El número de nacimientos en España en 2011 se redujo por tercer año consecutivo hasta los 468.430, lo que supone un 3,5 por ciento menos que en el año anterior, mientras que se registraron 387.347 muertes, un 1,9 por ciento más que en 2010.
Estos son algunos datos reflejados en el informe sobre Movimiento Natural de la Población e Indicadores Demográficos Básicos realizado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) con datos avanzados del año 2011. El documento también refleja que
la edad media de la maternidad se ha elevado hasta los 31,4 años y el número medio de hijos por mujer ha descendido a 1,35, del 1,38 del año anterior. Por contra, la esperanza de vida al nacer alcanzó los 79,1 años en los hombres y los 84,9 años en las mujeres.
MADRES EXTRANJERAS
Un total de 90.390 nacimientos -que supone el 19,3 por ciento del total- fueron de madres de nacionalidad extranjera residentes en España, cifra que fue inferior a los 98.845 niños de madres extranjeras nacidos en 2010 (cuando representaron el 20,4 por ciento del total).
También en las pautas de maternidad se producen diferencias entre las españolas o extranjeras: el número medio de hijos por mujer se redujo a 1,31 frente a los 1,33 del año anterior, mientras que entre las extranjeras se situó en 1,56, frente al 1,64 anterior.
La edad media a la maternidad también es muy distinta en estos grupos de mujeres; así,
las mujeres españolas tuvieron su primer hijo a los 32,1 años, mientras que las extranjeras lo tuvieron con 28,9 años.
El INE también ha subrayado que los residentes en España fallecidos con nacionalidad extranjera representaron el 2,4 por ciento del total, a pesar de que este colectivo suponía más del 12 por ciento de la población residente.
MENOS MATRIMONIOS Y MÁS EDAD
El informe del INE también revela que un total de 161.345 parejas contrajeron matrimonio durante 2011, lo que supuso un descenso del 4,4 por ciento respecto al año anterior y deja la tasa bruta de nupcialidad en 3,50 matrimonios por cada 1.000 habitantes. Además, refleja que la edad media de los contrayentes sigue aumentando: 36,1 años para los hombres y 33 para las mujeres, aunque si se estudian sólo los primeros matrimonios la edad media es de 33,6 años en los varones y 31,4 en las mujeres.
De los matrimonios celebrados, en el 19,3 por ciento al menos uno de los cónyuges era extranjero.
Según el INE, en 2011 sólo aumentaron los matrimonios celebrados entre personas del mismo sexo, que representaron el 2,4 por ciento del total, 0,5 puntos más que en 2010. Por comunidades autónomas, el informe revela que la tasa de natalidad se redujo en todas salvo en la ciudad autónoma de Melilla.
POR QUÉ DESCIENDE LA NATALIDAD
Los datos presentados por el Instituto Nacional de Estadística no responden a casualidades, sino a diversos factores que se conjugan con la edad media de maternidad, la inmigración y, por supuesto, la crisis económica.
El catedrático de sociología de la población de la Universidad de La Coruña Antonio Izquierdo explica que la cifra actual de 468.430 nacidos durante el año 2011 es similar a la del año 2005 (464.811) por lo que el valor no es alarmante. Sin embargo, este retorno se debe, según Izquierdo a la inmigración.
Entre 2005 y 2008 hubo un pico de crecimiento de la natalidad porque empezaron a llegar muchos más inmigrantes. Ahora ellos están bajando sus tasas de nacimientos, porque en algunas familias el padre se ha vuelto a su país de origen, por ejemplo.
Pero no solo se debe al movimiento de la población inmigrante, sino a la situación económica de España. Para Izquierdo, la demografía es una “tendencia”, es decir, no hay cambios drásticos de la noche a la mañana. Y la decisión de tener un hijo se toma “meditadamente”. Es época de crisis se conjugan varios factores que el catedrático denomina como “natalidad o fecundidad de incertidumbre”.
“Un hijo es para toda la vida, no es un coche que lo puedes cambiar después. Por esto, es muy difícil pedirle a las familias en crisis que tengan hijos. Las parejas no saben si emigrar, mudarse o quedarse, tampoco si van a tener trabajo o caso. La incertidumbre es la razón por la que las personas están dejando de tener hijos”, dijo el catedrático.
DECISIÓN POSTERGADA
El informe “Movimiento Natural de la Población e Indicadores demográficos básicos” hace hincapié en otro dato. Desde 1976 las mujeres en España han ido esperando a ser más mayores para tener su primer hijo y en 2011 ha alcanzado un nuevo récord: 31,43 años.
Esa es la media de mujeres en España de todas las nacionalidades. Sin embargo, en lo que se refiere a las españolas, esperan hasta los 32,06 años. Las razones son múltiples: cada vez más mujeres esperan terminar sus estudios y encontrar un trabajo estable para pensar en la maternidad. Con la crisis económica es más común que los dos miembros de la pareja necesiten de ambos sueldos para mantener su nivel de vida y es así que las mujeres deciden postergar la decisión de quedar embarazadas.
“No se niegan a tener hijos sino a postergar la decisión y este tiempo se prolonga en crisis. El problema surge cuando la crisis dura mucho más, porque las mujeres van a posponer más su edad para tener ese hijo único. Si la retrasan mucho, es posible que se pase la edad reproductiva y ya no podrían tener hijos, porque la crisis va a su aire, pero el reloj biológico sigue corriendo”.
TENDENCIA AL HIJO ÚNICO
En España el indicador de número de hijos por mujer descendió de 1,38 a 1,35, lo cual da a entender que la tendencia se inclina hacia el hijo único. Para Izquierdo, esto se debe también a la crisis y la disminución de la red familiar.
Antes las familias dependían más de los abuelos para encargar el cuidado de sus hijos, por lo que se ahorraban el gasto de guarderías o lo cuidaba la madre. Ahora, cuando la familia se moviliza por trabajo, ambos están empleados y hay menos tiempo para las relaciones familiares por lo que “la fecundidad se va resintiendo”.
La nupcialidad descendió en 4,4%, aunque poco tiene que ver con la natalidad en este caso y la esperanza de vida ha aumentado a una media de 79,08 años en los hombres y 84,92 años en las mujeres.
Aunque para el catedrático hay un problema: no en la esperanza de vida sino en la longevidad, es decir, la cantidad de personas de la “cuarta edad”, ya que la mayoría no tiene la capacidad de ser activos. “Si todos envejecieron como Clint Eastwood, es decir, en buena forma, activos, que producen, no habría problema. Pero la mayoría de esta personas llegan a cierta edad sin la capacidad de ser productivos, no hablo de trabajar y ganar dinero, sino ser activos socialmente”, puntualizó el sociólogo.
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