En 2001, la banda de rock U2 sacó al mercado su disco
All That You Can't Leave Behind. Este álbum obtuvo siete premios Grammy y fue elegido el número 139 de la lista de "Los 500 mejores álbumes de la historia",[1] publicada por la revista
Rolling Stone. Una de las canciones que contiene se llama "Grace" y sus últimos versos son realmente sugestivos:
Lo que una vez fue dolor
Lo que una vez fue fricción
Lo que dejó marca
Ya no pincha
Porque Gracia produce belleza
De las cosas feas
Sin duda, Bono, el vocalista de U2, no fue el primero en cantar la gracia. Probablemente, la canción más conocida sobre este tema es la que compuso el inglés John Newton en el siglo XVIII. Después de haber dedicado muchos años de su vida a la trata de esclavos, Newton renunció a su profesión tras lo que afirmaba fue una experiencia profunda con Dios. La reflexión sobre su trayectoria lo llevó a componer "Amazing Grace" ("Sublime gracia").
No tenemos constancia de que Jesús de Nazaret escribiera una canción sobre la gracia. Sin embargo, una de las historias que contó es la ilustración más impresionante de lo que significa la gracia:
"Un hombre tenía dos hijos —continuó Jesús—. El menor de ellos le dijo a su padre: 'Papá, dame lo que me toca de la herencia'. Así que el padre repartió sus bienes entre los dos. Poco después el hijo menor juntó todo lo que tenía y se fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y derrochó su herencia. Cuando ya lo había gastado todo, sobrevino una gran escasez en la región, y él comenzó a pasar necesidad. Así que fue y consiguió empleo con un ciudadano de aquel país, quien lo mandó a sus campos a cuidar cerdos. Tanta hambre tenía que hubiera querido llenarse el estómago con la comida que daban a los cerdos, pero aun así nadie le daba nada. Por fin recapacitó y se dijo: '¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen comida de sobra, y yo aquí me muero de hambre! Tengo que volver a mi padre y decirle: Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo; trátame como si fuera uno de tus jornaleros'. Así que emprendió el viaje y se fue a su padre. Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio y se compadeció de él; salió corriendo a su encuentro, lo abrazó y lo besó. El joven le dijo: 'Papá, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no merezco que se me llame tu hijo'. Pero el padre ordenó a sus siervos: '¡Pronto! Traigan la mejor ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y sandalias en los pies. Traigan el ternero más gordo y mátenlo para celebrar un banquete. Porque este hijo mío estaba muerto, pero ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos encontrado'. Así que empezaron a hacer fiesta".[2]
Jesús describe claramente lo que representan los personajes de la historia. El padre encarna a Dios y los hijos, a la humanidad. Las enseñanzas de Jesús, e indudablemente su vida también, demuestran que Dios ha corrido al encuentro de la humanidad, en el sentido literal de la expresión, que está dispuesto a perdonarnos a todos y que tiene un profundo deseo de que recuperemos los lazos con Él. Dicho de otro modo, la gracia es el pilar de la existencia. No resulta sorprendente que John Newton y U2, al igual que otras muchas personas, hayan decidido cantar sobre ella.
[1] http://www.rollingstone.es/specials/view/los-500-mejores-albumes-de-la-historia/page:5
[2] Lucas 15:11-24 (NVI)
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