Comienza el verano, y con él las jornadas de sol, por ello Pilar Pérez, profesora de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR), ofrece siete claves y varios consejos prácticos para reducir al máximo los riesgos que trae consigo la exposición solar.
Hay que recordar que la piel “tiene memoria” y acumula la radiación recibida a lo largo de la vida, envejeciéndola y favoreciendo la aparición del cáncer de piel; enfermedad esta última para la que las quemaduras son un factor añadido en su desarrollo.
Por lo tanto, merece la pena cuidarse. Aquí van los consejos.
1. Antes de tomar el sol se debe evitar el uso de productos que contengan alcohol y perfumes, como las colonias o desodorantes, ya que puedan dar lugar a manchas oscuras en la piel.
2. La piel debe estar correctamente hidratada, limpia y sin maquillaje.
3. Escoger una crema de protección solar Alta FPS 30 o Muy Alta PFS 50+ y con filtro físico para los niños menores de 2 años y químico para el resto de la población.
4. Este producto debe aplicarse unos 30 minutos antes de la exposición solar, que es el tiempo que tarda la piel en absorberlo, aquí la piel debe estar bien seca.
5. Repetir la aplicación siempre después del baño o de una excesiva sudoración.
6. Sobre la dosis adecuada, la experta recuerda que a menudo, nos ponemos una cantidad insuficiente de crema solar, y para compensarlo debemos aplicarla y, al cabo de media hora, repetir este gesto.
7. Las primeras exposiciones al sol deben ser progresivas en dosis de 10, 15 y 20 minutos y preferiblemente en movimiento. No es recomendable más de media hora al día.
BRONCEADORES
Respecto a este tipo de productos, Pilar Pérez desaconseja utilizarlos de un año para otro ya que han permanecido en lugares sobrecalentados (coches, playas...) y esto puede provocar que los filtros pierdan eficacia y que el índice de protección del producto aparezca rebajado.
LAS HORAS MÁS PELIGROSAS
En lo referente a los momentos del día en los que deberíamos extremar precauciones, "entre las 12 y las 16 horas transcurre el tiempo en el que las radiaciones solares son más agresivas, momentos en los que hay que evitar tomar el sol o bien aumentar la protección".
CÓMO PROTEGER CABEZA, OJOS Y LABIOS
Igualmente cuidadosos debemos ser a la hora de proteger algunas zonas de nuestro cuerpo y rostro, "la cara, el cuello, la cabeza, el escote y las orejas, son zonas más sensibles al sol".
Como medida complementaria al uso de protectores solares, la profesora Pérez recomienda "el uso de gafas de sol adecuadas, de lápices o barras de labios fotoprotectoras, y de sombreros para proteger la cabeza".
CUIDADO DE LA PIEL
Pero el cuidado no finaliza tras la jornada de playa, "después de tomar el sol, la piel está deteriorada por el aire, la sequedad, el cloro o la sal, por lo que conviene tomar una ducha sin usar jabones con demasiado perfume.
A continuación, aplicar una crema hidratante que nutra, refresque e hidrate la piel. La aplicación de After Sun es una buena opción que nos ayudará a prolongar el bronceado, calmar e hidratar nuestra piel".
ALIMENTACIÓN
La alimentación también es importante a la hora de rehirtara y de prevenir el envejecimiento cutáneo acelerado, Es importante "ingerir abundante líquido, para compensar la pérdida que se produce en la exposición solar".
"En muchas ocasiones, tras prolongadas exposiciones solares, es recomendable consumir una cantidad adecuada de fruta fresca, verdura y cereales con un alto nivel de fibra y antioxidantes", afirma la profesora del curso de Experto en Dermocosmética de UNIR.
CUIDADO DEL CABELLO
Por último, Pilar Pérez nos recuerda que el cabello sufre tanto como la piel: "Cada vez que te expones al sol o al agua de la playa, el cabello se deshidrata, pierde brillo y nutrientes.
"Cuanto más tiempo pasas en el agua, más proteínas pierde el cabello", por ello recomienda "utilizar champú con productos acondicionadores”.
Si quieres comentar o