“Cuando tenemos que hacer algo que nos estresa y al final lo conseguimos, esa activación fisiológica facilita el almacenamiento de la memoria”, afirma Sandi, quien recalca que no se trata de aplicar el dicho de “la letra con sangre entra”, porque el estrés negativo puede generar un bloqueo.
RELACIÓN ENTRE ESTRÉS Y FUNCIÓN CEREBRAL
Sandi ha centrado sus investigaciones en la compresión de
cómo el estrés afecta a la función cerebral de la conducta y la cognición y cómo los fármacos llamados potenciadores cognitivos pueden hacer que el hombre incremente su capacidad de memoria.
El equipo de Sandi investiga con animales si este fenómeno es cierto desde el punto de vista biológico: ante determinadas situaciones los individuos activan respuestas fisiológicas, generan adrenalina, lo que se traduce en una activación cerebral y la facilitación de los mecanismos sinápticos, para aprender.
Esta confluencia entre el momento del aprendizaje y un aumento de los glucocorticoides (hormonas necesarias para que el organismo resista situaciones de estrés) facilita el conocimiento.
Un experimento ejemplifica mejor esta idea: si un ratón ha de orientarse en una piscina para encontrar una plataforma escondida y poder salir, y la temperatura del agua es más baja, unos 19 grados, su sistema fisiológico se activa más y aprenderá mejor que si el agua está a unos placenteros 30 grados.
El estrés excesivo tiene por el contrario aspectos negativos. Los hijos de una madre con problemas de alta ansiedad pueden heredarlo, ya que la interacción en el ámbito prenatal y postnatal es muy importante, y las crías serán más vulnerables.
INVESTIGACIONES CON ÉXITO
En Lausana, Sandi lidera una vía de investigación sobre la implicación de una serie de proteínas, moléculas de adhesión neural, en la formación de memoria duradera, que ha conseguido mejorar el rendimiento cognitivo por medio de unos compuestos farmacológicos (péptidos pequeños) que actúan sobre estas moléculas.
“Hemos visto que algunos fármacos mejoran la memoria y el aprendizaje a largo plazo y afectan a moléculas muy importantes en la formación de circuitos neurales, que tienen que ver con la fuerza que se establecen entre neuronas”, asegura la experta.
Estos péptidos “mimetizan” las moléculas de adhesión celular neural, cuya función es activar las funciones neuronales. En los laboratorios se ha entrenado a ratones a los que se les administra este fármaco y en los que se ha comprobado que tras su consumo "recuerdan mejor a largo plazo".
APLICACIÓN AL ALZHEIMER
Las expectativas que se abren con estos compuestos en enfermedades como el Alzheimer son grandes. De momento, explica Sandi, se están realizando estudios en animales que sufren esta patología, y se ha visto cómo mejoran sus capacidades cognitivas.
Por ello, se ha pasado ya a una primera fase de ensayos clínicos en humanos, realizados en un centro de Copenhague, una vez comprobado que no tiene efectos tóxicos en animales.
La experta ha recordado que a lo largo de la historia algunos fármacos han demostrado, por casualidad, efectos positivos en el tratamiento de enfermedades para las que no habían sido creados. Es el caso de algunos potenciadores cognitivos, como psicoestimulantes como el ritalín, usado para la hiperactividad y que mejora la capacidad cognitiva en otros pacientes.
Aunque hay mucho interés en crear fármacos para eliminar fobias incapacitantes o reducir memorias traumáticas, Carmen Sandi recalca que estas terapias deberían ir siempre coordinadas con una aproximación conductual del paciente, “porque aún no sabemos cómo se puede actuar sobre una memoria precisa”.
EXPERIMENTO CON RATAS INCREMENTA MIL VECES LA MEMORIA
Un grupo de investigadores de la Universidad española de Málaga ha desarrollado un experimento en las ratas que permite incrementar más de mil veces la capacidad de memoria de un animal normal, al estimular su cerebro con una proteína. Una experiencia, que según los investigadores, podría servir en un futuro también para los humanos.
El doctor Zafaruddin Khan, que lidera el grupo autor del trabajo, explicó a Efe que la proteína RGS14 es una biomolécula con posibilidades para desarrollar un medicamento que cure deficiencias en la memoria, no sólo en pacientes con patologías neurológicas, sino también en la población anciana.
Otra posible aplicación de gran impacto social de este fármaco sería potenciar la memoria en personas normales, de forma que el tratamiento pueda aumentar la capacidad para llevar a cabo tareas relacionadas con la memoria.
El experto adelantó a Efe que en el plazo de un año experimentarán con monos y después con una selección de pacientes. Esta investigación, recientemente publicada por la revista científica "Science", ha logrado que las ratas sean capaces de retener en la memoria la información de un objeto durante meses, mientras que los animales no pueden almacenar lo mismo más de 45 minutos.
El experimento ha descubierto que la estimulación de la corteza visual, una pequeña área del cerebro, con la proteína RGS14 puede incrementar enormemente la capacidad de la memoria.
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