En Sus Zapatos

Una caja de condones, un móvil y un par de consejos

Claudio Tupinambá

AUTOR Cláudio Tupinambá

<em>Una caja de condones, un móvil y un par de consejos</em>

El móvil cargado, para estar localizable y para llamar en caso de emergencia. ¿Los consejos? Pues de todo un poco: cuidado con los desconocidos, no aceptes ni tomes drogas, no subas al coche si el conductor ha bebido, vigila tu bolso... según la circunstancia. Y los condones... bueno, todos sabemos para que sirven, a parte de que inflados se hacen unos globos medio graciosos (aunque me parece de muy mal gusto) para soltar por los aires en los conciertos de rock.

Eso suele ser lo que los padres occidentales medios del Siglo XXI suelen dar a sus hijos antes de concederles luz verde para que gocen de una cierta autonomía para salir y moverse lejos del nido y de la supervisión familiar. Pero si tus padres tienen valores cristianos, seguro que eso no les vale - ¿a que no? Y creo que sería bueno que te pusieras en sus zapatos y procuraras entender sus razones, y porque a veces hay unas condiciones y requisitos especiales para ti – además de que eres de por si una persona especial, claro está. : )

Los padres quieren proteger a sus hijos, pero también prepararlos y capacitarlos para su vida futura. Los primeros pasos en una autonomía más plena del individuo son momentos preciosos, pero delicados a la vez, sobre todo a la hora de encontrar un perfecto equilibrio entre protección y libertad. Por eso los padres ponen (y a veces imponen) condiciones y límites a tu autonomía. Entre nosotros: es bastante razonable, por no decir que no les queda otra. Y tú, cuando seas padre o madre, lo harás igual. : )

Un padre con valores cristianos no se preocupa solo con la supervivencia en este difícil mundo que nos ha tocado, sino también con la eternidad y la parte espiritual de la vida. Así que a la hora de dar la tan anhelada “luz verde” y más espacio a tu independencia, él lo considerará desde otras perspectivas.

Por eso no vale solo con darte un móvil: se busca la confianza plena en la que no haría falta siquiera estar localizable, donde la amistad, la comunicación y la confianza mutua ya están establecidas en el hogar, y no hace falta un móvil para “asegurarlo”. Por eso no vale con evitar un embarazo o el contagio del SIDA, sino desarrollar una integridad moral real y plena, de cuerpo y alma. No basta con unos consejos – aunque sean maravillosos – sino que la Palabra de Vida sea la lámpara que alumbra el caminar, sea la referencia para todas las decisiones, y que todo ello se viva desde una profunda e inquebrantable firmeza y convicción.

Es por eso que no basta con darte un “kit de supervivencia”: hay que asegurar y afirmarte, para que no te zarandeen como trigo⁽¹⁾, ni vengan a matarte, robarte y destruirte⁽²⁾. Porque nuestros hijos son muy especiales y valen mucho, y les amamos con un amor sincero e incondicional. La autonomía que queremos darte no se basa en lo que llevas en cima ni en lo que oyes antes de salir de casa de pie con la llave en la mano, sino en lo que podemos constatar, día tras día, que ya llevas dentro, atado a tu corazón.

La vida cristiana es un reto, una maravillosa vida en abundancia, que se vive por fe, en la gracia, y desde la responsabilidad que es la consecuencia de una identidad. Por eso Jesús enseñó que “conoceréis la verdad, y la verdad os hará verdaderamente libres”⁽³⁾. Porque uno conquista su verdadera autonomía y libertad cuando conoce y vive en la verdad y en la identidad de Cristo.

(1) Lucas 22:31
(2) Juan 10:10
(3) Juan 8:32

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