Según los expertos reunidos en la 118 Convención Anual de la Asociación Americana de Psicología «existe una gran diferencia entre los superhéroes que hoy protagonizan las películas y aquéllos que ayer protagonizaban los cómics", explica Sharon Lamb, profesora de Salud Mental en la Universidad de Massachusetts (EEUU).
«Los de ahora son más héroes de acción que otra cosa. Participan en una espiral de violencia que no tiene fin, peleándose con un villano tras otro. Son agresivos, sarcásticos y muy raramente hacen referencia a que están actuando por el bien de la humanidad. Además, cuando no van de superhéroes, hacen ostentación de su virilidad, les gusta llevar armas y no tratan bien a las mujeres», indica esta especialista.
Nada que ver con la candidez y la generosidad mostrada en los cómics por Spiderman o Superman. Peter Parker, la verdadera identidad del hombre araña, es un chico tímido, familiar -se preocupa en todo momento por su abuela-, trabajador -vende las fotos de sus hazañas al periódico ´Daily Bugle´- y eternamente enamorado de Mary Jane, hasta el punto de que desea su felicidad por encima de todo, aunque sea con otro.
El mismo estilo sigue el Clark Kent (Superman) “antiguo” que trabaja de periodista en el ´Daily Planet´, está enamorado de su compañera Lois Lane y actúa siempre para ayudar a los más desfavorecidos. O el primer Batman, cuyo único objetivo es proteger a los ciudadanos de Gotham de los malvados.
«Fuera de sus trajes, los superhéroes de antes eran hombres reales con problemas reales y muchos aspectos vulnerables. En los de hoy, los niños sólo tienen dos modelos en los que mirarse: o los héroes violentos o los vagos», afirma Lamb. «Estos últimos son divertidos y se les coge cariño rápido pero son irresponsables y pueden perjudicar el rendimiento escolar de los menores».
LOS SUPERHÉROES ACTUALES
Los psicólogos han concluido que los superhéroes actuales están muy estereotipados, se comportan como los típicos «machos de la manada» y no son un buen modelo para los niños. Entre ellos mencionaron a Hulk o a Ironman, o algunas de las nuevas versiones de los clásicos Superman o Spiderman.
En una encuesta con 674 niños con edades entre los cuatro y los 18 años, esta experta y su equipo observaron cómo influían estos estereotipos masculinos en los menores.
«La publicidad y los especialistas en marketing se aprovechan de que en la adolescencia los niños están forjando su identidad y necesitan modelos en los que mirarse», señala esta autora. «Sin embargo, debemos enseñarles a distanciarse de estas imágenes que proyecta el cine y ayudarles a ver las mentiras que entrañan», indica.
Otro trabajo, realizado por un equipo de la Universidad de Arizona (EEUU) con 426 chicos, analizó la capacidad que tenían para resistirse a las imágenes de «macho» de los superhéroes y para no caer en sus encantos. Vieron que, a medida que los niños crecen, son más capaces de distanciarse y no tienen tanta necesidad de identificarse con el resto. No obstante, aquellos chicos que están muy unidos a sus madres y hermanos no son tan fuertes y se muestran más vulnerables a estas personalidades.
Si quieres comentar o