El estrés roba el sueño a las españolas

¿POR QUÉ LAS MUJERES NO PUEDEN DORMIR?
El director del centro, el neurólogo Diego García-Borreguero señala que hasta la menopausia la mujer tiene unas necesidades de sueño superiores al hombre. Algunas de las enfermedades que afectan al sueño, como el estrés y la ansiedad, afectan más a la mujer que al hombre.

El número de horas que duerme la población ha disminuido a lo largo del siglo debido al cambio del estilo de vida. España siempre ha vivido mucho la noche, pero los horarios y las exigencias laborales han cambiado.

El director de la Unidad del Sueño de la Clínica Ruber de Madrid, Luis Domínguez Ortega, explica que el tipo de vida, de trabajo, la constitución, la personalidad, las cargas emocionales, las responsabilidades y las situaciones hormonales de la mujer, son otros de los factores que influyen en el mal dormir de las féminas. Las pacientes con síndrome premenstrual refieren insomnio, hipersomnia, sueños desagradables, despertares durante la noche, cansancio en la mañana y fatiga.

Otro de los insomnios frecuentes es el asociado con la menopausia, caracterizándose por despertares nocturnos asociados a sofocos o sudoración. También durante el embarazo pueden darse trastornos de sueño acompañados de apatía, falta de concentración, irritabilidad y trastornos de humor.

POCAS HORAS DE SUEÑO
En general nuestro país padece un insomnio social: Dormimos menos de lo que debemos, la mayoría tiene una restricción del sueño. Nos levantamos tan pronto como en cualquier país europeo, pero nos acostamos mucho más tarde.

Los lactantes duermen 18 horas al día, los niños no deben dormir menos de diez, los adultos jóvenes entre siete y ocho horas, y los ancianos un poco menos, aunque lo importante no es la cantidad de horas, sino que el sueño sea reparador.

TRASTORNOS SECUNDARIOS.
La carencia de sueño interviene en el comportamiento del paciente. Tiene una función primordial en la reparación del organismo y en la recuperación del sistema nervioso central. Cuando se lleva tiempo durmiendo mal aparece un cansancio crónico que afecta al rendimiento cognitivo y emocional, a la vida afectiva, laboral y social, lo que da lugar a problemas personales, de pareja, laborales.