay una generación que asumirá el compromiso que todos tenemos. Gracias a esta juventud pujante que ya está ahí, a menudo superando a los más “expertos”.
Por último, queremos hacernos eco –porque lo consideramos importante- de un comentario realizado por un hermano querido y sabio durante la cena, en uno de esos corrillos interminables: “Sacáis mucho negativo del movimiento pentecostal, pero poco de lo positivo”.
Ya hemos recalcado en otro Editorial el aprecio y valoración positiva que de las iglesias carismáticas y pentecostales tenemos en esta revista y en la Alianza Evangélica Española (de quien en última instancia dependemos). Esto, evidentemente, no quita que deban denunciarse los excesos que se producen en este ámbito (como en otros ámbitos, que también son manifestados desde lo constructivo).
Sin embargo, es cierto que nos falta una exposición adecuada de todo lo positivo que el movimiento carismático y pentecostal ha realizado y realiza a la Iglesia y la sociedad. Prometemos tomar en serio este punto de vista, que estamos seguros que comparten muchos lectores, y del que también participamos quienes somos responsables de esta publicación.