Breviario del sosiego/ 20

Hermosa es la palabra Gratitud.

El mal de todos los tiempos radica en querer siempre más y más. No clames y sí esfuérzate en conseguir lo suficiente: no más, que puede aplastarte el corazón; no menos, porque con hambre llega la muerte.

¡Qué cántico para los momentos impagables haciéndose perpetuos! ¡Suaves y deliciosos son los acordes dentro de tu cuerpo!

A veces las palabras dicen lo que no se quiere afirmar.

Performances por doquier, pseudoartistas a granel en los escaparates de centros de arte contemporáneo. Y encima se llenan de vanidad. Pero la realidad trasciende a tanto montaje. Unos anónimos tailandeses, miles de ´camisas rojas´, donaron su sangre, para luego regarla contra la casa y las oficinas del Primer Ministro. Este performance sí que es genuino, sangre en los pies del que salga. Sangre de verdad de quienes están dispuestos a dar su vida, justifiquemos o no su causa. ¿Cuántos haríamos lo mismo por la Misión que nos conmueve?

Rebrillas, resucitada en mi firmamento; reverdeces en mi playa definitiva.

En la información, en el conocimiento: todo tiende a bajar la calidad, a hacer homogéneo lo mediocre.

Odisea la del corazón que oye una promesa y sigue su luz. Sacramento sin santiguar que por igual abraza y se rebela para revivir de lleno el Evangelio.

Voy siguiendo la estela de tu cuerpo, ése perfume…

Es curioso constatar cómo en Occidente (Europa, EE.UU.), para salvar el sistema financiero, se adoptan medidas diametralmente opuestas a las que el Banco Mundial y el FMI exigen cumplir a los países empobrecidos. La gran crisis de la inmoral economía supurará cuando mueran unos mil millones de prójimos.

La Gracia fecundada no tiende a lo efímero.

En política ya casi nadie atiende al programa sino a la imagen: importa seducir y no convencer. Por ello el ´asalto´ televisivo.

Intimidad, intimidad para la entrega ardiente, sin luto.

Que tu corazón no se aleje del caudal de la inocencia por estar más cerca del fluido avasallante de la mezquindad.

Unas gotas de rocío van regando las mañanas de tu vida.

Las ciudades serán las patrias del futuro.

Muchos tesoros son tan humildes y gratificantes como esos besos salmodiados que me das.

Me ampararé detrás de muchas alas, tras un bandeo de ángeles, por ejemplo.

Roja flor y misterio. Sólo eso y un canto estallante de gozo para este tiempo de terneza.

Con fuerza arde el amor en alma viva. Así se siembra el vuelo, a contraluz de los azules, cobrando altura para la fiesta acariciante.

Hacia mi madre van unas golondrinas que suelto por Castilla. Hacia mi padre van mis versos en su aprendizaje de clarividencia.

Sangre y pan del Cristo al que me gemelo, lejos del laberinto celosamente protegido por guardianes que ni Él reconoce.

Fundidos mi corazón y el tuyo propician una marea que crece y crece.

Vine desde esa distancia donde perdura el Paraíso.

Tanta charla inútil nos envuelve en polvareda.

Estoy esposado a tu sangre comulgante. Este amor que nos envuelve hace mucho que halló su fuente.

Dios es una verdad amada donde se encantan mis palabras.