Era curioso ver la reacción que esto producía en todos aquellos que la leían. Los menos, esbozaban una forzada sonrisa; la mayoría, pasaba ampliamente del tema; y unos cuantos, se rebelaban después de haber leído esta frase.... la vida es demasiado dura y seria para pensar en estas “catetadas”.
Hace tan sólo unos días, leí acerca de alguien que, al parecer, había encontrado en algún lugar una lista con diez reglas para una vida más feliz.
1.- Regalar algo.
2.- Hacer algo amable.
3.- Dar gracias siempre.
4.- Trabajar con brío y vigor.
5.- Visitar a los ancianos y aprender de su experiencia.
6.- Mirar atentamente el rostro de un bebé y maravillarse.
7.- Reírse a menudo, es un lubricante para la vida.
8.- Orar para conocer la voluntad de Dios.
9.- Hacer planes como si se fuera a vivir para siempre, porque así será.
10.- Vivir como si hoy fuera nuestro último día sobre la tierra.
Puede que a algunos de vosotros estas os resulten sólo unas cuantas razones pueriles, pero lo cierto es que están cargadas de razón. Cosas como hacer algo amable, dar las gracias, mirar el rostro de un bebé o reírse a menudo, pueden parecer cosas sin importancia en un mundo donde reina la crisis, la competitividad, el duro trabajo cotidiano, la ley de la supervivencia y el salir a flote a costa de lo que sea. Es cierto, cuando miramos a nuestro alrededor, puede que sólo veamos un mundo duro y sombrío en el que impera la ley del más fuerte, pero muchas veces estamos tan absolutamente obcecados en ver todo lo malo, que nos olvidamos que la vida también tiene cosas maravillosas; sólo hace falta parar -de vez en cuando- y redescubrirlas. Están ahí, al alcance de todos.
Me encanta el poema que encabeza este artículo, mi velero y el tuyo pueden ser iguales, estar en el mismo mar, y ser empujados por el mismo viento; pero es la dirección de las velas lo que marcará el fin del viaje.
La felicidad, el gozo, la alegría, son actitudes que hay que escoger; es una decisión a elegir, sea cual sea el viento que sople sobre nuestras velas.
- “El corazón alegre hermosea el rostro; más por el dolor del corazón el espíritu se abate”
- “Todos los días del afligido son difíciles; más el de corazón contento tiene un banquete continuo
- “El hombre se alegra con la respuesta de su boca; y la palabra a su tiempo cuan buena es”
- “La luz de los ojos alegra el corazón; y la buena nueva conforta los huesos”
- “El corazón alegre constituye un buen remedio; más el espíritu triste seca los huesos”
Quién dijo que la Palabra de Dios no es atemporal??......
Es cierto, sé muy bien que hay situaciones en la vida en las que sería fuera de toda lógica estar alegres, pero de lo que yo hablo, es de una actitud ante la vida. Están los que siempre ven el vaso medio vacío y los que siempre lo ven medio lleno, además los que pertenecemos a Dios, podemos pasar por las circunstancias más dolorosas perdiendo la lógica alegría, pero no el gozo interior.
En una ocasión escuche hablar sobre el tan conocido texto: “El gozo del Señor es nuestra fortaleza”. La persona que hablaba decía: cuando perdemos el gozo perdemos la fuerza, cuando perdemos la fuerza perdemos todo el poder. Aquellas palabras se apoderaron de mi corazón de una manera impresionante; yo, que siempre me había caracterizado por mi alegría había dejado que “los ladrones del gozo” borraran de mis labios la sonrisa y, aunque los dones espirituales seguían estando ahí, mi ministerio había perdido todo el poder.
Aquella noche me prometí a mi misma delante del Señor, que nunca más me volvería a suceder lo mismo y -desde entonces- lo procuro cada día. La vida, muchas veces, no es fácil, pero yo quiero poner mis velas en la dirección correcta, para que el viento me lleve al puerto deseado.
Conozco a alguien que siempre termina sus Emails diciendo: Ha salido el sol??...o es que me has sonreído??...
Yo espero que esta sencilla reflexión, al menos te haya provocado una suave sonrisa y prefiero terminar diciéndote: Ha salido el sol??... es porque me has sonreído!!!!!!
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