Cárcel para un padre maltratador de su hijo de 6 años

Un hombre reconoció en los juzgados de A Coruña que maltrató y echó de casa a su hijo de seis años porque tardó cinco minutos en acudir a su llamada.El hombre acudió este 16 de junio a los juzgados para ser procesado por un delito de lesiones en el ámbito familiar y otro de abandono de menores.

Pedían cárcel para él, pero su abogado logró un acuerdo con el fiscal, reduciendo la pena a 20 meses de prisión, por los dos años y medio que solicitaba en un principio, a cambio de que asumiera unos hechos que se remontan al 2007. Al no tener antecedentes penales y la pena ser inferior a los dos años, no ingresará en la cárcel.

Un informe de la Consellería de Familia, que le quitó la custodia de sus hijos, lo ponía como un «padre dictatorial, extremadamente rígido y muy violento».Se basaba el dictamen en partes de lesiones y en las entrevistas mantenidas con los menores, que relataron todo tipo de vejaciones y palizas. Ya fuese por dejar comida o retrasarse.

Todo ese calvario se acabó cuando a finales del 2007 los críos fueron encontrados a las cuatro de la madrugada sin rumbo por las calles coruñesas debido a que su padre los había echado de casa. Los agentes llevaron a los niños a un centro de acogida y la Xunta los apartó del padre, de origen chino. El juzgado dictó una orden que prohibió al procesado acercarse o hablar con sus vástagos.

Cuando la jueza le comunicó que en caso de romper la orden de alejamiento ingresaría en la cárcel de inmediato, el procesado le juró que ni vio a sus hijos desde el 2008 ni los verá hasta el 2015. La actitud del hombre ayer en los juzgados era de alivio.

LOS HECHOS
Los hechos por los que fue juzgado se remontan a noviembre del 2007. En aquel mes, el procesado se dirigió a su hijo de 6 años en el domicilio familiar y le dio una paliza.

Como consecuencia de esa agresión, el menor sufrió múltiples lesiones, como una fuerte hemorragia en el ojo izquierdo, excoriaciones, lesiones semicirculares compatibles con presión con uña y otras de origen incierto, múltiples hematomas y una cicatriz en la zona dorsal de 8 centímetros de longitud que pudo haberse producido por el golpe de un cinturón. ¿El motivo? No acudió a tiempo a una llamada de su padre.

El crío tardó en curar 21 días. Y regresó a su casa. Pero no había pasado un mes, concretamente, el 28 de diciembre del 2007, el imputado «dejó temporalmente desasistidos y en la calle a sus dos hijos, de 6 y 12 años de edad», según apreciaba la acusación pública.