El primer ministro
David Cameron solicitó un informe sobre cómo proteger a los menores de la explotación sexual, a respuesta de una petición de varias asociaciones de padres. Las conclusiones señalan un grave problema de exposición sexual y de tendencia consumista hacia los niños, por lo que se pide contrarrestar con medidas de protección y limitación que afectarían a publicidad, medios masivos de comunicación o moda, entre otros.
“Hay demasiada sexualidad en las imágenes y la publicidad es excesivamente agresiva.
Es preciso tomar medidas para que los padres sientan que controlan en cierta medida los mensajes que absorben diariamente sus hijos”, subraya Katherine Rake, directora del Instituto de la Familia, una organización privada de gran influencia en Reino Unido.
Otra de las preocupaciones subrayadas en el documento es la
creciente utilización de Internet como medio de presión comercial sobre los menores. Por ello sugiere, entre otras cosas, que sea más fácil su control y que los padres deberían poder comprar ordenadores con los contenidos de adultos ya bloqueados.
Aunque de momento se trata sólo de un informe con advertencias y recomendaciones,
el Gobierno británico parece decidido a endurecer las leyes de protección al menor. Algo que ya advierte el informe, que recomienda dar a la industria del vídeo un plazo de año y medio para que adopte voluntariamente las medidas sugeridas so pena de exponerse a una regulación más estricta que implique sanciones.
Uno de los autores del informe es
Reg Bailey, director de la Unión de Madres, una entidad asociada a la Iglesia de Inglaterra. Él encontró que la sociedad moderna presenta un “fondo de pantalla de imágenes sexuales que rodean a los niños” y que “los padres sienten que no hay salida y que no hay un espacio libre donde los niños puedan ser niños”.
“
Quiero poner de nuevo el poder en manos de los padres para que ellos puedan manejar mejor las presiones sobre sus hijos y facilitarles a ellos que eduquen a sus hijos como ellos quieren”, dice Bailey.
El informe exige un “código voluntario” de los minoristas que restrinja la venta de ropa sexy para los niños, y un sistema de clasificación adecuado a la edad para los vídeos musicales explícitos y la prohibición de mostrarlos en televisión antes de las 21 hs. También se recomienda que la publicidad al aire libre con material sexualmente explícito sea mantenida lejos de las escuelas y que las “revistas juveniles” semi-pornográficas en las tiendas sean mantenidas fuera de la vista de los niños.
LÍMITES EN INTERNET
La Revisión Bailey también dice que
los padres necesitan más ayuda con el bloqueo del acceso de sus hijos a la pornografía en Internet. “Si bien la mayoría de los padres comprueban regularmente lo que sus hijos están viendo en línea, y establecen controles de los padres y programas informáticos de filtrado, ellos siguen preocupados porque no son tan entendidos en Internet como lo son sus hijos”, dijo Bailey.
“Es por eso que estoy pidiendo un nuevo enfoque -agregó Bailey- en el que todos los clientes tienen que hacer una elección activa sobre si permiten o no el contenido para adultos. Esto es algo que los proveedores de servicios de Internet me han dicho que es viable”.
Para los ejecutivos de marketing, dijo Bailey, “la fotografía debe representar a los niños en poses naturales en un ambiente infantil, adecuados a las edades en cuestión. Cuando se utiliza maquillaje, debe ser lo más natural posible”.
Los comercios a la calle han sido objeto de críticas en los últimos años por llevar sujetadores con relleno y zapatos de tacón alto para las niñas de tan sólo tres años de edad. Un cierto número de importantes minoristas británicos ya han firmado el acuerdo voluntario, incluyendo a Marks & Spencer, Next y Tesco, en contra de la comercialización de dichos productos.
DESPROTEGIDOS
El informe indica que
los padres se sienten abrumados por el bombardeo de los medios de comunicación con gran cantidad de contenido sexual, pero no tienen donde ir a quejarse. Una encuesta realizada por los revisores encontró que nueve de cada diez padres temían que sus hijos estuvieran bajo la presión de crecer demasiado rápido, y cuatro de cada diez había visto material inadecuado en lugares donde los niños podían ver, pero sólo se había quejado el ocho por ciento.
En respuesta al informe, el Primer Ministro Cameron reclamó la creación inmediata de un sitio web del gobierno, en el que los padres puedan expresar sus preocupaciones. Cameron dijo que la Revisión Bailey representa “un gigantesco paso adelante para la protección de la infancia y para hacer a Gran Bretaña más amistosamente familiar”.
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