Los cigarrillos 'light', igual de perjudiciales para la salud

Una de las evidencias obtenidas en laboratorio Sevillano a través de su "maquina de fumar" es que las tabacaleras "engañan" cuando hacen publicidad de aquellas que, supuestamente, incluyen tabaco bajo en nicotina. La máquina evidencia que elementos no regulados por la ley, como la porosidad del papel, la estructura y número de los agujeros de ventilación del filtro o el grado de concentración del cigarrillo, determinan su efecto nocivo en igual o mayor medida que el nivel de nicotina, alquitrán y monóxido, cuyos indicadores máximos sí respetan las tabacaleras.

Estos elementos de diseño favorecen que un fumador crea que fuma menos cuando en realidad fuma más y más intensamente.

Otra conclusión de la "máquina de fumar" es que la norma internacional ISO, que fija los niveles máximos de toxicidad permitidos a los cigarrillos, no resulta eficiente para conocer su impacto sanitario porque se basa en indicadores que no son los del hecho de fumar realmente. La norma se basa en que cada calada succiona 35 mililitros, dura dos segundos y se repite una por minuto, cuando la "máquina de fumar" sostiene que en cada calada se inhalan 55 mililitros, dura dos segundos y se repite dos veces por minuto, el doble que dichos indicadores.

La Junta de Andalucía fue la primera Administración que, en 2002, denunció en los tribunales a 6 multinacionales tabacaleras, a las que reclama 1,7 millones de euros para compensar el gasto sanitario que ocasiona el tabaco. Tras el fallo de la Audiencia que remite a la jurisdicción contencioso-administrativa, la Junta incluirá en la demanda al Estado.