Un niño de seis años es echado de su casa en A Coruña por su padre porque no acudió a tiempo a su llamada.
Este
niño con una historia personal de lesiones e ingresos hospitalarios debidos a los golpes y palizas a los que su padre le sometía, fue encontrado deambulando por las calles en compañía de su hermano de doce años que no quiso dejarlo solo.
Una niña de ocho años murió el pasado domingo en Mallorca como consecuencia de la paliza que recibió presuntamente de su madre. La pequeña ingresó en el hospital con un traumatismo cráneo encefálico severo, aunquepresentaba otras lesiones, golpes y erosiones en el resto del cuerpo
Una familia debiera ser el lugar en donde proporcionar un ambiente de seguridad, protección y cuidado, donde los hijos puedan crecer y desarrollarse de forma saludable. Cuando la familia es percibida así, es difícil entender por qué el maltrato a los niños ocupa cada día mayor espacio en los titulares de las noticias.
Adultos frustrados y mezquinos que se valen de su complejo de inferioridad para descargar todo su enojo en un niño, frágil criatura, aplicando castigos desproporcionados, o dejándose llevar por la ira. Niños marcados en la primera infancia para el resto de sus vidas.
Los casos de maltrato de niños que consiguen tener visibilidad en España son aquellos que finalizan con un un trágico desenlace, pero hay formas de maltrato que pueden llegar a ser habitualesen las prácticas educativas a nuestro alrededor.
Hace algunas semanas asistí a una conversación en la que un padre relataba cómo su hija pequeña montaba tremendas rabietas y él solía intentar corregirlas duchándola en agua fría. Otro padre que estaba en el grupo atónito ante semejante comentario le hizo una observación: “Lo que tu haces con tu hija es maltrato, si no puedes controlar las rabietas de tu hija, lo mejor será que te duches en agua fría tu”. Esta contestación está llena de sabiduría, efectivamente este es un tipo de maltrato, un padre que está ejerciendo violencia psicológica contra su hija. Unarabieta o una pataleta es un modo inmaduro de expresar la ira o el enojo, si esta es protagonizada por un niño no deja de ser algo normal de la etapa evolutiva, pero un castigo con una ducha de agua fría es un comportamiento inmaduro de alguien a quien se le supone madurez y criterio. Esta violencia puede que no deje marcas visibles, pero dejarán marcas conductuales negativas para toda la vida.
¿Por qué los padres maltratan a los hijos?
Creo que
principalmente por hábito, culturalmente aceptado desde hace siglos. Afirmaciones como “A mí me educaron así y aprendí y no estoy traumatizado” son frecuentes. Son padres que relacionan educación con castigo físico, aunque creen que no maltratan.
Debemos distinguir un cachete en un momento de descontrol y la violencia ideológica, es decir, la convicción de que esta es la mejor manera de educar. En la primera un padre puede reconocer su error y pedir perdón, en la segunda no hay posibilidad de reparación porque no hay conciencia de cometer un acto indebido. En la primera forma pudiera haber un “fin educativo” en la segunda éste se transformaría en un pegar por pegar.
Algunos padres creen que sus hijos son su posesión personal. Nuestros hijos no son nuestros, nos los prestan solo para criarlos, están bajo nuestro cuidado y protección por un corto tiempo. Nuestros hijos no son nuestros, son de Dios, pero hay padres convencidos de que tienen el derecho sobre ellos y su destino.
Debemos buscar otras formas de educar a los hijos. Educar es establecer límites, con seguridad, con autoridad, sin autoritarismo, con firmeza pero con amor, nunca con castigo físico.La violencia física contra los niños siempre es un acto de cobardía. El maltrato en cualquiera de sus formas siempre es un abuso de poder del más fuerte contra el más débil, y un niño, un ser frágil, en desarrollo, totalmente dependiente física y emocionalmente de sus padres, es el individuo más débil.
Creo que incluso un cachete es una forma de reconocimiento de la inseguridad, flaqueza e incompetencia de los padres para educar a sus hijos, necesitando usar la fuerza física, sin olvidar el modelo de violencia que transmitimos y perpetuamos en las relaciones cuando establecemos límites con violencia. Los hijos aprenderán a solucionar sus conflictos recurriendo a la fuerza y tenderán a reproducir este modelo en todas sus relaciones. La violencia también alimenta el rencor de la víctima hacia el agresor y genera rebeldía.
Innumerables factores favorecen las acciones violentas de padres contra hijos: la falta de autocontrol, baja tolerancia a la frustración, escasas habilidades parentales, estrés, falta de redes de apoyo social, baja autoestima, alcoholismo, problemas psicológicos … Padres que maltratan a sus hijos deben ser siempre orientados y tratadosporque con ayuda todas estas situaciones pueden ser revertidas. Pero estas actitudes también deben ser denunciadas y castigadas si es necesario.
Ser padre es una tarea extremadamente difícilque exige un ejercicio continuo de incontable perseverancia “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.”
La Biblia habla de la responsabilidad de los padres al educar a sus hijos. Un padre no debe provocar malos sentimientos en sus hijos por su dureza, insensibilidad, severidad, injusticia o por un ejercicio abusivo de la autoridad. Esto solo ocasionará odio y resentimiento en su corazón.
Por el contrario
el texto bíblico nos anima a comprenderlos, a amarlos, educarlos, animarlos, a que se desarrollen en todos los aspectos de la vida por medio de la instrucción y consejo del Señor.
Autora:
Ana Pérez Lozano.
EsMaestra, con estudios en Terapia Familiar y Psicopedagogía.
Actualmente se dedica a la docencia, trabajo que compagina con la atención a menores en dificultad social en los centros Dignidade, entidad que cofundó con Marcos Zapata; junto con el cualpastorea la Iglesia Buenas Noticias de Lugo
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