Pertenece a la tradición reformada alemana que ha dado nombres tan ilustres como los de Eberhard Busch y Christian Link, para mencionar sólo dos nombres de eruditos contemporáneos.
Niesel fue autor de junto con Peter Barth (hermano de Karl, el famoso teólogo suizo) y D. Scheuner editó
una amplia antología de Calvino en 5 tomos (
Joannis Calvini opera selecta. Múnich., Kaiser), publicada entre 1926 y 1962, la cual pronto se instaló como una de las referencias más completas y citadas por los estudiosos de todo el mundo.
El contenido de dicha obra, que muestra muy bien el desarrollo dinámico de la producción calviniana, es el siguiente:
I. Obras de los primeros años hasta finales de su estancia en Estrasburgo: Concio academica, Institutio Christianae Religionis (1536), De fugiendis impiorum illicitus Ecclesiae vel administrandis vel abjicendis, Artículos de Ginebra (1537), Instruction et Confession de foi de Ginebra, Confessio fidei de Eucharistia, responsio ad Sadoletum, Epinicion Christo cantatum, Petit traite´de la Sainte Céne.
II. Opuscules, Confessions de foi y Ordonnances ecclésiastiques (1542-1564).
III-IV. Institutio Christianane Religionis (1559).
V. Sermons.(1)
También fue autor de
un volumen sobre bibliografía calvinista entre 1901 y 1959 (Múnich, Kaiser Verlag, 1961), y de
Die Theologie Calvins (La teología de Calvino
. Múnich, Kaiser, 1938; en inglés: 1956).
Este último trabajo ha sido visto como una de las mejores y más amplias exposiciones de la teología calviniana. Niesel se mueve sostemáticamente a través de la teología del reformador y ofrece una lúcida exposición. Su plataforma de análisis consiste en desglosar la teología calviniana en dos categorías: la mayor, con temas tales como la Trinidad y la Biblia, y las menores (más “mundanas”), como los límites del gobierno civil.
Su análisis ilumina bastante acerca de las ideas de Calvino y ayuda bastante a situarlas en el marco de su época de origen. Dividida en 16 capítulos, el primero de ellos es un panorama de los estudios críticos, especialmente a partir de 1909, fecha del 400º aniversario del nacimiento de Calvino.
Entre los autores a los que pasa revista están algunos no tan conocidos en la actualidad, como Hermann Bauke, Erwin Mülhaupt y Peter Brunner, con los cuales encuentra afinidades, pero también notables diferencias, especialmente en sus apreciaciones acerca del contexto de la teología calviniana. El capítulo concluye con una advertencia sobre el contenido del volumen: “Lo que se ofrece en las siguientes páginas no es un abordaje exhaustivo de la teología de Calvino en el sentido de enumerar detalladamente los puntos principales de su doctrina. El propósito es, más bien, iluminar cada aspecto de su enseñanza con algunos ejemplos básicos. Los problemas de su teología deben revelarnos el problema esencial y llamar la atención a nuestra propia teología e iglesia”.(2)
A pesar de esas palabras, los restantes 15 capítulos despliegan una visión comprehensiva del pensamiento calviniano a partir, como se dijo, de los grandes temas teológicos: el conocimiento de Dios, la Trinidad, creación y providencia, el pecado, la ley de Dios, el Antiguo y el Nuevo Testamento, el mediador y la gracia de Cristo dentro de los creyentes en una primera parte; la segunda parte, de asapectos incluso prácticos, incluye: la vida del creyente, y la oración; para concluir con una tercera: la elección eterna, la Iglesia, los sacramentos y el gobierno civil. La sección final, “La teología de Calvino y su estructura” es una síntesis de los aspectos expuestos. Llama mucho la atención, en el capítulo sobre el gobierno civil, la forma en que expone el autor la excepción, enc auanto a la obediencia a las autoridades, que representa para los creyentes la existencia de una tiranía, puesto que una situación así pone en entredicho, en el lenguaje del siglo XVI, “el honor y la gloria de Dios”, y los gobernantes injustos, así, encaminan a sus subordinados “a la idolatría y a las abominaciones contrarias al servicio a Dios y los príncipes se vuelven indignos de su nombre o de ser reconocidos como autoridades. ¿Por qué? Porque solamente existe una fuente del poder, del cual ellos disfrutan legítimamente. Dios los ha colocado en ese oficio. Y si ellos destronan a Dios, ¿por qué hemos de rendirles obediencia?”.(3) Este es un ejemplo de la forma en que Niesel cita a Calvino, pues los ejemplos escogidos destacan impecablemente las aportaciones teológicas del reformador. De ahí su utilidad y pertinencia actual.
Otra de las obras de Niesel es
Evangelium und die Kirchen, traducida al inglés como
Reformed symbolics: a comparison of Catholicism, Orthodoxy and Protestantism (
Simbólica reformada: una comparación entre catolicismo, tradición ortodoxa y protestantismo, 1962).
1) E. Leonard, Historia general del protestantismo. Madrid, Península, 1967, t. 1, p. 368.
2) W. Niesel, The theology of John Calvin. Cambridge, James Clark, 2002, pp. 20-21.
3) J. Calvino, Corpus Reformatorum, 41, 415ss; 11, 707, cit. por W. Niesel, op. cit., p. 244.
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