U2- Moment of surrender. Será un clásico de U2. En
Barcelona, abriendo la gira mundial del nuevo
No line on the Horizon, Bono acabó la traca de canciones con esta joya. Gracias en parte a los cinco acordes con los que el
synth marca la base que se extiende por toda la pieza, “Moment of Surrender” atrae desde el primer momento por su calidez, que anticipa algo creíble. Y entonces entra la voz de Bono, muy desgarrada, cantando desde un lugar profundo, hacia arriba, frases lanzadas al cielo, pero mirando hacia el suelo. En un momento, parece que el irlandés se ha quedado a solas con Dios: “En el momento de la rendición, en el que la visión estaba por encima de la visibilidad, (me plegué sobre mis rodillas), no veía los que pasaban por mi lado, y los que pasaban no me veían a mí”. Es un encuentro de uno a uno entre alguien que “ha jugado con fuego”, que ha “estado en todos los agujeros negros”, y un Dios que sigue ahí. “Mi cuerpo suplica volver, pide volver a mi corazón, al ritmo de mi alma”.
RELIENT K- Sahara. Vaya disco el de
este año. Nuevos ambientes, y melodías que empiezan a romper definitivamente con todo el
punkpop surfero anterior. Un álbum de 15 canciones trágicas, temático, es la forma en que parece que Matt Thiessen expresa su año de duelo. Escuchando los temas, a uno casi le sabe mal tener una mirada tan cercana a todo lo que ha significado su frustrada relación con la persona con la que se iba a casar. Letras que intentan describir la vergüenza, la frustración, el deseo de desaparecer, en un álbum producido a medida de un músico superdotado que parece haber perdido su identidad, que ya no entiende nada. “Sahara” (que va en un pack junto a “Oasis” y “Savannah”) avanza al ritmo de quién en su mente cree que arrastrándose por la arena llegará a huir de lo que le quema. Thiessen habla del león que no sabe si perdió el trono por su orgullo o por sus mentiras, y del viajero con exceso de confianza que se metió en el desierto y ahora espera detrás de una duna a que caiga la siguiente noche. No hay agua, no hay recursos propios, así que queda gritar: “Te pido una cosa. Sólo una cosa. Nunca me dejes ir. Aunque yo te dé la espalda”.
COLDPLAY- Death and all his friends. Es la pieza más entrañable de
Viva la Vida. De hecho, es el contrapunto a la épica canción sobre reinos perdidos y mil significados que ya todos hemos escuchado demasiado (la del “Ooooh-oooh-oh, Ooooh-oooh-oh”, cantado a coral). Ésta última canción es más sincera, es más transparente que el punto álgido del disco, y en lugar de vender adrenalina, retrata en tres increíbles cambios de ritmo algunas breves reflexiones sobre a dónde se va después de vivir la vida. Así Coldplay cierra un álbum redondo (de los que hay que escuchar de un tirón) y todo parece que queda en paz. Una sensación que en lo musical cuadra (vaya broche genial con la outro). “Death and all His friends” empieza como una nana, cambia a un compás que se desequilibra para ir creciendo a una melodía algo incómoda pero intrigante, y un riff de guitarra que busca algo que no encuentra. Para acabar con una declaración final: “No quiero reciclar venganza, no quiero seguir a la muerte y a todos sus amigos”. La vida y su final
no se pueden hacer caber en un disco, y en ello está la profundidad de esta canción.
SWITCHFOOT- My song: I´m on the run /
I´m on the ropes this time / Where is my song? I´ve lost the song of my soul tonight / Sing it out / Sing it out
/ Take what is left in me / And make it a melody / Sing it out / Sing out loud / I can´t find the words to sing / You´d be my remedy / My song / My song /I´ll sing with what´s left of me / Where is the sun? / Feel like a ghost this time / Where have you gone? / I need your breath in my lungs tonight / Sing it out / Sing it out / Take what is left in me / Make it a melody / Sing it out / Sing out loud / I can´t find the words to sing / You´d be my remedy / My song // I´m holding on / I´m holding on to you /
My world is wrong / My world is a lie that´s come true / And I fall in love / With the ones that run me through / When all along all I need is you. -A
Jon Foreman le han dejado escribir una canción sobre lo algo que muchos viven y no saben cómo expresar.
JARS OF CLAY – Two Hands. Se comenta por foros y webs que
The Long fall back to Earth es uno de los discos más destacados de esta ya muy experimentada banda. Lo que está claro es que
siguen trabajando como el que más en la música, que se lo toman como profesión. Nuevo disco en 2009, pues, ya hemos perdido la cuenta, en el que destaca especialmente “Two Hands”, por expresarse tan sencillamente. Las contradicciones de una casa dividida contra sí misma, de un mentiroso que tiene sed de una verdad absoluta. “Si sólo mis dos manos hicieran lo mismo, y no usara una para acercarte y otra para apartarte”, si sólo “abriera los ojos” concluye una melodía muy pop que funciona. Para Jars of CLay la fórmula también esrendirse y empezar un nuevo día. Un nuevo año con el cambio real.
[Lo mejor para escuchar estas canciones es Spotify (legal y gratuito). El formato vídeo también funciona, pese a perder calidad de sonido.]
¡Un buen 2010, lleno de melodías con sentido, y palabras que les den contenido!
Escrito por: Joel Forster
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