Los abortos juveniles, uno de los efectos indeseados de las relaciones sexuales de riesgo, crecen de forma constante en España desde 1994. Cada vez más jóvenes tienen relaciones coitales tempranas además lo hacen sin protección.
Eva Rodríguez Armario, ginecóloga que preside la Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo, asegura que la represión y la educación evitan las relaciones precoces coitales de riesgo . Añade, que se ha dejado atrás la represión, pero no se ha sustituido por la educación.
Entre las jóvenes que abortan en la clínica que dirige se repiten tres escenarios. El de las primerizas: Llevan mal lo del preservativo, no lo saben poner o les da vergüenza comprarlo. El de las ingenuas: Confían mucho en su pareja y en su marcha atrás. El tercero: las que no creían que se iban a quedar embarazadas.
EN LA ESCUELA ESPAÑOLA APENAS SE HABLA DE SEXO
La demógrafa del CSIC, Margarita Delgado, comenta que arrinconar la sexualidad en la educación no impide que los jóvenes la exploren a edades cada vez más tempranas, favorecidos también por su precocidad biológica -la nutrición ha adelantado la menstruación en las niñas un promedio de dos años en comparación con dos siglos atrás-. Una encuesta internacional apoyada por la OMS, el 14,8% de las chicas españolas de 15 años y el 18% de los chicos aseguraron que habían tenido relaciones sexuales coitales.
En 1990, los abortos en menores de 18 años fueron 1.522. En 2005, han sido 5.504, lo que significa que se han multiplicado por 3,6.
¿QUÉ FALLA?
El déficit mayor es la formación, entre los jóvenes no está arraigada la conciencia del riesgo al tener relaciones sexuales tempranas y sin protección. Los expertos creen necesario implantar una formación regulada desde edades tempranas.
En los colegios se aborda la reproducción con la asepsia de la biología, pero no se enseña educación sexual. La información, además, es desigual: depende de la comunidad autónoma, del centro educativo y del parecer del profesor.
Decir no al sexo o a realizarlo sin protección ayudaría a rebajar la tasa de embarazos en adolescentes, que se duplicó entre 1990 y 2005 (14,4 por mil en menores de 18 años frente al 7,4 anterior).
En la práctica, la psicóloga Mamen Castillo lo constata en las consultas que atiende en el Centro Juvenil de Orientación para la Salud de Sevilla, que pertenece a la Liga para la Educación y Cultura Popular. A ellas, por un lado, les da vergüenza llevar encima preservativos por miedo a lo que pensarán los chicos. Y por otro, son chantajeadas para tener relaciones sexuales con penetración sin preservativo.
Entre las falsedades que favorecen los embarazos no deseados figuran tres clásicos. Uno, que en la primera vez no se producen embarazos. Otro, que con la marcha atrás -utilizada por el 14,5% de las quinceañeras que tienen relaciones sexuales (Estudio HBSC)-, tampoco. Y tres, que las relaciones sexuales por parte indispensable de la vida, y cada vez a edad más temprana.
Guillermo González cree que las relaciones coitales se han anticipado en ausencia de una auténtica educación sexual y con enormes dificultades para acceder a métodos anticonceptivos para jóvenes. Lo curioso es que nadi plantea o le preocupa este adelanto de las relaciones sexuales y la forma de prevenirlo, sólo el uso de anticoncpetivos.
Además, una adolescente catalana no tiene el mismo acceso a métodos anticonceptivos que una valenciana. Ni una andaluza y una murciana. Existen grandes desigualdades territoriales, desde la financiación de métodos a la realización de determinadas intervenciones. Las diferencias afectan a la financiación de DIU y a la prescripción de píldoras poscoitales.
Algunos expertos defienden la píldora como un método eficaz en su efecto y con escasos y no graves efectos secundarios; evita además demoras que disminuyen la eficacia del producto y el uso en los países con libre dispensación se ha mostrado tan racional y equilibrado como los que exigen prescripción facultativa.
LA PÍLDORA POSCOITAL
En el estudio La interrupción voluntaria del embarazo (aborto) y los métodos anticonceptivos en jóvenes, elaborado por el Ministerio de Sanidad, se advierte, sin embargo, sobre el doble filo de la píldora poscoital, ya que por un lado podría reforzar la justificación de no usar el preservativo y, por otro, parece ser altamente efectivo en la prevención de embarazos no deseados.
Es un método en alza entre jóvenes y adolescentes desde que en 2001 comenzó a facilitarse en algunas autonomías. Según un informe elaborado en Andalucía, donde se prescribe desde ese año, el 35% de las usuarias tiene menos de 20 años. En 2005 se vendieron más de medio millón de unidades.
En países como Holanda, Reino Unido, Francia o Portugal, según el presidente de la Sociedad Española de Contracepción, se puede adquirir sin receta.
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