Dios está del lado del Barça

Antes de este clásico el recién nombrado presidente de honor del Barça, Johan Cruyff, ha manifestado que Dios está al lado del Barça. El brillante exjugador del de la naranja mecánica y del Ajax, discípulo y protagonista del futbol total, recaló en el equipo catalán y comprendió las circunstancias que envolvían al club.

No sólo fue un gran conocedor, sino que trató de transformar eso que se denominó entorno. Un concepto rodeado de misterio que afecta no solo al equipo culé. El equipo merengue también tiene el suyo. El creador del Dream Team, no solo estableció una escuela, un modelo de jugar. También inyectó otra mentalidad y otra forma de entender el futbol.

En la semana del derby, cuando se ha oído hablar –nuevamente- de un jugador-dios, un “messías”, va y suelta que Dios está al lado del Barça.

No es una gracia, no es un eco del famoso chiste: ¡para que quieren algunos “un cristiano” si ya tienen a “dios”!. No. Va en serio.

Desconozco qué fe profesa Cruyff, si es que profesa alguna. Pero, en un país marcado por el catolicismo de un lado, y por el marxismo de otro, sus palabras tiene un claro entendimiento. Dios está con los humildes, con los que trabajan y no con los del mercado, los que compran, léase despilfarran. No cabe duda de que el primer patrocinador del equipo fundado por el protestante Joan Gamper fuera UNICEF, consituye todo un detalle y acierto.

Cruyff apela a la siguiente razón: “Dios está al lado del Barça, porque poner gente del fútbol base, que han crecido de pequeños aquí; eso es muy diferente que comprar”. Está claro, sobre todo en época de crisis económica, a qué se está refiriendo Cruyff.

Compárese con aquella otra frase de Caroline Celico, mujer de Kaká, Dios colocó el dinero en la manos… del Real Madrid, para contratar a Kaká. Tratándose Kaká de un jugador de fe evangélica el contraste no puede ser mayor. (Por cierto, hasta ahora los jugadores de esa fe no han triunfado en el R. Madrid, uno de los dos elementos que componen su peculiar “entorno”).

¿Dios, entonces, de parte de quién está? ¿Del que tiene dinero para comprar o del que trabajando con la gente desde pequeños, en la base? ¿Del quien tiene y derrocha, o del que pacientemente riega, espera, confía, se arriesga a que el árbol de fruto?

De todos modos. Sí, Dios está al lado de los pobres, de los niños, pero es que en definitiva, Dios está de lado de todos. Todos los que de corazón y humildemente le buscan. Los pobres de espíritu y que tienen hambre y sed de justicia. Ellos serán saciados y de ellos es el reino de los cielos. Mt. 5:3,6