EEUU: el puzzle del siglo XVII

Las colonias norteamericanas crecieron a costa de las pérdidas francesas. Mientras en el norte los franceses se empeñaban en mantener sus débiles posesiones de Nueva Escocia, en el sur se buscaba colonizar el río Mississippi.

Los españoles estaban demasiado débilitados para frenar a los franceses, pero a pesar de ello lograron fundar las colonias de Pensacola en Florida y San Antonio en Texas.

Fue en ese momento cuando los rusos decidieron entrar en la partida y crear su propio imperio colonial en América.

Siberia había constituido un punto de exploración habitual para los tramperos rusos, desde el siglo XVII habían recorrido el territorio, pero la llegada al trono del ambicioso Zar Pedro I impulsaría al imperio y provocaría la colonización de Alaska.

El elegido para la misión de explorar y colonizar Siberia y Alaska fue un danés llamado Vitus Jonassen Bering. Bering descubrió el mar que separaba América y Asia, junto al estrecho que llegaba hasta el Nuevo Continente.

Las colonias inglesas estaban comenzando a organizarse en un territorio más centralizado. Inglaterra se transformaba en Gran Bretaña, uniéndose bajo una misma ley a escoceses, galeses e ingleses.

Las colonias pasaban a denominarse británicas, pero detrás del nombre lo que subyacía era un cambio de política. Con la excusa de acabar con la piratería, que a comienzos del siglo XVIII era una verdadera plaga, y proteger a los colonos de otras potencias, el estado británico aumentaba su ejército y los impuestos de los colonos.

La decimotercera colonia estaba apunto de formarse, Georgia constituía la última pieza del Imperio Británico en América.

James Edward Oglethorpe, un militar y destacado filántropo, miembro del Parlamento y pacifista convencido luchó por la dignificación de la vida de los presidiarios y buscó un lugar en América para rehabilitarles.

Fundó una nueva colonia al sur de Las Carolinas. Una tierra de nadie perteneciente en teoría a España, donde se refugiaban esclavos huidos. Prohibió la esclavitud en el territorio y desarrollo una política de tolerancia.

Muchos disidente religiosos suizos y austriacos llegaron a la nueva colonia, pero la presión española y la falta de mano de obra para los campos de algodón puso en crisis el modelo de Edward.

La tolerancia impregnaba poco a poco a todas las colonias, aunque seguía persiguiéndose en algunas la práctica católica.

La creación del primer periódico americano el Boston Newsletter constituiría el germen de los Estados Unidos de Norteamérica.