"¡Jo, papá - no es justo!"
Ni siempre estamos de acuerdo con los criterios de nuestros padres.
Como es en base a sus criterios que ellos toman sus decisiones, los hijos ni siempre estaremos de acuerdo con sus decisiones.
Es así desde que el mundo es mundo. Y si no, que nos pregunten por:
....la hora para volver a casa (a mi hermano le dejan una hora más, y eso que es más joven que yo. ¿Sólo porque soy chica? ¿Y lo llamas justo? Venga ya...)
....la peli que vamos asistir en familia (¿por qué mi madre no quiere ver
Saw 4 ? No lo entiendo...)
...las miraditas de arriba a bajo cuando me estoy arreglando y vistiendo delante del espejo (tengo la teoría que, con la edad, la percepción de las distancias se ve afectada, porque nuestro centímetros no concuerdan...)
...cuando nos dicen que no podemos ir a determinado sitio (si, hombre... lo que me faltaba, vamos...)
...o que "llevo demasiado tiempo en el ordenador" (si con dos horas seguidas no tengo ni para actualizar mi estado y subir mis fotos...)
Y muchas veces ni argumentan. Simplemente nos dicen que "NO" y punto.
Pues la verdad es que argumentar (que no es lo mismo que discutir - perdóname) estaría muy bien. Pero claro, hay que hacerlo como Dios manda, o sea:
1) con argumentos (argumentar sin argumentos no cuela...)
2) reconociendo la autoridad (quien manda, manda. Hay que argumentar para intentar convencer o explicar; nunca para justificarse, insistir demasiado para vencer por el cansancio, o rebelarse).
3) y
honrando a los padres (lo que significa que hay que tratarles con honra. Aunque no estemos de acuerdo con sus criterios, hay que tratarles
superbien. Ellos tienen que sentir que - en todo momento, e independientemente del rumbo que tome la conversación - los hijos nos someteremos a sus decisiones y les trataremos con respeto - ¡y aunque ellos mismos se pongan histéricos!).
Para empeorar el panorama, los padres suelen ser seres humanos, o sea: que además poseen esta capacidad y característica ineludiblemente asociada a nuestra especie: pueden equivocarse. Si un padre no fuera pasible de equivocarse en una decisión tomada acerca de la vida de su hijo, no haría falta el sacrificio de Cristo en la cruz: bastaría con ser padre, y
voilà: ya eres perfecto, chaval. P'al cielo. Salvación por la paternidad.
Así que habrá que asumir y aceptar que a veces nuestros padres no tomarán la mejor de las decisiones; pero aún así nos toca obedecer igual.
Hombre... si somos honestos de verdad, a veces los que no tenemos nada de razón somos los hijos. ¿O nunca te sucedió esto de que al final - en conta de lo que tu creías - sucedió exactamente como tu padre preveía y te quedaste pensando "uy... que razón tenía mi padre..." ? Venga... admítelo... nos ha pasado a todos. ;-)
Efesios 6:1 dice: "Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres,
porque esto es justo."
O sea: injusto para Dios no es qué criterio han tenido tus padres, sino el hecho de que tú no le hayas obedecido.
Así que... ¿reivindicas justicia?
Pues obedece siempre a tus padres. Sino el injusto serás tú. Y tu madre - con razón - e incluso Dios mismo serán los que te dirán:
"¡Jo, hijo - no es justo!"
PD: "En el Señor" significa que no contraría lo que Dios dice (por ejemplo, si tu madre te dice: "asesina a este tío", o "coge el teléfono; si es para mí, di que no estoy" no tienes porque obedecer, porque matar o mentir es desobedecer a Dios. Pero si tu padre te dice: "¡ordena tu habitación de una vez!"... ya sabes. Si no encuentras ningun versículo que te valga (no lo busques... no lo vas a encontrar, ja ja), ya sabes qué hay que hacer...
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