El OCI es un observatorio que surge de la plataforma de la propia sociedad civil, como un grupo de trabajo impulsado por la
Alianza Evangélica Española (130 años de existencia), una entidad de confesión evangélica que agrupa a personas de todas las sensibilidades protestantes. Decimos que es independiente no por ser apolítico (algo que sinceramente nos parecería poco creíble) sino por estar formado por evangélicos de todas las orientaciones políticas e ideológicas del panorama democrático español. OCI además colabora en la lucha contra las modernas esclavitudes a través de “Stop the traffik” o “Esclavitud XXI”.
No es algo nuevo que los evangélicos o protestantes participen en la lucha en contra de la esclavitud. Fue
William Wilberforce quien dirigió la campaña que, a finales del siglo XVIII, acabó con el tráfico de esclavos. También en España figuras como
Julio Vizcarrondo o
Antonio Carrasco se pusieron al frente de las sociedades que luchaban por la abolición de la esclavitud en y desde España, cuando éramos el último país europeo que mantenía la esclavitud. Todo ello sin olvidar a figuras internacionales contemporáneas como
Abraham Lincoln, Martin Luther King, Desmond Tutú y otros.
El problema del fenómeno del tráfico de personas no es una cuestión puntual. Se calcula que nada menos que 4 millones de personas son traficadas anualmente en el mundo. Un 80% son mujeres o niñas y el 50% son menores de edad. Y en este aspecto España ocupa un triste puesto destacado en el mundo en el número de personas que han sido objeto de trata para ser dedicadas a la prostitución. Se habla en todos los estudios de un número que nunca es inferior a 300.000 prostitutas en nuestro país. En el vergonzoso ranking en esta materia somos el país número uno en Europa en cuanto a personas prostituidas. Gran Bretaña, que tiene una población de unos 60 millones de habitantes, tiene unas 84.000 personas prostituidas, mientras que España con 45 millones tiene más de 300.000. Esto nos puede dar un sentido real de la magnitud del problema en nuestro país.
Tirando de este hilo que ata la libertad de 300.000 personas dedicadas a la prostitución en España vemos que un 90% son mujeres extranjeras y un 10% españolas.
Frente a los estereotipos machistas que quieren entender que la prostitución es una actividad mayoritariamente voluntaria, varios estudios han constatado que al menos un 95% de las prostitutas son mujeres que han sido objeto de trata y sólo un máximo de un 5% ejercerían la prostitución voluntariamente (y esto con matices que habría que considerar). Obviamente, son parte de este 5% de mujeres las únicas que son visibles socialmente, las únicas que forman asociaciones, y las que se manifiestan pidiendo la legalización de la prostitución, ya que el resto vive sin derechos, en condiciones muy parecidas a la esclavitud, y que no pueden ni siquiera en pensar en aparecer en la palestra pública para explicar que no quieren ser prostituidas.
¿Cuáles son las razones por las que España se ha convertido en una meca para los traficantes de personas? En nuestra investigación hemos encontrado dos causas principales. La primera es que en 1995, con el acuerdo aprobado entonces con el apoyo de la mayoría de los partidos políticos, se despenalizaron las conductas favorecedoras de la prostitución produciendo un “efecto llamada” con el subsiguiente y drástico incremento del número de personas traficadas. Aunque sensatamente todos los partidos reaccionaron cambiando otra vez el Código Penal en 2003, nuestras carreteras ya se habían llenado con las luces de neón de los prostíbulos. La segunda razón es algo mucho más enraizado en los hábitos sexuales de los españoles. 1.500.000 españoles consumen prostitución cada día. El consumo de prostitución es algo visto como normal por una gran parte de la población, tan normal que se contratan prostitutas como un servicio más que completa as atenciones de ciertas convenciones o amenizan muchas despedidas de soltero.
Si algo más hay que añadir a la privación de libertad y denigración de las personas que son convertidas en simples objetos de uso como cuerpos, la realidad es que la situación de la gran mayoría de las mujeres prostituidas es precaria. Entre el 60 y el 75 por ciento de las mujeres prostituidas han sido violadas alguna vez, entre el 70 y el 95 por ciento fueron maltratadas alguna vez. La prevalencia de enfermedades psicológicas, como ansiedad, depresión, desdoblamiento de la
personalidad, consumo de drogas, etc. es altísima. En cuanto a las consecuencias en la salud sexual y reproductiva destaca un alto riesgo de ETS, enfermedades pélvicas inflamatorias, mayor riesgo de cáncer cervical, etc.
El informe también analiza la actuación de los diferentes partidos ante este tema. Destaca que ha habido un avance en la sensibilidad hacia el colectivo de personas objeto de trata y tráfico. Todos los partidos han mostrado un grado de interés renovado. Un ejemplo es que el presidente Zapatero citó por primera vez en el último discurso de investidura el tema del tráfico de personas como una de las prioridades de su gobierno. Por primera vez un gobierno en España realiza un plan integral, que comprende a todos los ministerios, contra la trata de personas con fines de explotación sexual. Sin embargo queda mucho aún por realizar y el acuerdo dentro de los partidos aún es parcial.
El OCI dedica también en su informe un espacio al análisis del plan integral del gobierno. Reconoce que hay aspectos muy positivos, como el hecho de afectar a todos los departamentos, de incidir en la educación en las escuelas, en proponer la supresión de los anuncios de prostitución en la prensa escrita, etc. Sin embargo, también lamenta que no se haya ido más allá en otros aspectos. Por ejemplo, es un plan que en su justificación reconoce que la trata existe porque existe la prostitución, pero en su desarrollo olvida luchar contra esta lacra. Además entendemos que limita los beneficios de la protección a la víctima a aquellas que denuncian, siendo estas sólo el 0,5% de todas las que son intervenidas al año. Y sólo concede un período de 30 días de protección a la víctima antes de que esta denuncie, cuando en muchas ocasiones las víctimas están tan confusas que ignoran hasta en qué ciudad están.
En cuanto a las propuestas, el informe las divide en diversas áreas. Las medidas legislativas son una de las claves para reducir el problema. Se propone como objetivo caminar hacia el modelo de ley que se aplica en Suecia y Noruega. El pilar sobre el que se construye esta ley es la penalización de la compra de servicios sexuales, castigando al mal llamado cliente. Sin clientes, sin demanda, se reduce la prostitución y sin prostitución se acaba con la trata y el tráfico. La realidad que muestran los números es que cuando se legaliza la prostitución el número de personas traficadas y víctimas de la trata se incrementa exponencialmente. En el lado opuesto, los resultados en los países en los que se ha aplicado la ley sueca ven una disminución extraordinaria del número de personas traficadas.
También se proponen medidas que afectan a los medios de comunicación. Quizás la más destacable es la prohibición de anuncios de prostitución en la prensa escrita. Estos anuncios constituyen el marketing de los traficantes. Mantenerlos es favorecer la trata y el tráfico. Hay que huir de la doble moral que nos hace denunciar a los traficantes en las páginas de información y a la vez lucrarse de su negocio en las páginas de anuncios (¡imaginemos algo parecido hablando de la cocaína!). Algunos periódicos ya no admiten esta publicidad como Público, Avui, o la prensa gratuita, que demuestra que no sólo se debe hacer, sino que es posible aplicarlo.
Hay que recordar que lo que hay detrás del negocio del tráfico y de la trata son enormes intereses económicos apoyados por grupos de presión que tienen todos los recursos para imponerse hasta a las fuerzas públicas de los Estados. Actualmente el tráfico de personas ocupa el segundo lugar entre todos los tipos de tráficos, por detrás del tráfico de armas y por delante del tráfico de drogas. Es mucho más rentable que este último, ya que se puede utilizar a la persona una y otra vez, mientras que la droga, una vez consumida hay que volverla a traficar.
MÁS INFORMACIÓN
NOTICIA:
Protestantes del OCI contra el tráfico de personas para comercio sexual en España
INFORME DEL OCI
de este año 2009 sobre ´El tráfico y la trata de seres humanos con fines de explotación sexual en España´.
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