Especialistas de la Universidad de Chicago, en Estados Unidos, han puesto en marcha un programa en cuyo marco se analizará la relación entre el cristianismo, el judaísmo y el islam -entre otras tradiciones religiosas- y la práctica médica.
El programa de investigación se llevará a cabo gracias a una ayuda económica de la Fundación John Templeton de 2,5 millones de dólares (1,9 millones de euros).
El proyecto pretende desentrañar cómo la religión influye en la medicina, y si ambas pueden beneficiarse recíprocamente. La cuestión principal a resolver sería si la religiosidad de los médicos puede ser vista como una amenaza a la práctica médica o, por el contrario, como un recurso adicional.
El proyecto –denominado ‘Program on Medicine and Religion’- arrancará el próximo mes de mayo, con la preparación de jóvenes estudiantes de facultad para que puedan realizar futuras investigaciones sobre el efecto de las creencias religiosas de los médicos en la vida profesional de estos. En total, el programa implicará a cuatro estudiantes cada año, durante dos años.
En concreto, los participantes examinarán cómo el cristianismo, el judaísmo, el islam y otras tradiciones religiosas influyen en las creencias de los médicos, en sus decisiones, y también en su satisfacción profesional.
PROYECCIÓN DEL PROGRAMA
Según Farr Culin, profesor de medicina y co-director del programa, los investigadores esperan que “este sea un primer paso hacia una serie creciente de proyectos de preparación de personas, que modelarán la forma en que la religión se relaciona con la formación y la profesión médicas, en un futuro”.
Hace unos años, Curlin y sus colaboradores realizaron una encuesta a 2.000 médicos estadounidenses, en la que se reveló que nueve de cada 10 médicos estadounidenses afirmaban tener alguna afiliación religiosa. Más de la mitad de los participantes señalaron asimismo estar de acuerdo con la afirmación “mis creencias religiosas influyen en mi práctica de la medicina”.
Además, aquel estudio también constató que, aunque el 86% de los médicos sí informaba a sus pacientes de todos los tratamientos posibles, también había un 14% de pacientes que eran tratados por médicos que les ocultaban información por motivos religiosos.
EN BUSCA DEL EQUILIBRIO
Estudios posteriores han demostrado que existe una relación entre las afiliaciones religiosas de los médicos y las actitudes de éstos ante temas clínicos controvertidos, como la atención al final de la vida, el aborto o el control de la natalidad.
Para Curlin, a menudo, la religión está formada por un conjunto de creencias personales e ideas que sí condicionan las prácticas o respuestas de los médicos a los pacientes, y que interfieren para bien o para mal con las obligaciones profesionales de los doctores.
En este presente estudio
Curlin y Sulmasy pretenden averiguar cómo sacarle partido a la espiritualidad de los médicos, en el marco de su ejercicio profesional. Para ellos, interpretar la medicina como una ‘vocación espiritual’, con un sentido sagrado, podría aportarle a esta profesión una dimensión espiritual contra la insatisfacción creciente entre los médicos hacia su propio trabajo.
Esta insatisfacción afectaría actualmente, según un editorial de mayo de 2011 de la revista médica JAMA, a entre el 30 y el 40% de los médicos estadounidenses, un fenómeno que puede dañar la atención a los pacientes e incluso hacer que los especialistas abandonen su profesión.
Sulmasy afirma que “la práctica médica en sí misma genera una sensación de alienación cuando se convierte en pura tecnología, en simplemente algo que es hecho a personas vistas como objetos”. Según el investigador, la solución a esta sensación podría hallarse en la recuperación del equilibro entre el uso de una tecnología cada vez más avanzada y la capacidad de ver a los pacientes como un todo.
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