A finales del pasado año, la comunidad autónoma de Castilla y León declaró un nuevo aumento de los casos de acoso escolar, duplicando los detectados durante el 2010. El pasado mes de marzo, múltiples blogs se hicieron eco del caso de Casey Heynes, un niño estadounidense que estaba siendo grabado mientras le golpeaba un muchacho menor que él, acompañado de unos cuantos compañeros que reían y animaban este abuso, hasta que Heynes se decidió a defenderse. Lo espectacular de las imágenes despertaron la polémica. El bullying es un fenómeno actual, preocupante, que demasiado a menudo se ignora o no recibe la atención que precisa.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de bullying? Hablamos de la agresión, y acoso, psicológicos y físicos, a las que algunos alumnos se ven sometidos por parte de sus propios compañeros. No se trata de una problemática nueva, pero sólo recientemente se le ha dado la importancia que merece; lamentablemente, hay quien asume que no son más que “cosas de niños” y no da la importancia adecuada a un caso que puede estar dándose delante suyo; José Sanmartín, pedagogo y catedrático de Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Valencia, considera al bullying una “tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros”.
Dentro del colegio o instituto, los profesionales de la educación pueden pasar por alto la situación si la consideran una interacción normal entre los niños y jóvenes, o si no se atreven a intervenir por falta de una preparación adecuada o por la merma en su posición como figuras de autoridad que se ha hecho manifiesta en la sociedad actual; se considera que un profesor tiene derecho a dar directrices a los alumnos estrictamente en el ámbito académico, y extralimitarse para intervenir en un caso moral como este puede conllevar una denuncia por parte del alumno o de sus padres.
También se habla de bullying de alumnos hacia sus profesores. Las actuales leyes para la defensa de los derechos del menor son retorcidas para que su sentido de proteger al indefenso se convierta en un amparo para cometer actos que, en un adulto, serían considerados delictivos. Vandalismo, coacción, chantaje, amenaza física, no son desconocidos en absoluto; todo lo contrario, se observa una cantidad creciente de casos. El profesor chileno Rubén Iturrieta denunció esta injusticia cuando fue despedido por, según declaró, apartar de un empujón a uno de sus alumnos que intentaba agredirle. Iturrieta había denunciado la conducta hostil de sus alumnos repetidamente; su gesto de autodefensa fue grabado por otro de los menores y sirvió como prueba para su despido.
El acoso se produce en muchos aspectos; habitualmente un caso presenta múltiples de ellos. Estos aspectos incluyen el bloqueo social de la víctima, aislándola y presentándola como indigna ante otros compañeros; también la desconsideración y desprecio al afectado, la coacción e intimidación para someterle a las órdenes de sus agresores, y la violencia física. El perfil del acosador es el de alguien carente de empatía o de límites en cuanto a que su libertad no puede imponerse sobre la de los demás; es una persona impulsiva, y que se obsesiona con ganar y dominar como modo de ejercer control sobre su entorno. A su vez, la víctima suele ser una persona retraída, vulnerable, insegura, que carece o es privada de respaldo por parte de sus compañeros.
@MULT#IZQ#49102@La palabra de Dios nos llama a poner la otra mejilla ante una respuesta violenta, pero esto sólo se refiere a que no respondamos a la rabia con más odio, sino con paz. Hay rutas mejores para combatir el acoso escolar: concienciar a la gente, instruir al profesorado y reafirmar la importancia de las figuras de autoridad en los centros de educación. Las artes y los medios de comunicación son caminos eficaces para expresar esta necesidad; un ejemplo reciente se da en el ministerio evangélico DEB (Dios Es Bueno), cuya visión es impactar a la sociedad mediante la música y el arte, y que ha dedicado a esta situación, vivamente dolorosa para muchos y muchas jóvenes de hoy en día, su tema “Acuérdate de Mí”, que provee a estas víctimas de persecución con un claro mensaje de esperanza, tal como nos promete el Señor.
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