El yacimiento del tel (montículo en hebreo) ha sido excavado en su totalidad, obteniéndose un abundante material arqueológico, que ha mostrado aspectos de la vida social, militar y religiosa en el periodo de los reyes de Israel y Judá, de acuerdo con el contexto expresado en la Biblia.
Las excavaciones realizadas por el arqueólogo Yohanan Aharoni entre 1962 y 1967 datan el primer asentamiento israelita en el siglo X aC. Previamente, 1500 años antes, quedó desierta la ciudad cananea de Arad, que había sido construida a los pies del cerro, con una extensión de diez hectáreas y cuya población alcanzó 2.500 habitantes.
La estructura de la fortaleza israelita presenta un perímetro cuadrado de unos 53 metros de lado, evidenciándose diferentes reconstrucciones durante los sucesivos reinados de Judá, coincidiendo sus niveles de destrucción con enfrentamientos militares narrados en la Biblia, como la conquista del rey asirio Senaquerib en
2 Reyes 18:13. Entre los elementos hallados en su interior son destacables:
- Un santuario de 20x14 m, con una estructura de cierta similitud al templo de Jerusalén.
- Una colección de más de 100 ostracas, conteniendo el mayor conjunto de inscripciones hebreas hasta ahora descubierta del periodo bíblico.
- Un grupo de cerámicas de diferentes estratos, que sirven como referencia para catalogar y datar las de otros yacimientos, junto con la información que aporta de éste.
Arad es nombrada en la Biblia con relación a la fase de asentamiento de Israel en Palestina, en los libros de
Números 21:1-3, 33:40,
Josué 12:14 y
Jueces 1:16. Igualmente aparece su nombre en varias ostracas halladas en la ciudadela. También es mencionada en la relación de ciudades conquistadas por el faraón Sheshonq I (Sisac en el texto bíblico) que fue reflejada en las paredes del templo de Karnak, describiendo la incursión realizada en Palestina, y que coincide con la narración bíblica de
1 Reyes 14:25-27 y
2 Crónicas 12:2-9, en la que se menciona el saqueo del tesoro en el templo de Jerusalén. El nivel X de la excavación de Arad revela la destrucción que realizó éste faraón de origen libio.
El
santuario de Arad estaba situado al noroeste de la ciudadela, distribuido en tres partes. Al exterior, el atrio o gran patio (Ulam), dispone de un altar del sacrificio cuadrado de 2,5 metros de lado, construido de piedra, siguiendo las indicaciones del libro de
Éxodo 20:25. Junto a él, y en las dependencias anexas, se localizaron utensilios de culto. Desde el
patio se accede al lugar santo (Hekal) por su lado ancho y, de éste, a través de tres escalones al sanctasanctórum (Debir), donde se ubicaba la presencia de Dios mediante una estela de piedra pintada en rojo (massebot). Dos altares con terminaciones cóncavas servían para quemar incienso.
Además del santuario de Arad en Judá, hay evidencias de que existieron otros en Beersheva, al hallarse la sillería de un altar con sus característicos cuernos en las esquinas reutilizado en la muralla defensiva de la ciudad, así como en Laquis, donde Y. Aharoni encontró un altar y objetos de culto enterrados en un pozo cubierto por edificaciones.
Los datos de la excavación de Arad revisados por Zeev Herzog (de la Universidad de Tel Aviv), junto con los de Beersheva y Laquis, señalan que los santuarios fueron posiblemente desmantelados con la reforma religiosa realizada por el rey Ezequías al final del siglo VIII aC, de acuerdo con el relato del libro 2 Reyes 18: 4,22. Hay que indicar que el mobiliario y objetos de culto fueron respetados en su significado ritual, pues se localizaron recostados y enterrados cuidadosamente bajo una capa de relleno.
Entre la colección de ostracas, la mayoría de carácter administrativo, hay inscripciones con nombres de las familias sacerdotales Meremot y Pashur, mencionadas en los libros de
Esdras 8:33 y
1Crónicas 9:12. Además, aparecen en ellas otros nombres personales con el elemento teofórico de
Yahweh, muy común en la población e indicativo de su adoración. Así, el profesor Allan Millard de la Universidad de Liverpool, en su estudio contabilizó cerca de 600 nombres compuestos con la palabra Yahweh, de los aproximadamente 1.200 hallados en ostracas y sellos en Judá.
Hay un ostracon catalogado con el número 18, que tiene un valor especial, al mencionarse en el la “Casa de Yahweh”. Es datado a principio del siglo VI aC, cuando ya no existía el santuario de Arad, y su referencia va dirigida al templo de Jerusalén. Al parecer el mensaje que contiene el ostracon es enviado a Elíashib, responsable de la ciudadela, y su contenido alude a una persona que estaba en la Casa de Yahweh, como indica el fragmento de la inscripción: "A mi señor Elíashib, [...] y en cuan
to a la cuestión que me ordena está bien; él está en la Casa de Yahweh."
Asimismo, en las dependencias administrativas del jefe de la guarnición de Arad, situadas al sur de la ciudadela, además de ser mencionado su nombre en diferentes ostracas en relación con su gestión, han sido hallados tres sellos suyos con la inscripción “[Perteneciendo] al hijo de Eliashib de Eshiyahu”.
Al final del reino de Judá, la fortaleza de Arad fue destruida probablemente por los Edomitas, aliados de Babilonia en el 587 aC. Posteriormente fue ocupada por un enclave persa al parecer no muy extenso, el cual quedó sepultado en el periodo heleno por una gran torre maciza cimentada sobre la roca del montículo, ocupando parte de la antigua fortaleza israelita pero sin destruir el santuario; Después en el imperio romano se construyó una fortaleza con unos fundamentos pocos profundos que no afectó a los anteriores estratos, como tampoco los alteraron ulteriores asentamientos árabes.
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