DC Talk nació en Virginia a finales de los ´80 como una formación de Rap formada por tres jóvenes cristianos con ganas de hacerse un hueco entre otros grupos de música, más allá de lo que en Estados Unidos siempre se ha llamado el “mercado cristiano” (una etiqueta que ha hecho mucho daño a decenas de grupos salidos de un contexto cristiano, porque les ha cerrado las puertas a tener la oportunidad de ser escuchados por el público en general).
Después de
DC Talk (1989) y
Nu Thang (1990), sus dos primeros discos, se convirtieron de la noche a la mañana en el referente de un ámbito en el que pocos cristianos se habían atrevido a meterse: la música
Hip-Hop. El impacto de
Free at Last (1992) en la juventud de las iglesias americanas fue espectacular (excepto en aquellas en las que se predicaba que la música más allá de los himnos iba en contra de la Biblia, claro). La generación de jóvenes creyentes del momento no podía creerse que en un mismo disco se mezclaran un
flow rap a la altura de muchos otros grupos seculares con un mensaje tan claro y directo.
Saltaban a la vista las canciones “Luv is a verb”, en el que DC Talk avisaba que la palabra ´amor´ es más seria de lo que a algunos les parece, y “The Hardway”, una impresionante balada sobre el aprender a base errores: “Nunca pensé que llegaría el día / en el que desearía no haber vivido nunca este camino”.
Después de su presentación en sociedad, el trío explotó en 1995 con el trabajo
Jesus Freak, que daba nombre a la canción que ha inspirado a numerosas bandas posteriores (y que incluso han adoptado movimientos como la corriente
punk alemana, autodenominada “Jesus Freaks”). El álbum se convirtió en un referente instantáneo. El sonido había evolucionado a un estilo pop-rock muy convincente, que destacaba por melodías como las de “What have we become” o “Colored People” y letras como las de la muchas veces traducida “In the Light”. Pero aunque el CD era de notable alto en su totalidad, quienes lo escuchaban por primera vez sólo eran capaces de ver (escuchar) una canción: “
Jesus Freak”. Todo lo otro sonaba menor al lado de
LA canción.
Desde los primeros segundos del track, impactan los acordes de una guitarra electríca muy afilada. Entra la voz arrastrada de Michael Tait para situar suavemnte la canción. Y después, la sorpresa: Toby Mac rapea sobre la base rock. Un rap en una canción rock? Linkin Park, Limp Bizkit y también muchos otros grupos formados por cristianos lo convertirian más adelante esta combinación en un estilo de música
per se: el Nu Metal, pero en “Jesus Freak” muchos escucharon por primera vez una fusión que hasta entonces aún no habían imaginado que se pudiera hacer. Y después de las rimas, el coro. Muy potente, y a tres voces, dice:
Qué pensará la gente cuando se dé cuenta que soy un loco (adicto) por Jesús
Qué hará la gente cuando se dé cuenta de que es verdad
No me importa mucho que me cataloguen como un loco (adicto) por Jesús
Ya que no hay forma de ocultar esa verdad
No cabe duda que los acordes enganchan desde el principio. Es verdad que el contraste entre estrofa y
bridge rapeado le da a la canción un ritmo trepidante. Y que la voz de Kevin Max destaca por sí sola. Pero lo que impacta realmente de “Jesus Freak” es que una canción con un mensaje tan radical como éste tenga el impacto que ha tenido. Si uno se mira las letras del resto de canciones del disco, hablan de Dios, hablan de valores, de amor, de paz, pero de una forma suave.
En cambio, “Jesus Freak” trata de un hombre con tatuajes que, subido en una caja, grita en medio de la ciudad sobre su fe. Y de otro hombre (éste más conocido por quienes haya leído los evangelios) que solía vivir en el desierto, comía langostas y murió decapitado por hablar a todo el que le quisiera escuchar sobre un mesías que iba a llegar después de él.
La canción llevó el álbum entero a convertirse en disco de vinilo. También ha sido la inspiración para varios libros que recopilan la vida de mártires cristianos de la actualidad. Es esta canción es la que les ha llevado a tener hueco en muchos medios seculares (llegando al puesto número 16 del
chart de la Revista Billboard, referencia en las tendencias musicales en Estados Unidos). Y ésta canción ha marcado un punto de inflexión en la autoestima colectiva de la generación de adolescentes cristianos de los ´90, con un mensaje directo: no te acomplejes, un cristiano puede ser alguien que tiene algo que decir a la sociedad.
Y la comparación con Nirvana, en qué se argumenta? Ahí va. “Smells like Teen Spirit” de Nirvana la ha escuchado casi todo el mundo. “Jesus Freak” de Dc Talk, ni que sea por casualidad, la conoce todo estadounidense cristiano que tenga un mínimo interés en música moderna. Nirvana rompìó moldes por querer innovar con un rock realmente alternativo. DC Talk rompió moldes porque demostró que se podía hablar de Dios y sonar moderno (de acuerdo, Petra y Stryper también lo habían conseguido, pero no llegaron a un público tan heterogéneo). Nirvana arrastró a masas de jóvenes que buscaban la alternativa al consumismo. DC Talk congregó en sus conciertos a miles de cristianos que querían ser alternativos en su fe (Véase el dvd
Welcome to the Freakshow!. Nirvana se vistieron de antihéroes. DC Talk, de
freaks a los ojos de la sociedad. Nirvana marcó los 90. DC Talk, en su ámbito más reducido, también.
Sólo una diferencia: el líder de Nirvana, Kurt Cobain, se suicidó. Toby Mac, exlíder de DC Talk, sigue hablando de vida en todas sus canciones.
[
Una segunda parte sobre la trayectoria de DC Talk, pronto en ésta columna]
Escrito por: Joel Forster
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