Pero de la noche a la mañana,
Albino cambió radicalmente, dejó de beber y comenzó a ir de traje y corbata. Y nunca más volvió a maltratar a su esposa. ¿Qué milagro le había ocurrido a Albino, o fillo do señor Venerando?
"Se hizo protestante", decían entre bisbiseos las comadres del pueblo. Y, claro está, lo decían como algo malo. Como si hubiese traicionado sus raíces y se hubiese pasado al "enemigo".
Pero en mi mente de niño de los años 60 había algo que no encajaba.
Si Albino se había transformado en una nueva persona al convertirse al protestantismo, ¿por qué los protestantes iban a ser malos?
Somos hijos de nuestra memoria y mis primeros contactos con el mundo evangélico se alimentan de Albino y de una casa de la Avenida de Portugal de la ciudad de Ourense. Tenía dos plantas y, en mis recuerdos, estaba aislada y en lo que entonces eran las afueras de la ciudad. Y cada vez que pasábamos en el carrito (autobús) por allí, alguien repetía el consabido comentario: "
Es la iglesia de los protestantes, de los que comulgan con rosquillas..."
Tuve, pues, una infancia poco proclive a sintonizar con los protestantes. Y, mucho menos, tras mi paso por el seminario, donde
Lutero era el Anticristo y el hereje más hereje de los herejes de todos los tiempos. Tan malísimo que hasta había roto la Iglesia y era hijo del mismísimo Satanás. Tanta descalificación me hacía pensar en que muchas de las acusaciones eran falsas, pero la imagen negativa de Lutero y de los protestantes iba calando.
Mi visión del protestantismo dio un vuelco de 180º grados en la
Universidad Pontificia de Comillas de Madrid, a donde vine a estudiar la Teología. Aquí, de la mano de insignes teólogos como
Joaquín Losada, empecé a descubrir que el protestantismo era una confesión religiosa tan seria y evangélica como la católica, que todo lo que me habían contado de Lutero eran infamias y, sobre todo, que los más eminentes teólogos eran protestantes.
Aprendí a bucear en la complicada y profunda teología de los
Bultmann, Barth, Harnack, Paul Tillich, Jürgen Moltmann...Los grandes, los mejores, los más avanzados, los que abrían brecha e iban por delante y a los que no menos grandes teólogos católicos citaban con sumo respeto.
Desde entonces, empecé a valorar y apreciar a los protestantes, teóricamente. Sólo después empecé a conocerlos de cerca y a quererlos más.
Primero, trabajando en
Vida Nueva, conocí al
pastor Cardona. Y me impactó por su sabiduría, su temple y su libertad de espíritu. Siempre recordaré su definición del ecumenismo de Roma: "
Es el ecumenismo del lobo, que quiere zamparse a todas las ovejas".
Pero el que realmente me introdujo y me hizo saborear la galaxia protestante fue mi querido amigo
Pedro Tarquis, cuando estaba al frente del gabinete de comunicación de la Ferede. Él lanzó sus redes y, con sus buenas artes, fue pescando a todos los profesionales que, en Madrid, nos dedicábamos a la información religiosa. Por vez primera en muchos años, consiguió romper el techo de cristal de los medios y colocar al protestantismo en los periódicos y revistas de tirada nacional. Y no sólo eso, se fue haciendo amigo de casi todos.
Cuanto más iba conociendo a Pedro (en sus ideas y en la vida, como persona y como profesional de la medicina) más me hacía pensar en uno de esos justos de Yahvé que aparecen en la Biblia. T
odo un protestante, orgulloso de serlo, pero, al mismo tiempo, tan tolerante que nunca caía en anticatolicismo.
Gracias a él y a su ´
Libro de estilo protestante´, los informadores religiosos ya no titulamos "la Iglesia", para referirnos a la católica, como si no hubiese más Iglesias. Ya no hablamos de misas protestantes ni de religión evangelista. Aunque, a veces, por la fuerza de la costumbre, todavía se nos escape alguno de estos errores de bulto. O los jefes sigan titulando la Iglesia.
Lo que está claro es que todo este bagaje personal se plasma (ya sin la excusa de los jefes) se ha plasmado en
Religión Digital. Y bastante bien, creo yo, sin falsa modestia.
En estos tiempos en los que los grandes medios han expulsado a la información religiosa,
Religión Digital es un milagro.
Con casi dos millones de visitas mensuales, y más de 650.000 usuarios únicos, y
a punto de cumplir la primera década de existencia, Religión Digital es, con diferencia, el principal portal de información religiosa en castellano del mundo. Un "milagro" en la Red y un acicate para la competencia.
Religión Digital no sólo cubre la actualidad religiosa en España, en América y todo el mundo, sino que además
marca la agenda y sigue el pulso de la sociedad, de las confesiones religiosas, de la solidaridad, del turismo, de la cultura o del arte.
Las tres características que nos distinguen son:
la profesionalidad, la independencia y la pluralidad. Estos son los criterios que nos han guiado siempre y que seguirán haciéndolo. Porque ésas son también las claves de nuestro éxito. Y, porque, además, estamos convencidos de que, sólo así, podremos prestar un buen servicio a la profesión periodística, a nuestros lectores y al universo religioso en el que "vivimos, somos y existimos".
Dos de nuestras obsesiones son la l
ibertad total y la pluralidad absoluta de nuestros comentaristas. Pocos medios habrá en el mundo tan absolutamente libres y tan plurales. Tenemos comentaristas de diversas confesiones y, en el ámbito católico, de todas las sensibilidades. Desde las más extremas a las más centradas.
Buena prueba de la pluralidad del portal es la presencia de
bloggers y espacios católicos, protestantes, anglicanos, judíos, budistas y hasta agnósticos...Con una especial cercanía al mundo protestante: Pedro Tarquis, Juan José Cortés, monseñor Carlos López...
Somos el único medio de comunicación en España que tiene una sección exclusivamente dedicada a otras confesiones.
La página comenzó hace 9 años (cuando las conexiones iban a manivela) como un pasatiempo y una forma de verter toda la información que no podía publicar en El Mundo. Y fue creciendo poco a poco, casi al mismo ritmo de la Red.
Desde entonces hemos aprendido que l
a religión interesa. Y mucho. Y a muchísima gente. En contra de lo que suelen decir los principales gurús mediáticos de este país. Eso sí, siempre que la información religiosa no sea catequesis y esté servida y cocinada por profesionales independientes y libres. De ahí que la página haya ganado, y mucho, con la incorporación de un informador religioso tan solvente como
Jesús Bastante.
El presente y el futuro de la información religiosa están en la Red. En los grandes medios cada vez hay menos espacio para este tipo de información y, cuando se aborda, se enfoca desde el morbo, la espectacularización o la ridiculización.
¿
Les suena el cura de Noez o la "papisa" alemana obligada a dimitir por llevar unas copas de más? Páginas y páginas...Está con nosotros el "Papa" evangélico, que representa a 430 millones de fieles. ¿Saldrá en alguno de los grandes medios? Será complicado, ¿verdad Pedro, a pesar de tus esfuerzos y contactos? Y es que la información religiosa seria, profunda y bien tratada, se ha pasado a la Red.
CAMBIO DE PARADIGMA
Internet ha roto el paradigma clásico de las comunicaciones. Porque la cibercultura se extiende (los jóvenes ya utilizan más el ordenador que la tele) y se impone. Ya no es el futuro, sino el presente más rabioso.
Una cibercultura que rompe el paradigma clásico de la comunicación, porque no acepta absolutismos. Su valor principal es la libertad. Nada se impone, todo se ofrece. Internet es retroalimentación y feed-back permanente e inmediato. Por vez primera, cualquier ciudadano puede enjuiciar al periodista, aportar más datos, criticar el contenido de su artículo o enriquecerlo.
La servidumbre que esta enorme ventaja lleva aparejada es la existencia de "
trolls", gente sin principios ni escrúpulos que, escondida en el anonimato, se dedica a insultar o zaherir sin piedad a todo el que se mueve y que no piense como él. Este es nuestro principal dolor: ver cómo algunos comentaristas de las noticias, escudados en el anonimato, realizan comentarios ofensivos y llenos de odio y rencor contra los que defienden otras ideas.
Los talibanes de la Red no tienen piedad y destilan odio hacia sus correligionarios más comprometidos. Pero también en esto vamos avanzando y, cada vez, se instalan más filtros. Una tarea nada fácil, porque dificultar los comentarios es acabar con una de las armas más atractivas de la información en la Red.
En medio de esta inmensa telaraña que se extiende día a día, RD se ha asentado como
un portal, serio y solvente, de información religiosa. No es un portal católico, aunque un tanto por ciento elevado de sus informaciones giren en torno al catolicismo, confesión mayoritaria en el mercado de lengua española al que nos dirigimos.
Apostamos por la profesionalidad en lo informativo, pero también en lo formal, en lo técnico, en lo visual. Prueba de ello es el nuevo sistema, la nueva portada, con nuevas posibilidades y nuevas secciones: educación, solidaridad, otras confesiones, turismo, familia... Con apoyo de vídeos, audios, encuestas, opinión....
Queremos que nuestra web pueda reflejar cada vez más y mejor el mosaico religioso existente en España (contamos ya con protestantes, anglicanos y judíos; nos está costando más la presencia de los musulmanes). Porque el universo religioso es un mosaico que reluce más cuanto más bellas y más numerosas son cada una de sus piezas.
RD es un ejemplo de "ecumenismo real", donde todos los creyentes tienen la posibilidad de expresarse y discutir en igualdad.
En la Red nos encontramos con
Protestante Digital, que ya ha conseguido también convertirse en un referente de prestigio entre las publicaciones de información religiosa evangélica. Y que estrena nuevo diseño y nuevo sistema operativo. Con un director que, a pesar de no ser periodista de profesión, ha aprendido muy rápido. Y con unos columnistas de lujo. Enhorabuena a Protestante Digital. Si no fuera protestante, podría ser una excelente candidata el Premio Unamuno.
ORGULLOSO DEL PREMIO UNAMUNO
Un premio del que me siento orgulloso, porque significa, para mí, un honor y un reconocimiento a nuestro granito de arena a la hora de construir un país religiosamente abierto, tolerante y respetuoso con todas las confesiones religiosas.
Son ustedes una
riqueza extraordinaria para este país, que está en deuda con el protestantismo. Primero, porque no ha habido una petición de perdón, pública y solemne, por parte de las autoridades civiles y religiosas, por la persecución y la discriminación a la que estuvieron sometidos durante tantos años.
Y, después, porque la sociedad actual exige la normalización de su presencia y el aprovechamiento de su aportación, religiosa y social.
Este país nuestro que necesita dejar de ser martillo de herejes, luz de Trento y espada de Roma.
Para convertirse en crisol de confesiones religiosas que, en igualdad de trato y oportunidades, intentan saciar la sed de Dios que late, todavía hoy y cada vez más fuerte, en nuestra sociedad. En esa tarea nos encontrarán siempre.
Gracias de corazón. Por el premio y por lo que representa. Y ¡Aleluya!
José Manuel Vidal, director de Religión Digital
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