Las actitudes, filias y fobias irracionales como el odio a otras personas por motivos de color de piel, de raza o de procedencia no suelen responder ante argumentos tan irrefutables como los que puede dar la ciencia.
Craig Coob es un tipo convencido de que unas razas son superiores a otras y que esa supremacía debe traducirse en una diferenciación de los derechos de unos y otros.
Racista y promovedor de movimientos racistas en Norteamérica (basta con ver su web), Craig Cobb se ha llevado esta semana un vergonzante chasco. Cobb tuvo que escuchar cómo una presentadora de color, Patricia 'Trisha' Goddard, leía unos resultados de una prueba de ADN que aseguraba que el 86% de su herencia genética provenía de antepasados blancos mientras que el 14% restante de sus genes aseguraban que Cobb tuvo antepasados subsaharianos.
El hecho se produjo en uno de esos programas de entrevistas sensacionalistas que tanto gustan en EEUU y que tan bien funcionan en las cadenas en abierto y locales de este país.
Fue en el programa 'The Trisha Goddard Show' -perteneciente a NBC que lo distribuye por sindicación a sus cadenas afiliadas- en el que Cobb descubrió tal hallazgo científico sobre sí mismo mientras Shahrazad Ali, conocida activista de los derechos de los afroamericanos, era incapaz de mesurar sus carcajadas al escuchar las conclusiones del análisis de ADN.
La reacción de Cobb no fue tan agradable, no quería escuchar. Acusó al programa de manipular el test calificándolo como "un procedimiento científico insolvente, producto de ejecutivos cobardes que no valen nada, cuyo objetivo es armar un escándalo", afirmó. Basándose en el, para él incontestable argumento, de que "el agua y el aceite no se mezclan", se mostró convencido del error provocado en el test y acusó al programa -como si esto fuera el peor de los pecados- de "promover el multiculturalismo".
Que un tipo de la calaña de Craig Cobb se prestase a tal prueba científica ante miles de telespectadores se debe al reto que aceptó cuando un par de semanas antes visitó el mismo plató. Fue para dar explicaciones de por qué se oponía y molestaba a Sherril y Bobby Harper, dos vecinos del pequeño pueblo de Leith, en Dakota del Norte que tuvieron la mala suerte de que Cobb decidiese hace poco más de un año mudarse a vivir allí. Su enfrentamiento con Cobb se debe a que en este matrimonio el varón es un hombre de raza negra mientras que ella es de raza blanca algo que Cobb no puede entender.
Los tres coincidieron en octubre en el programa de Trisha Goddard en el que Cobb aceptó el "reto" del ADN cuyos resultados conoció esta semana.
Pese a que este episodio puede resultar divertido y anecdótico, lo que evidencia es la sinrazón de cierto sector minoritario de la población norteamericana, como Craig Cobb, que mantiene vivo el espíritu del Ku Kux Klan y consignas neonazis a través de banderas, camisetas, pintadas y diverso tipo de propaganda y simbología.
Sin ir más lejos, Cobb quiere convertir esa pequeña comunidad de Leith en una villa en la que no pueda residir ningún negro -de ahí el problema con los Harper-. Su casa está rodeada de banderas que lucen la esvástica y otras cruces gamadas que suelen portar los defensores de la supremacía blanca. Posee varias fincas y terrenos en este pueblo con el propósito de destinarlos a su proyecto de convertirlo en un referente antisemita y racista y ya ha logrado que marchen allí a vivir algunos miembros más de su movimiento.
Lo que Cobb soportó en el show de Trisha Goddard no es más que un episodio embarazoso, ni mucho menos significó una revelación para él; pues a alguien que piensa como Cobb, ni todo un congreso de científicos podría convencerle de lo contrario. Y es que, no hay más ciego que el que no quiere ver.
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