El presidente de la Asociación Española de Socorristas, el tinerfeño Manuel Jiménez, advierte de que
los niños menores de seis años constituyen el mayor número de muertos por ahogamiento a nivel mundial y que un alto porcentaje lo hace “en menos de 10 centímetros de agua”. Con este dato, el especialista en rescate marítimo lanza un mensaje de alerta a los padres para que guarden especial cuidado con las piscinas domésticas o los pequeños hoyos que se hacen en las orillas de las playas para que chapoteen los niños de corta edad.
“Los niños menores de seis años son los que más mueren todos los años, y
en muchos casos los padres no se dan ni cuenta”, asevera el experto y explica que los pequeños tienden a volcarse y quedarse de lado taponando el agua su nariz y su boca, mientras los padres están haciendo cosas en su casa o cogiendo sol con tranquilidad, creyendo a sus hijos seguros por la poca profundidad del agua.
Jiménez advierte que “
otro de los peligros son esos flotadores con cabezas de animales incorporadas, como perros u ocas”, y expone que este artilugio está prohibido por Sanidad, pero que “lo siguen vendiendo en los chinos”.
Según el especialista, lejos de proteger este tipo de flotadores impide que el niño pueda incorporarse ante cualquier vuelque porque “la cabeza del animal actúa como la botavara de un barco, y le es imposible darse la vuelta”, dice.
RESPONSABILIDAD DE LOS PADRES
Dos hermanos han fallecido por ahogamiento en Murcia hace pocas semanas, en una zona pantanosa muy próxima a la playa de Mazarrón. Los pequeños, de 3 y 7 años eran italianos y se encontraban pasando unos días de vacaciones en la localidad. Al parecer, los niños jugaban en la playa con una pelota que fue desplazada por el viento hasta la zona pantanosa, y perecieron tras sumergirse en el agua enfangada con el fin de recuperarla.
En este caso la zona no disponía de vigilancia, por no estar habilitada para el baño. Pero para evitar sustos y sobresaltos con los pequeños de la casa, Manuel Jiménez recuerda que la labor de guardia de los niños la tienen los padres y no el socorrista, por lo que recomienda a los progenitores o adultos acompañantes no perder a los niños de vista en ningún momento.
El experto recomienda además ponerle los manguitos al niño desde que salgan del coche, porque son imprevisibles y muchos, nada más llegar, se meten directamente en el mar o se tiran a la piscina. Añade en caso de que los niños se extravíen empezar a buscarlos siempre en el agua y por último recomienda enseñarlos a nadar desde pequeños con cursillos y talleres de natación.
EN CANARIAS
Por otra parte, la Comunidad Autónoma de Canarias, donde se incumple la Ley estatal que regula los socorristas en las playas, lidera el listado nacional de ahogamientos en lo que va de verano. De hecho catorce personas han perdido la vida por esta causa en las llamadas Islas Afortunadas.
El presidente de la Asociación Española de Socorristas, Manuel Jiménez, lamenta que “vivamos rodeados de agua y existan muchas playas sin socorrista en el Archipiélago”. En este punto el experto en rescates recuerda que a nivel nacional existe una ley que dicta que las playas tienen que estar vigiladas por experto nadadores para funciones de salvamento.
Esta ley está vigente pero en Canarias “no se respeta”. Recuerda además que hace menos de una década colaboró para la creación de una Ley canaria al respecto “pero que fue derogada”. Jiménez apunta que la figura del socorrista está muy consolidada en países como los Estados Unidos y Francia, no tanto así en España y menos aún en Canarias. “Es triste que estemos en islas turísticas en las que vendemos sol y playa, que el turista llega y se encuentra inseguro en nuestras costas”, subraya y lamenta el escaso nivel de formación de buena parte del sector.
En cuanto a las piscinas, en Canarias sí están regulados sus socorristas, que han de estar presentes en las instalaciones que cumplan una serie de características como en la de las infraestructuras hoteleras de más de 40 camas, según el reglamento sanitario de piscinas de uso colectivo que vio la luz en diciembre de 2005 y fue modificada en septiembre del año pasado. Manuel Jiménez critica que, según esta normativa, los socorrista que estén al cuidado de una piscina son responsables también de las hamacas, toallas, etc. “Si el responsable de socorrer a las personas está en el cuarto de las hamacas ¿Quién vigila la piscina?” se pregunta.
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