Es durante el verano cuando unos indeseados inquilinos deciden dejarse ver por las aguas y playas de muchos lugares: las medusas.
Estos invertebrados, cuya llegada a las playas depende en gran medida del viento y las corrientes marinas, son uno de los principales enemigos de los bañistas que deciden combatir.
Y conviene dejar claro que a pesar de que en el imaginario social está interiorizado que las medusas crecen en medios cálidos, estos seres vivos presentan actividad en cualquier medio acuoso, incluso en ríos y mares de agua dulce.
Esto es así porque estas criaturas no son depredadores marinos, es decir,
no atacan por instinto ni de manera premeditada, ya que su picadura responde más a un mecanismo de defensa natural, ya que hablamos de seres que carecen de cerebro.
La medusa está diseñada para liberar toxinas cuando entra en contacto con otro cuerpo. Así de simple. Aunque un roce con un ejemplar de las conocidas como aguamalas puede volverse una situación muy complicada dependiendo de la virulencia con la que actúen las toxinas liberadas.
LOS SÍNTOMASD DE UNA PICADURA
"Las personas afectadas definen la picadura como un calambre que va seguido de un enrojecimiento de la zona afectada y un edema". Así describe Lola Conejo-Mir, dermatóloga y miembro de la Academia Española de Dermatología, la primera sensación que se percibe después de entrar en contacto con una medusa.
El tiempo estimado de curación tras el contacto directo con una medusa oscila entre 10 y 15 días.
Aunque puede haber en algunos casos un tipo de reacción que puede llegar a ser grave, y que se produce de forma inmediata y generalizada de nuestro organismo al entrar en contacto con las toxinas desprendidas por la medusa.
Por ello, "
Si hay síntomas de malestar general hay que acudir al centro médico. Normalmente para tratar estas dolencias se ponen antihistamínicos y corticoides comunes, pero en casos de reacción general su efecto se queda corto, por lo que se emplea adrenalina y corticoides intravenosos", revela.
¿CÓMO ACTUAR ANTE UNA PICADURA?
Para un correcto tratamiento, esta dermatóloga incide en la importancia de
no frotar la picadura -ni con una toalla ni con arena de la costa- así como de
emplear agua de la propia playa para lavar la herida. "El agua nunca debe ser dulce. Se debe emplear agua salada o suero fisiológico, ya que el agua dulce puede liberar las toxinas presentes en los tentáculos y que aún no se hayan liberado", afirma.
También avisa de tener cuidado a la hora de aplicar hielo, ya que este puede tener efecto parecido al agua dulce si no se aplica con precaución. "Es recomendable no aplicarlo directamente ya que el hielo convencional procede de agua dulce", recuerda.
"Lo importante es no frotar la reacción, limpiarla con agua salada, aplicar frio durante 15 minutos y extraer cualquier resto de tentáculo que haya quedado, eso sí, nunca con contacto directo con la piel de la mano", resume.
OTROS PELIGROS COSTEROS
En la visita a las costas no solo las medusas representan un peligro para nuestra salud. "La picadura de medusa es el caso más frecuente, pero en zonas de buceo algunos bañistas han venido con picaduras de corales, de erizos de mar o de anémonas", afirma Conejo-Mir.
Especialmente complicado es el caso de los erizos de mar, ya que sus púas liberan toxinas similares a las de las medusas. "Es importante retirar los restos de púas y desinfectar muy bien. En ocasiones también podemos emplear antibióticos de manera preventiva", sentencia.
Si quieres comentar o