Las consultas al psicólogo por problemas relacionados con el ámbito laboral han aumentado un 20% en los dos últimos meses, un dato que corroboran desde el Colegio Profesional de Psicólogos de España y al que añaden un matiz: “Los casos están aumentando progresivamente y con una pavorosa progresión, según nos informan nuestros asociados”, explica Vicente Prieto, vocal de Clínica del Colegio Oficial de Psicólogos.
“Muchos de los pacientes -continúa- vienen con síntomas de depresión que no siempre lo relacionan con la situación laboral que están viviendo”. Según complementa Antonio Cano, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), este tipo de estrés multiplica “más del doble la posibilidad de sufrir trastornos de ansiedad y de depresión”.
REACCIONES DIFERENTES
Mientras que la fragilidad laboral, el ambiente tremendamente pesimista que se respira y la pertenencia a los sectores más afectados por el desplome económico son factores ambientales que pueden conducirnos a situaciones de estrés con cuadros agudos de ansiedad, el diagnóstico se puede complicar si el paciente ya ha perdido su puesto de trabajo. “En esos casos, la dinámica del tratamiento es bien distinta: hay que fortalecer la autoestima de esta persona, ayudarle en los mecanismos de búsqueda de empleo y se requiere el apoyo fundamental de la familia”, explica Vicente Prieto.
Sin embargo, los profesionales insisten en que el entorno de inestabilidad laboral y el desempleo no siempre conducen de forma coyuntural a trastornos psicológicos. “No se puede determinar una relación causa-efecto entre ambos. Influye determinantemente cómo sea el sujeto, su capacidad para afrontar los problemas, si ha sufrido algún cuadro de ansiedad con anterioridad y las herramientas de personalidad de las que dispone a la hora de encarar las dificultades: hay muchas personas que incluso son capaces de crecer ante las adversidades y saben amortizar el apoyo familiar”.
Antonio Cano va más allá: “Igual que hay personas que magnifican las posibles consecuencias de estos trastornos, hay otras con recursos suficientes para interpretar el ambiente hostil de una forma desafiante”.
MÁS RIESGO SI SE CUMPLEN ALGUNOS FACTORES
Pero la entereza no siempre es determinante: factores externos como la edad, el sexo y la situación social pueden convertirse en un detonante del estrés laboral. “Los sujetos de entre cuarenta y cuarenta y cinco años son los que están más expuestos a sufrir este tipo de afecciones: a esa edad alcanzamos generalmente el mayor nivel de endeudamiento de nuestra vida, circunstancia que coincide con la existencia de cargas familiares, hipotecas...”, informa Prieto.
Las mujeres también son carne de cañón cuando la ansiedad llama a la puerta. Según explica Antonio Cano, ésta “es mucho más frecuente entre las mujeres: en el caso de ellas la probabilidad de sufrir esta reacción es de un 250 por ciento más que en el caso de los hombres”.
¿Cómo detectar que nos encontramos sometidos a una reacción de estrés? Según la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés los síntomas a nivel cognitivo más frecuentes son la inseguridad, el temor, la dificultad para decidir, pensar o concentrarnos. “A nivel fisiológico -añade su presidente, Antonio Cano- todo puede empezar con problemas digestivos, respiratorios, mareos, náuseas... síntomas que si el paciente no se pone en manos profesionales pueden derivar en enfermedades infecciosas, incluso aquellos tipos de cáncer que tienen origen vírico”.
Los especialistas consultados no son especialmente optimistas respecto a lo que nos espera. “La crisis no ha hecho más que comenzar y las consultas gratuitas ya presentan unas grandes listas de espera”, concluye Antonio Cano.
MULTIMEDIA
Entrevista de Beatriz Garrido al psiquiatra Pablo Martínez Vila sobre “Crisis global y adicción al éxito” (audio, 7 Mb).
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