Piensa conmigo, juega a imaginar por un instante, ponte en la piel de una pareja que se quiere, de un matrimonio que emprende un nuevo camino juntos, dificultades y alegrías aparecen en ese sendero. Surge una familia, un nuevo grupo social en potencia a pequeña escala.
Pasa el tiempo, la relación se afianza y un nuevo objetivo surge en la mente de ellos.
Una idea, por ahora, que inunda de pasión los corazones de ambos. Un sueño, ser padres, ocupa cada conversación, cada pensamiento.
Surge el milagro, una nueva vida cobra fuerza y se forma en el vientre de una madre nerviosa, con miedo y alegre al mismo tiempo. Nuevas sensaciones, nuevos retos, de nuevo dificultades y alegrías…
Por delante, nueve meses cargados de planes, proyectos, ilusiones, anhelos, decisiones. Es el momento de elegir nombre, saber cuál sería el sexo del bebé que más nos gustaría. Él buscando botas de futbol y planificando el tiempo que podrá pasar junto a su pequeño, ella pensando todos los peinados diferentes que podrá hacerle a su niña, tiempo de tópicos, típico tiempo y cuentos de la lechera al fin y al cabo. Todo está en el aire y nada es cierto por el momento.
¿Puedes imaginarlo? Yo creo que puedo hacerme una pequeña idea sobre lo que conlleva esta etapa en la vida de alguien que va a ser padre. Aunque puede dar vértigo, e incluso marear, la cantidad de tareas que se requiere, e incluso asuste la necesidad que nos abruma de formación para estar listos ante este nuevo reto, podemos entender fácilmente que todo esto se supere si lo ponemos en una balanza junto a la satisfacción y las buenas cosas que tiene ser padres.
Sé que no todo el mundo tendrá la misma ilusión por dar este paso gigante, pero aun así, si es este tu caso, espero que puedas seguir imaginando…
Sigamos entonces, … llega el gran día, todo está ya preparado. La casa está totalmente transformada, se suma a la emoción de recibir a un nuevo miembro de la familia. Los padres se dirigen al hospital, alguien tiene muchas ganas de abrazar a sus padres.
Después de unos momentos todo pasa, ya esta, la espera a terminado al fin. El sueño se ha hecho realidad y a cobrado vida, se puede sentir, tocar, oír y ver. Maravillosas imágenes pasan vertiginosamente por la mente de ellos, son todas las situaciones que vivirán junto a su bebé.
De repente todo para, se detienen bruscamente las imágenes que pasaban velozmente y solo se ve una luz blanca intensa. Los planes se truncan en un instante. Algo malo pasa, algo no va bien dentro de esa pequeña nueva vida. Los médicos no saben, los padres tienen miedo al no saber qué pasa, al no poder hacer nada.
En ese momento una sensación de desolación nos invade, todo aquello que habíamos preparado tiene que quedar para otro mejor momento. Nueve meses preparando algo que no sale como hemos pensado. Toca amoldarse a la situación sin llegar a entender muy bien el porqué. ¿Por qué a nosotros?
Tenemos que resignarnos a cambiar botas de futbol y peinados por cables y salas de hospital, sin entender muy bien el porqué.
Si, seguramente estas pensando en que es una situación muy trágica y seguramente prefieras no seguir leyendo, pero te he pedido que hicieras este ejercicio de imaginar conmigo para contarte un milagro que está pasando AHORA.
Mientras lees esto hay una niña de dos meses que está luchando por mejorar, nació con el corazoncito mal, pero ese leve latido está sirviendo para unir a más de mil creyentes a orar por un motivo común.
Al mismo tiempo, hay unos padres que están enseñando a toda esa gente a confiar en Dios pese a las dificultades que puedan llegar, o los planes que se nos puedan truncar, hayamos invertido el tiempo que sea en ellos. Porque Dios está por encima de todas las cosas y su tiempo no es el nuestro.
Cuando esta niña te mira hace que te olvides de todos tus problemas y quisieras hacer todo lo posible por ayudarla, aunque lo único, que no poco, que podemos hacer es orar, unidos por un objetivo común. Debemos aprender que todo está en manos de Dios. Tenemos que renunciar nuestro tiempo, sincronizando nuestro reloj con el suyo, dejando que Él sea la pila que da impulso a nuestro corazón.
Debemos confiar en que nos dará la salida a toda prueba por la que pasemos.
Quizá el porqué de esta situación sea enseñarnos el poder de la unidad y la oración, o quizá sea otro, Dios sabe. Encuentra el porqué de tus problemas para que dejen de serlo.
"Pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla." (1Corintios 10: 13)
Podéis saber más en:
#pray4eva
Evento en FB
A Esteban y Manuela, porque sigáis sintiendo nuestro apoyo aunque no sepamos que deciros.
Si quieres comentar o