Un barco de dimensiones imponentes ha atracado en el Rheinauhafen, un céntrico y antiguo puerto de Colonia al que un ambicioso proyecto de regeneración urbanística terminó dando usos múltiples en años recientes.
Con un área de 15,4 hectáreas, esta instalación a orillas de río Rin resulta ideal para que los navegantes del navío de 70 metros de longitud y 13 de altura, dejen subir a los curiosos. Sin duda, no es un barco cualquiera, ya que se trata de una reproducción del Arca de Noé.
RECREAR ESCENAS DE LA BIBLIA
En octubre de 2010, el productor de televisión, artista plástico y titiritero neerlandés Aad Peter terminó de construir una réplica del Arca de Noé tal como está descrita en la Biblia, pero en proporción 1:2. A ojos de Peter, la nave es el lugar perfecto para presentar escenas de la Palabra. “La Biblia es un libro interesante. Incluso para las personas que no están familiarizadas con ella. Todos deberían conocer las historias que allí se cuentan”, dice Peter. Por ello, a lo ancho y largo de cuatro pisos se reproducen escenas de la Biblia, tanto del Viejo Testamento como del Nuevo.
En el Génesis, la Biblia narra cómo Noé –obedeciendo a Dios- construyó una embarcación para salvar a su familia y a las especies animales del diluvio universal. De ahí que en el arca de Peter los visitantes se topen con una miríada de animales al abordarla; los más impresionantes son las jirafas en tamaño natural.
La mayoría son animales de peluche y se pueden comprar en la tienda del arca. Después de todo, este proyecto ha sido financiado completamente por Peter, sin el respaldo de ninguna organización religiosa ni secular. Su motivación ha sido su propia fe cristiana y la convicción de que sus semejantes deberían conocer el contenido de la Biblia. “Ese libro es parte de nuestra identidad y de nuestras raíces culturales”, comenta el artífice de la nueva Arca de Noé.
EXPERIENCIA INTERACTIVA
Visitar el barco conlleva una experiencia interactiva que empieza con Adán y Eva. Resultan impresionantes las figuras de Adán y Eva en el Paraíso, creadas en madera, en tamaño natural, por la artista checa Michaela Bartonova. También las de David y Goliath. Los visitantes pueden tomar una honda e intentar matar al mítico gigante de una pedrada, como lo hizo David. Todo ello hace que la visita de este Arca de Noé sea una continua experiencia interactiva.
A Peter no le extraña que judíos, hindúes, budistas, musulmanes y miembros de otras confesiones visiten el barco con auténtico interés. “La historia de Noé también está presente en otras religiones”, explica el neerlandés.“Yo me he topado con musulmanes que conocen la historia de Noé mejor que muchos cristianos”, acota Peter, quien se negó desde un principio a involucrar a las Iglesias cristianas en el proyecto.
“Es mejor para las Iglesias que no me dejen entrar porque, cuando lo hago, observo todo con atención y soy muy crítico”, admite este hombre de 55 años. Lo cual no quiere decir que tenga algo en contra de que los representantes de las Iglesias cristianas visiten su arca.
Uno de los que ya subió a la nave es Mathias Bonhoeffer, pastor evangélico de Bonn. Bonhoeffer describió el recorrido por esta Arca de Noé como una experiencia interesante –“sobre todo para los jóvenes”–, a pesar de haber señalado que “algunos matices teológicos no fueron contemplados, y mucho de lo que se muestra en la exposición no concuerda con lo que está escrito en la Biblia”.
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