¿Y si si?

"Si el SEÑOR se agrada de nosotros, nos llevará a esa tierra y nos la dará; es una tierra que mana leche y miel. (Números 14:8)

Este artículo nace de la conversación que tuve con mi hija de ocho años. Se llama Irene, es muy inteligente, guapa y responsable, pero uno de sus pocos defectos es que tiene la tendencia constante de ser negativa y demasiado racional. Su peligro es cuestionarlo casi todo, sobre todo cuando se trata de ordenes de su papa y no de sugerencias, jeje.

Generalmente la animo a intentar cosas nuevas o desafíos que de acuerdo a su edad ella puede alcanzar. Intento formarla con una mentalidad de fe, reino y conquista, quiero que sea parte de una generación en España que le cree a Dios y no que se la pasa cuestionando las cosas espirituales y es incrédula.

El otro día viendo un programa de concursos en la televisión expresó: “Yo nunca iría a concursar a ese programa”, le dije: ¿por qué? Y ella contesto: ¿Y SI PIERDO? A lo que yo le conteste: ¿Y SI GANAS? se me quedo mirando algo incrédula. Le dije: si te preparas bien, estudias y crees que puedes ganar, tal vez ganes, si no triunfas no pasa nada, por lo menos lo intentaste. Me miro incrédula, pero no dijo nada.

Esta conversación con ellas me hizo pensar sinceramente en cuantas personas tan negativas, llenas de queja y temor existen hoy en día, no solo en la sociedad sino en las iglesias. Generalmente están pensando mal, mirando las cosas imposibles y difíciles de alcanzar. Veo y oigo mucha gente entre los cuales hay bastantes jóvenes llenos de expresiones como: “NO PUEDO”, “ES MUY DIFÍCIL”, “TODO ESTA MAL” “UFF NO VEAS”, llenas de fatalismo y desesperanza, frecuentemente preguntándose a sí mismos ¿Y SI PIERDO? ¿Y SI NO LO CONSIGO? ¿Y SI ME VA MAL?

Me encanta la actitud de Josué y Caleb, dos chavales positivos, llenos de fe, de ánimo, de buen rollo y de grandes convicciones en el Dios que creían. Ellos no jugaban a ser evangélicos, a ir los domingos al cultito dominical y luego ser unos pasotas (pasivos) toda la semana en las cosas espirituales. Ellos estaban en serio con Dios y su palabra, creían firmemente en lo que el Señor les había dicho, que fueran y poseyeran la tierra que les había dado por herencia. Ellos realmente creían que Dios estaba de su lado y que podían vencer a los gigantes y tomar la tierra prometida. Ellos no eran parte de esa generación murmuradora, rebelde, quejica y cobarde como lo eran los demás, una generación llena de temor y de incredulidad.

 A las personas se les conoce por su forma de pensar y de hablar. Y este pueblo en su gran porcentaje, eran negativos a morir. Vivían en él: ¿Y SI NO? Casi puedo oírlos hablar; ¿Y si perdemos? ¿Y si nos derrotan? ¿Y si nos destruyen? ¿Y si morimos? ¿Y si lo que Dios dijo no es verdad? ¿y si Moisés se equivoco¿ ¿y si estos lideres están mal?

Este virus de negatividad y fatalismo invade nuestras vidas muchas veces: ¿Y si me enfermo? ¿Y si me pasa algo? ¿Y si me rechazan? ¿Y si pierdo dinero? ¿Y si no me quiere la chica que tanto me gusta? ¿Y si no me escogen en el trabajo? ¿Y si mis suegros me desprecian? ¿Y si me rechazan en el gobierno? ¿Y si me sienta mal la comida? ¿Y si no me alcanza el dinero? ¿Y si Dios no me perdona? ¿y si me dicen que soy un santurron por decir no al pecado? ¿y si ese dolor en el estomago es cáncer?

¿Te identificas con alguna de estas respuestas actitudes o pensamientos? Este tipo de personas por lo general siempre viven llenas de temores, inseguridades, rechazos y son negativas a tope.

Deja de pensar ¿Y SI NO? Y comienza a pensar y hablar ¿Y SI SI? ¿Y si, ganas? ¿Y si te escogen? ¿Y si te eligen en el trabajo? ¿Y si Dios te provee? ¿Y si estas sano después de tu chequeo médico? ¿Y si ganas más dinero de la cuenta? ¿Y si te aceptan tus futuros suegros? ¿Y si es la voluntad de Dios que vayas a las misiones? ¿Y si derrotas a tus gigantes internos? ¿Y si te llegan los recursos a tiempo? ¿Y si te quedas embarazada finalmente? ¿Y si es tu oportunidad de vida? ¿Y si ahora si ocurre el milagro?

Nunca lo sabrás hasta que lo intentes, nunca lo sabrás hasta que lo hagas, nunca lo sabrás hasta que des el primer paso y le creas a Dios. Las luchas mas grandes con las que hay que pelear  se encuentran en nuestro interior, en ese abismo profundo llamado alma, donde se instalan todos esos pensamientos de fatalismo, que te detienen y te impulsan pero hacia atrás, hacia la derrota. 

Muchas veces las victorias y conquistas están más cerca de lo que esperamos y pensamos. Algo se libera en el mundo espiritual cuando activamos la fe y somos gente que cree y que se atreve a ir tras las promesas de Dios y cumplir sus propósitos.

Deja de decir ¿Y SI NO? Y comienza a decir ¿Y SI SI? Cambia tu forma de hablar y de pensar y te sorprenderás de todas las bendiciones y batallas que ganaras y si acaso no fuera así porque cabe esa posibilidad, por lo menos lo intentaste, te arriesgaste y no te quedaste con la duda. Generalmente, Dios siempre se agrada y respalda a la gente de fe, a los que le creen.

Que de ahora en adelante en tu vocabulario siempre esté un ¿Y SI SI? Yo mientras tanto seguiré animando a mi hija a estudiar y prepararse, para que cuando vaya al concurso de televisión o a cualquier otra competencia, vaya pensando en que si puede ganar, que tal que si gana.

Por cierto Josué y Caleb entraron a la tierra prometida y los otros diez principitos junto con el resto del pueblo cobarde, murieron en el desierto. Una actitud y una frase tan sencilla tuvo el respaldo y la gracia de Dios a su favor. ¿Y SI SI DIOS SE AGRADARA DE NOSOTROS Y NOS AYUDA A VENCER A NUETROS ENEMIGOS Y NOS LLEVA A LA TIERRA Y NOS LA DA?