Hace unos meses dio sus primeros pasos la Asociación de Madres y Padres Evangélicos (AMPE), que cuenta entre sus objetivos el de normalizar la presencia evangélica en la sociedad en el área de la representación de padres, tutores y alumnos evangélicos.
Su primera presidenta es
Elisabet Rodríguez de Castro, que explicó a Protestante Digital la intención de esta asociación. “Creíamos que había un vacío en la representación de padres y madres evangélicos”, dice esta pastora, licenciada en teología y Maestra de Capacitación y Liderazgo Cristiano.
En esta asociación acompañan a Rodríguez en la junta directiva un
amplio equipo de trabajo en el que figuran reconocidas personalidades del ámbito evangélico español relacionadas con educación y familia, como son Marcos Zapata como vicepresidente (líder del movimiento Buenas Noticias), Juan Varela como secretario general (presidente de INFFA), o Lidia Martín (psicóloga y fundadora de Prevvia) como vocal, entre otros que se han ido sumando, formando un amplio abanico del que gran parte del pueblo evangélico se siente parte.
De hecho, Rodríguez de Castro afirma que
“ha habido tanta aceptación y expectación que se nos están adhiriendo al proyecto personas, iglesias y asociaciones” que muestran buena voluntad “y muchas ganas de colaborar”. Uno de los enfoques principales al crear AMPE es que tenía que quedar cubierta cualquier sensibilidad evangélica. “Somos un pueblo – dice la presidenta - con una capacidad de ideas muy propias y queremos que cualquier madre, padre o asociación educativa se sienta representado”.
OBJETIVOS CLAROS
@MULT#IZQ#51274@Los objetivos generales de la asociación han sido
publicados en su página web. Entre ellos destacan el
objetivo de “defender el derecho de los padres a la educación religiosa de sus hijos en los centros docentes, a elegir el tipo de educación que desean para sus hijos, así como la enseñanza moral y religiosa acorde con sus propias convicciones” así como defender la “Libertad de enseñanza” tanto en la escuela pública como en la privada.
Desde AMPE también quieren “defender los derechos a la educación y escolarización”,
“promover los valores esenciales de la persona y de la familia”, fortalecer a las familias “en cuanto a la educación de sus hijos”, participar como “organo de representación de los intereses de los padres en todos los lugares donde se decida la política educativa y familiar”, promover “el derecho de los padres a elegir directamente la escuela de sus hijos”.
Su presidenta explica que
desean “sobre todo trabajar en los modelos de educación. Hemos ido perdiendo valores, siendo guiados por los aires políticos del gobierno de turno”. Es por ello que nace esta asociación dispuesta a entrar en el debate educativo social con una voz evángelica, así “como ya hay voces católicas, musulmanas, judías o laicas”.
“No podemos quedarnos de observadores de una época”, alega Rodríguez, convencida del papel que como cristianos “podemos tener en la sociedad”.
PRIMERA EN ESPAÑA
La AMPE es además pionera en España como asociación representativa de madres y padres evangélicos, creando interés no sólo en el país sino también en Latinoamérica, desde donde ha habido contactos interesándose por esta iniciativa. “Nos han consultado sobre las ideas, los estatutos, el trabajo de la asociación”, cuenta Rodríguez ilusionada con las posibilidades que abre este proyecto.
La asociación “abarca la representación de los padres porque en este ámbito no existía nada (…) y tenemos que alzar una voz que esté de acuerdo a nuestras convicciones morales y espirituales”.
El primer proyecto formal de la asociación, una vez puesta en marcha la
página web www.ampe-asociacion.org, es la
participación en el Congreso Mundial de Familias que se celebrará en Madrid del 25 al 27 de mayo, donde la AMPE tendrá un espacio para presentarse.
Así, la AMPE se
suma a las representación evangélica en este Congreso en el que estarán Juan Varela (presidente del Instituto de Formación Familiar) y el periodista César Vidal.
MUCHO QUE APORTAR
Elisabet Rodríguez considera que la creación de la asociación
permitirá llevar adelante acciones de influencia en el entorno educativo. “Durante muchos años si no hemos puesto voz es porque hemos pensado que se podía hacer poco” pero ahora se puede hacer mucho “con este equipazo de personas, de profesionales, de gente con inquietudes para trabajar”.
La presidenta asegura que “es el momento de participar.
Tenemos la capacidad, las convicciones y nuestra voz, y tenemos un respaldo de muchas personas que tienen una credibilidad en el campo evangélico y son autoridad en el campo de la educación y la familia”.
“El pueblo evangélico tenemos una capacidad tremenda de diálogo, por lo que nosotros somos, abarcando tantas sensibilidades. Esa capacidad de dialogar, de poder encontrar puntos de encuentro con otros, nos aportará mucho a lo que es la representación de las familias. Hay otras asociaciones que quizá son más restrictivas y no todo el mundo se puede sentir representado. Nosotros representaremos valores, la moral de las familias, una visión de lo que tiene que ser la educación de nuestros hijos y creo que muchas personas se nos sumarán”, concluye Elisabet Rodríguez.
Aquellos que deseen contactar con la asociación o hacerse socio de la misma, pueden encontrar la información al respecto en la
página web de la AMPE. “Pedimos toda la colaboración posible. Somos una entidad abierta y participativa y queremos fomentar la acción de padres y madres evangélicos, y que se animen a entrar en el tejido social, porque hace falta que nos involucremos, animar a la gente a ser influencia. Tenemos mucho que aportar como pueblo evangélico y abrimos las puertas a los que quieran conocer nuestro proyecto y llevarlo a donde residen o sus iglesias”.
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