Huelga de «piernas cruzadas» contra la violencia

La iniciativa, impulsada por la Alcaldía de Pereira, en el centro occidente de Colombia, se suma al Plan Desarme, fútbol sin árbitros y otras actividades que promueven la convivencia ciudadana y la reducción de los índices de violencia.

Manifiesta Julio César Gómez, asesor de seguridad de la Alcaldía que se han reunido con 25 esposas y compañeras de estos jóvenes relacionados con pandillas. Las mujeres no quieren que los hombres que aman o los padres de sus niños mueran o causen muertes y han visto con agrado esta propuesta. La idea es que se abstengan de relaciones íntimas hasta que ellos demuestren que han dejado de lado sus actividades ilícitas. Por ahora, la huelga es de carácter indefinido.

Las mujeres juegan un rol muy importante en la vida de los hombres. Es una forma de que ellas se comprometan con la seguridad.

DIFÍCIL PROPÓSITO
Sin embargo, su tarea no será fácil; esta semana, una joven no vinculada al programa se negó a tener relaciones con su esposo ebrio y fue golpeada.

En el 2005, con 478 homicidios, Pereira, en el Eje Cafetero, presentó una de las tasas más altas para una ciudad capital, y en los primeros ocho meses de 2006 se produjeron 210, entre ellos el de Liliana Gaviria, hermana del ex presidente César Gaviria Trujillo. En la región hay presencia de grupos armados que trabajan para narcotraficantes, paramilitares y guerrilleros. Casi a diario, los medios registran muertos y heridos en enfrentamientos armados, en la noche o a plena luz del día. Por esa razón, las autoridades locales no sólo apoyan la vigilia sexual, sino que también han promovido otras estrategias, como una consulta ciudadana en la que el pasado 18 de agosto 140 mil personas votaron a favor del desarme de los civiles.

Con otras ciudades como Bogotá, se busca llevar una iniciativa popular al Congreso para que se prohíban las armas entre los ciudadanos.

Un documento publicado por la administración colombiana esta semana, revela que la venta de droga en colegios y universidades sobrepasa los 300 millones de pesos (100.000 euros) y que en el mercado se paga al sicario por cada asesinato, aproximadamente, entre 100 y 200 mil pesos (70 euros).