Como ya es costumbre, voy a la Internet en busca de información. Y allí encuentro cientos y quizás hasta miles de páginas a cual más reveladora.
No lo puedo asegurar porque aun me estoy informando, pero si usted quiere saber quiénes son algunos de los pocos que realmente mandan en el mundo, busque por ahí.
El escape de petróleo en el Golfo de México es tan serio que, como dice una nota que leo en la red, tendrá consecuencias catastróficas sobre el planeta.(*) Es cuestión de «rezar y esperar». Sin embargo, el tratamiento que la prensa internacional le ha dado al caso es, por decir lo menos, amable y comprensivo.(**) Hasta el presidente Obama, cuando se refirió al asunto en una reciente conferencia de prensa, fue cauteloso en sus expresiones. Y aunque sugirió que la mano caerá pesada sobre la BP habrá que esperar para verlo. Igual tratamiento extrañamente amable y gentil le da la prensa al gobierno chileno que por estos cuatro años preside el señor Sebastián Piñera (***) y que parece estar empantanado en el barro de la realidad post-terremoto en días que los fríos y las lluvias arrecian, especialmente sobre aquellos que perdieron todo: casa, cosas e incluso familiares por lo cual su dolor se acrecienta cuando sienten la llegada del invierno y aun no se vislumbra la solución a sus problema existenciales.
Pero no he dicho quiénes son las Siete Hermanas. O quiénes fueron. Se las llamó así a las siete compañías petroleras que existían antes de que naciera la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) y que eran las que, sin contrapeso, mandaban en el mundo. Después, algunas se fusionaron, dejando de ser siete individualizadas aunque, aun fusionadas, siguen siéndolo. Más tarde, con la aparición de la OPEP han perdido algo de su poderío, que, no obstante, sigue siendo tan grande que resulta difícil contrarrestarlo. O contradecirlo.
Las Siete Hermanas originales eran. Pero permítaseme antes explicar por qué se las bautizó como las Siete Hermanas. El nombre se lo puso un señor italiano llamado Enrico Mattei (si usted es aficionado a las intrigas y a las muertes extrañas, busque en la Internet: Enrico Mattei y sabrá quién fue, qué hizo, cómo murió y cómo fue que el avión en el que viajaba explotó en pleno vuelo matándolo a él y a todos sus acompañantes) y estuvo inspirado en el hecho que estas siete compañías petroleras no funcionaban como competidoras sino que lo hacían como «hermanas» protegiéndose espaldas e intereses mutuamente ante cualquiera amenaza a alguna de ellas o al negocio en global.
Ahora sí. Las Siete Hermanas eran: 1) ESSO (EUA), 2) Royal Dutch Shell (Países Bajos y Reino Unido), 3) British Petroleum también conocida como Anglo Iranian Oil Company (AIOC), 4) Standard Oil of New York, luego conocida como Mobil, 5) Standard Oil de California, conocida más tarde como Chevron al fusionarse con la Texaco, 6) Gulf Oil Corporation y 7) Texaco.
Hoy hay Siete nuevas Hermanas que son las que con las antiguas, comparten el poder en el mundo. Son: 1) Saudi Aramco (Arabia Saudita), 2) Gazprom (Rusia), 3) China National Petroleum Corporation, CNPC (China), 4) Nacional Iranian Oil Company, NIOC (Irán), 5) PDVSA, de Venezuela, 6) Petrobrás de Brasil y 7) Petronas, Malasia.
(*) Los resultados catastróficos para el planeta y la humanidad que lo habita lo serán aunque nunca haya ocurrido un derrame como el que comentamos ahora y que no es ni el primero ni será el último. El petróleo en las entrañas de la Tierra no fue puesto allí por la mano de Dios para que la mano del hombre lo extrajera como lo está haciendo. Llegará el día cuando el daño sea tan aplastante que el hombre, desesperado, querrá correr a buscar una solución; y entonces descubrirá que el mal es irreversible. Y que ningún dólar de los multimillones que acumuló dañando el medio ambiente y trayendo muerte en lugar de vida, le servirá de algo.
(**) Hace poco, recibí un correo desde España donde, entre otras cosas, dice: «El gobierno va a bajar el sueldo a los funcionarios y va a suprimir el cheque-bebé para afrontar la crisis que han generado los bancos y los especuladores bursátiles. Nos gustaría transmitirle al Gobierno y al PP, que también gobierna en muchas Comunidades Autónomas y organismos, lo siguiente: Dediquen su empeño en rebajar la vergüenza del fraude fiscal que en España se sitúa alrededor del 23% del PIB (10 puntos por encima de la media europea) y por el que se pierden 241.000 euros, fraude que repercute en mayores impuestos para los ciudadanos/as honestos/as».Y también dice: «Dijo la Vicepresidenta del gobierno que “es indecente que mientras la inflación es -1%, y tengamos más de 4.000.000 de parados, haya gente que no esté de acuerdo en alargar la jubilación a los 70 años". Nos gustaría transmitirle a esta "Sra. Vicepresidenta" y a todos los políticos, lo que consideramos indecente: Indecente es que el salario mínimo de un trabajador sea de 624 €/mes y el de un diputado de 3.996, pudiendo llegar, con dietas y otras prebendas, a 6.500 €/mes. Indecente es que un profesor, un maestro, un catedrático de universidad o un cirujano de la sanidad pública, ganen menos que el concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera. Indecente es que los políticos se suban sus retribuciones en el porcentaje que les apetezca (siempre por unanimidad, por supuesto, y al inicio de la legislatura)».
Otro correo, este desde Costa Rica, dice lo siguiente: «En estos días, Costa Rica está estrenando un nuevo cuerpo de diputados, recién electos, en nuestra Asamblea Legislativa. Cuál no sería la sorpresa y la decepción del pueblo cuando su primera acción fue la de legislar un aumento de sus propios sueldos, de por sí ya muy altos, ahora casi al doble. Costa Rica, según tengo entendido, es el país centroamericano con la mayor brecha entre ricos y pobres, pero el bloque oficialista nunca ha mostrado mucha preocupación por los pobres y han sido renuentes a aumentar el salario mínimo de los trabajadores. La Dra. Lisbeth Quesada, ex Defensora de los Habitantes, mujer lúcida y valiente, circuló una carta de denuncia, que reproducimos aquí. Fue tan masiva la protesta popular, que la presidenta del país tuvo que vetar el proyecto de ley, ya aprobado en primer debate por el oficialismo y sus aliados».
Leo en El Nuevo Herald de hoy, viernes 4 de junio: «Se inicia en Buenos Aires juicio por la Operación Cóndor». Y parte de la nota periodística dice: «Dos ex militares y tres ex agentes de inteligencia son juzgados desde el jueves en Argentina por crímenes de lesa humanidad cometidos en un centro de tortura montado en el marco de la Operación Cóndor que coordinó la represión ilegal de las dictaduras del Cono Sur en la década de 1970… Se los juzga por delitos de privación ilegal de la libertad, imposición de tormentos y homicidio calificado en perjuicio de 65 víctimas cometidos en Automotores Orletti… Por allí pasaron uruguayos, chilenos, bolivianos y cubanos. La mayoría no sobrevivió [bajo] el yugo de sangrientas dictaduras [que en opinión del fiscal federal Federico Delgado], “era un enclave del terror que no lo conducía una horda desbocada, sino algo calculado y planificado que convertía a los prisioneros en condenados a muerte, donde reinaba la cultura de la crueldad y la corrupción degradante del poder sin límites… Unos 13 mil disidentes políticos desaparecieron durante la dictadura en Argentina (1976-1983) según cifras oficiales. Para organismos de derechos humanos fueron 30.000».
Otro correo: «La mayoría, que se endeuda para tener cosas, termina teniendo nada más que deudas para pagar deudas que generan nuevas deudas, y acaba consumiendo fantasías que a veces materializa delinquiendo. El derecho al derroche, privilegio de pocos, dice ser la libertad de todos. Dime cuánto consumes y te diré cuánto vales. Esta civilización no deja dormir a las flores ni a las gallinas ni a la gente. En los invernaderos, las flores están sometidas a luz continua, para que crezcan más rápido. En las fábricas de huevos, las gallinas también tienen prohibida la noche.
Y la gente está condenada al insomnio, por la ansiedad de comprar y la angustia de pagar. Este modo de vida no es muy bueno para la gente, pero es muy bueno para la industria farmacéutica. EEUU consume la mitad de los sedantes, ansiolíticos y demás drogas químicas que se venden legalmente en el mundo, y más de la mitad de las drogas prohibidas que se venden ilegalmente, lo que no es moco de pavo si se tiene en cuenta que EEUU apenas suma el cinco por ciento de la población mundial».
(***) «En España tenemos mal concepto de los pobres. Si viene un sudaca rico es bien recibido a todos los niveles. Igual que si viene un negro rico o un árabe rico. Ahora bien, si son pobres, como que ya no es igual. Entonces... torcemos el morro. Somos clasistas, no racistas ni xenófobos. A mí no me molestan en absoluto los extranjeros. Aquí no cabemos todos pero lo que tengamos debemos repartirlo. No se pueden poner puertas al campo y mientras exista la desigualdad social habrá inmigración».
Finalmente, ¿a qué viene toda esta retahíla de malas noticias y de enfoques pesimistas? Viene a que tenemos que atrevernos a mirar a nuestro alrededor y asumir nuestra cuota de responsabilidad por lo que se hace, bien o mal. A que no es cuestión de simplemente encontrar bueno lo que hace mal la gente que piensa como nosotros. O encontrar malo lo que hacen quienes no piensan como nosotros. A que, como cristianos, tenemos el deber de ser críticos, bíblica y objetivamente críticos y hacer sentir nuestro peso a favor de la justicia y de la defensa de los valores que Jesús enseñó. Aunque los infractores sean gente que estén de nuestro lado en la trinchera de la vida.
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