El personaje que interpreta Sandra Bullock en
Gravity admite, entre lágrimas, su sufrimiento ante la pérdida de un hijo. Pero lo confiesa a sí misma, en un diálogo imaginario en la soledad del espacio que le rodea.
Bajando a la tierra,
el tímido ultramoderno que interpreta Joaquin Phoenix en Her nos sitúa en un futuro -que no parece tan lejano- desviviéndose en una relación con un Sistema Operativo. El romance, experimentado desde la perfecta estimulación emocional que le provoca ese “ser-máquina” parece un buen reflejo de la disfuncionalidad humana para concretar una relación íntima con un semejante.
Camina solo por las calles de
Nebraska –la gran olvidada de los premios- un anciano, entre la desorientación de la edad y la de una vida que no cumplió sus expectativas. En una escena para el recuerdo,
todos los hombres de la familia se sientan juntos a ver el partido de fútbol. Nadie habla, ninguno cruza su mirada con sus más allegados. Tan juntos, “unidos”, e infinitamente solos.
SOLOS Y DESORIENTADOS
La soledad ante las crisis personales, en las relaciones íntimas y en la vida familiar aparecen, y no por casualidad, en el imaginario cinematográfico de lo mejor que nos deja este año.
La tecnología permite comunicarnos como nunca y sin embargo estamos más limitados para las relaciones, por lo que acabamos recluyéndonos en la soledad que apuntaba no hace tanto tiempo
La red social.
“Hay desorientación”, dice José de Segovia en un artículo, 'Fuera de sitio', que resumía las películas del 2013 encontrando ese curioso patrón en muchas de las mejores producciones del cine nacional e internacional.
Abunda en ello
el crítico Luis Martínez en un artículo en El Mundo que titula 'Plano secuencia en soledad absoluta': “De un extremo a otro,
del romanticismo al cine moderno, la soledad, la incomunicación, se ha convertido en el mismo argumento que recorre desde las comedias trágicas de Beckett a los relatos deshabitados y desorbitados de Stanislaw Lem. Y, de repente, todo vuelve sobre el escenario del cine reciente”.
GRAVITY: ¿SOLOS EN EL UNIVERSO?
“
Gravity es
un verdadero ejercicio de cine accesible a todo el mundo, con puro espectáculo y buenos personajes dentro de buenas historias, además con un equipo más reducido de lo habitual en el cine comercial”, expresa el guionista Daniel Jándula, que apostaba por el triunfo de la película en la gala del 2014. Sólo
12 años de esclavitud ha cuestionado su triunfo completo, llevándose el duro drama sobre los esclavos el premio a mejor película.
Gravity ha triunfado entre la crítica pero también entre el público, siendo una de las películas más taquilleras del año.
Entre sus logros está el darle narratividad al 3D, la última innovación que trajo James Cameron, pulió Ang Lee en
La Vida de Pi y ha doctorado el mexicano Alfonso Cuarón. Un Hollywood que, evidentemente, sigue saltando las fronteras nacionales como demuestra cada año dando cabida a más películas y artistas de otras latitudes.
En una película tan tecnológica -se desarrolla casi al completo en el espacio- el drama devuelve al espectador a lo que más nos intriga todavía: el interior del ser humano. “Como Sandra Bullock, queremos regresar a nuestro planeta, para sentirnos de nuevo seguros.
El film de Cuarón nos habla de la capacidad humana para evitar la extinción, pero también de nuestras limitaciones. A pesar de nuestra tecnología, somos seres vulnerables. No podemos determinar nuestro destino y asegurar nuestra vida”, explica José de Segovia.
Vulnerables en el espacio, que se muestra peligroso e inmanejable. Pero, ¿no lo es también la vida en la tierra? “En cualquier momento -continúa José de Segovia- un accidente puede acabar con nosotros, como ocurre con la hija del personaje de Bullock, o sus compañeros de equipo. Ella dice que nunca la enseñaron orar, pero ¿hay Alguien que escuche su plegaria?, ¿o es por suerte, que sobrevive?
Según creamos que la gracia, o el azar, gobiernan el universo, así entenderemos la expresión final de “gracias” al final de esta película”. Una expresión que, si mira al Creador, tal vez puede empezar a derrotar la soledad infinita que sufrimos y que tanto ha reflejado el cine de este año.
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