Hay canciones que son como las películas.
Recientemente un par de amigos me dijeron que yo debería tener un blog de cine, dicen que por la forma en que opino de las películas me califica para ser un crítico.
“Sí, ¡cómo no!” pensé para mí. Sinceramente no me considero un crítico de cine; sin embargo, reconozco que suelo brindar mi opinión de las películas que veo cuando me preguntan sobre ellas.
Hace un par de semanas escuché el audio de un programa radial que no recuerdo el nombre, se titulaba:
“Cine bueno, cine malo” y quien expuso el tema decía que todos quienes asisten al cine son críticos de cine. Que lo único que diferencia al cinéfilo promedio del crítico de una revista o un periódico es que a ellos les pagan por brindar sus opiniones y a nosotros no.
Lo interesante es que durante el programa dijo que todos estamos en nuestro derecho de opinar sobre las películas. Que es tan válida la crítica a favor de ciertos films como la crítica en contra.
“En cuanto a cine se refiere… ” decía él,
“cada quien está en su derecho de asentir o disentir sobre una película”.
¡Totalmente de acuerdo!
DURO DE MATAR 5
La semana pasada fui a ver
“Duro de matar 5”. Sinceramente no tenía deseos de verla pero mi tío Juan Benavides, con quien solemos asistir al cine, quería ir y ni modo, lo acompañé.
¿Qué me pareció la película? No me gustó,
je. Hay un momento en las películas, y en mi opinión
“Duro de matar 5” cae en eso, que la ficción es tan absurda que ofende la inteligencia. Pero no solo eso, el guión es tan pobre y tan predecible que lo único que salva el film son las escenas de acción y los asombrosos efectos especiales.
Cuando terminamos de verla le dije a mi tío:
“Hay canciones que son como este tipo de películas de ficción, son excelentes para emocionar, ¡pero no tienen nada de contenido!”
¿Quiereemocionarse hasta el límite y dejarse apabullarpor la acción? Vaya a ver
“Duro de matar 5”. ¿Quiere que su mente se enriquezca durante 100 minutos? ¡Tome un buen libro y olvídese de Bruce Willis!
Je.
Ahora, con esto no quiero decir que de vez en cuando no se me apetezca ver películas de acción. No, a veces tengo ganas de simplemente ir a emocionarme y ya, no quiero extraer algún pensamiento valioso de los guiones. Pero la verdad es que en mi propia vida he decidido ir a ver películas tanto inteligentes como emocionantes. No solo emocionantes.
Antes de
“Duro de matar 5” unos días antesfui a ver
“Lincoln”. Sinceramente, ¡tampoco quería ir a verla! Quizá mi único estímulo de ir era que el gran Steven Spielberg la produjo. Es más, uno de mis hermanos me advirtió:
“La película es lenta y aburrida, ¡no se la recomiendo ver!”
No hice caso y fui.
¿Mi veredicto? ¡Mi hermano tenía razón!
Jajaja.
La película es lenta y raya con la somnolencia, pero si uno es paciente y presta atención, la solidez del guión, las actuaciones extraordinarias y la emoción aparecen a medida que uno se concentra en el relato. ¡Una gran película señores!
En lo personal prefiero una película lenta pero inteligente, que una rápida pero vacía.
HABLANDO DE CANCIONES
Hablando de composición de canciones, el compositor cristiano promedio cae en el error de las películas de acción. Prefiere la emoción que el contenido.Se preocupa más por encontrar una melodía emocionante y ritmos pegajosos que escribir una letra sabia e ingeniosa.
Ahora, con esto no estoy diciendo que no hay que buscar la emoción en las canciones. Al contrario, soy de los que piensa que si una canción no emociona, vamos, no es una buena canción. Una característica de la buena composición es que despierta los sentimientos más profundos y permea de sensaciones el interior. Mi punto es que si una canción solo emociona pero no habla a la mente, no es una buena canción.
La canción cristiana debe emocionar pero también nutrir el pensamiento.
Recientemente entrevisté al cantante Steve Green para la sección
“Conversando sobre composición” que publico en el blog. Este mes publico su entrevista. El asunto es que mientras hablábamos le pregunté cómo fue el proceso de componer la canción:
“Perdóname”, con la que finaliza el disco
“Yo iré” (2005). Él me dijo que la canción la compuso un pastor y que cuando la escuchó por primera vez solo le gustó la letra, no la melodía. Debido a eso le solicitó que le permitiera dejar intacta la letra pero cambiarle la melodía.
Al final el compositor accedió,la letra quedó igual yreescribieron las figuras melódicas.
Interesantemente Steve añadió:
“Cuando alguien me envía una canción yo no escucho la canción,¡leo la letra! Si la letra me habla, entonces escucho la canción. Si la letra no me dice nada, ni siquiera escucho la canción. Yo soy un comunicador del evangelio, no alguien que busca emocionar a la gente nada más”.
¿Qué tal si todos los evangélicos que amamos la música cristiana practicáramos esta dinámica? ¿Qué tal si en lugar de escuchar letra, melodía y música a la vez, solo reflexionáramosla letra y despuésescucháramostoda la canción?
¿Sabe qué pasaría si lo hiciéramos? Comenzaríamos a llamar a las radios cristianas para decirles a los locutores:
“¡Oiga hermano! Esa canción que está sonando no dice nada. ¿Por qué no busca programar canciones que además de emocionar alimenten nuestra mente?”
También buscaríamos a nuestros directores de alabanza y les diríamos:
“Hermano Fulano,¿sabe qué? Yo creo que deberían reevaluar ese par de canciones que cantaron hoy. ¡No dicen nada! ¿Por qué no además de tocar canciones con arreglos emocionantes también procuran tocar canciones con mayor contenido bíblico y escritural?”
Hay canciones que son como películas de acción, ¡sólo son emoción!
Como bien dijera el periodista Andrés Oppenheimer (CNN en español) antes de la más reciente premiación de los Oscar durante el programa que tituló:
“La politización de Hollywood”:
“Los grandes estudios de Hollywood prefieren producir películas blandas, superficiales, pasteurizadas, que agradan a todos y no le caen mal a nadie. El buen cine, la buena literatura como la buena pintura, deben ser algo más que mero entretenimiento. Tiene que dejarnos algo, un pensamiento, una idea, ¡algo!”
¡Ojala los evangélicos pensáramos igual acercade las canciones que escuchamos en la radio y las iglesias!
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