“Un proyecto ambicioso” es lo que se plantea este verano para el grupo de personas que podrán participar del viaje Memorias Cruzadas. Evangelina (Eva) Sierra, historiadora, es una de las coordinadoras de una ruta que planteará las conexiones entre la herencia protestante y el salvamento a judíos en Francia, durante la Segunda Guerra Mundial.
El principal objetivo del viaje será “analizar las causas profundas de un comportamiento concreto de un grupo humano que, arriesgando sus vidas, salvó las de sus vecinos”. El objetivo de recorrer varias regiones de Francia, entre el 17 y el 22 de julio, es
descubrir las raíces profundas que animaron a muchos protestantes a ponerse de lado de los judíos que huían del nazismo.
“No va a ser simplemente un paseo por una historia descriptiva”, enfatiza Sierra, sino “algo más profundo”.
El enfoque de este viaje surge de la investigación que la propia Sierra ha hecho a lo largo de su experiencia como historiadora. “Ya hace bastantes años estuve trabajado en Francia algo sobre Historia del Protestantismo pero siempre he tenido interés por verlo desde el estudio de la perspectiva de la lucha por la libertad de conciencia”.
Con el tiempo, Sierra se dio cuenta de “cómo están encajadas unas cosas y las otras”. “No es casual que una serie de gente (protestantes) arriesgue sus vidas para salvar a otras vidas (judías)”, más aun si no había beneficio alguno por el que hacerlo.
“Cuando investigas con el radar colocado, acabas percibiendo ciertos matices que te llevan a ver estas cosas”, dice.
Sierra cree que en este viaje se podrá observar que “hay muchas cosas en común” entre judíos y protestantes franceses. Si uno se fija en los antecedentes, puede ver que
los protestantes fueron impulsores de la libertad de conciencia en el país hace ya siglos, y eso podría explicar su disposición a para proteger a judíos perseguidos durante las Segunda Guerra Mundial.
PRIMER VIAJE CON ESTAS CARACTERÍSTICAS
El planteamiento de este viaje, en este sentido, es nuevo. Es el primero que enlaza las memorias de los hugonotes represaliados en el siglo XVIII con la de los judíos perseguidos en el siglo XX. Ante ello, Sierra reconoce que siente “un vértigo muy grande”, ya que “una cosa es ir a un viaje así con tu familia, y otra cosa es ir con un grupo de casi 30 personas”.
El “reto” será mostrar a todos los que participen del viaje “las relaciones” que saltana la vista.
Será un tiempo especial: “este tipo de viajes son muy completos a nivel intelectual y a nivel emotivo también”, considera.
ANALIZANDO LAS CAUSAS DE FONDO
La entrevistada cree que la razón por la que bastantes protestantes protegieran a judíos está en su propia “esencia”. “Hay pueblos enteros que han sido condecorados con la mención de ‘Justos entre las naciones’”, por su esfuerzo conjunto, como comunidades, para esconder a los fugitivos. ¿Por qué esto? “Porque ellos mismos (como protestante) estaban sensibles a situaciones que estigmatizan a cualquier grupo humano, ellos habían vivido toda la edad moderna, habían sufrido y habían tenido que resistir también a un poder perfectamente legal pero absolutamente injusto, el poder de Luis XIV”.
La experiencia vivida en tiempo de los hugonotes había enseñado en los protestantes, explica Sierra, a “resistir”. Bajo la persecución del monarca del momento, “se les raptó los hijos para educarlos en conventos, se les envió a prisiones terribles o se les condenó a galeras”. Todo este pasado de defensa de sus derechos “está el imaginario colectivo del protestante francés actual”, lo que lleva que estén
“habituados a resistir”.
Es ante una situación de injusticia cuando todo este pasado entra en acción y, como expresa Sierra, “les salta el chip”. Muchos protestantes decidieron enfrentarse otra vez a una situación injusta, para esconder a judíos de la persecución nazi, un par de siglos después de vivir su propia persecución.
La base del apoyo protestante al pueblo judío en la Segunda Guerra Mundial fue la sensibilidad y la capacidad de resistencia de los protestantes.
Darse cuenta de la forma en la que “el gobierno de Vichy colaboró con el nazismo y fue incluso más allá de lo que le pedía el gobierno de Hitler”, ayudará a ver que
“los protestantes no pudieron estarse callados, y al ver que las palabras ya no tenían efecto, pasaron a la acción”.
Gran parte del éxito de este proyecto dependerá, pues, de la capacidad de ayudar a que “todos los participantes puedan tener sus propias reflexiones y análisis” sobre estos importantes matices de la Historia.
EL MENSAJE DEL MUSEO DEL DESIERTO
@MULT#DER#43486@Un punto esencial de la ruta, al sur de Francia, y cerca de la frontera con España, será experimentar el Museo del Desierto. Una parada “fundamental” para que “el viaje no quedara cojo”. Sierra recomienda la visita a todos los evangélicos, e incluso “a los que no son evangélicos pero son personas que defienden las libertades de los individuos y de los grupos humanos”. “Es sencillo en su lenguaje expositivo”, pero “imprescindible” porque muestra “un siglo entero de resistencia”.
Memorias Cruzadas también destacará la figura de Elisabeth Eidenbenz, la infermera que en la maternidad de Elna dedicó todos sus esfuerzos a salvar niños huidos. También en esta ocasión es importante ver la profundidad de laos motivos, considera Sierra. Eidenbenz “no era de trasfondo hugonote, era suiza”, pero
“sí tenía la esencia, también de fuertes convicciones, una persona arraigada en la Biblia”. La historiadora considera que esta es la clave, porque “cuando alguien está arraigado en la Biblia entiende lo que es la libertad de conciencia y lo que es la defensa de los seres humanos, cualquiera que sea su condición”.
De la historia de Eidenbenz destaca, además, que antes de la expansión del nazismo, “ya estuvo en la Guerra Civil española, salvando niños”. Por tanto, su vida y su trabajo “encajan perfectamente” en el viaje, porque “entra en las memorias cruzadas que van a haber”.
TREINTA REPRESENTANTES EVANGÉLICOS
La elección de los líderes evangélicos que van a participar en el viaje fue “muy complicada porque nos pusieron un número muy reducido” de plazas, explica Sierra. Así que
“era complicado” decidir a qué personas invitar a participar. “Nos sugirieron que fueran personas representativas”, que “no por ello más importantes” que otros, pero sí personas que vayan a tener la posibilidad de “trabajar luego en otros grupos”, comunicar la visión de lo visto.
El Viaje está organizado por
Aerópago Protestante y Casa Sefarad-Israel, una comunidad esta última a la que Eva Sierra se muestra “muy agradecida”. “Se encajaron piezas” entre unos y otros y se preparó este proyecto. Las metas son “hacer una reflexión” sobre el viaje, un tiempo para “digerir” todo lo visto.
De cara al futuro, la idea es repetir la experiencia. “Muchos de los que no han podido estar ya me han pedido que organicemos algo para otros años” así que “probablemente repetiremos”, concluye Sierra.
MÁS SOBRE EL VIAJE
Para conocer más detalles sobre la ruta del Viaje “Memorias Cruzadas”, puede leer este
artículo que resume algunos de los contenidos y visitas especiales con los que el viaje contará.
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