Este enigmático tesoro fue hallado en 1968 por el arqueólogo Ze´ev Yeivin en Estemoa, a unos 19 kilómetros al sur de Hebrón. El descubrimiento se produjo durante los trabajos de limpieza y excavación que realizaba Yeivin, en nombre de la Autoridad de Antigüedades de Israel, en la sinagoga de Estemoa del siglo III-IV dC.
La sinagoga de Estemoa tiene una planta rectangular con la hornacina para el altar de la Torá situada en el lado mayor del edificio y orientado hacia Jerusalén. Su fachada monumental tiene tres puertas, precedidas de un pórtico de columnas en el lado más estrecho del edificio.
En un principio,
se llegó a pensar que la plata encontrada era parte del botín que el rey David obtuvo de los Amalecitas, cuando los asaltó para recuperar a su familia secuestrada por estos, según el relato bíblico del primer libro de
Samuel 30:26-28. De acuerdo con el relato, distribuyó el botín entre sus amigos dirigentes de localidades en Judá, una de estas poblaciones era Estemoa.
Esta primera estimación quedó descartada, pues la datación de la alfarería y el análisis epigráfico de las inscripciones “hms” realizadas sobre tres de las vasijas en tinta roja, sitúan el tesoro entre finales del siglo X y el VIII aC, unos 150 años después del reinado de David.
La Biblia señala que Estemoa era una de las 48 ciudades Levíticas, reservadas para los descendientes del sacerdote Aarón, de acuerdo con el libro de
Josué 21:14 y 41.
Por ello, el arqueólogo Yeivin, basándose en el carácter administrativo que tendría Estemoa y de la traducción de la inscripción “quinto” o “cinco”, opina que
el depósito de plata formaría parte de la recaudación de algún tipo de impuesto con este nombre, similar al conocido “ma´aser” o diezmo.
OTROS HALLAZGOS SIMILARES
También se han localizados en Palestina otros depósitos conteniendo trozos de plata y fragmentos de joyería en menor cantidad. En este sentido cabe destacar los yacimientos de Meguido, Gezer, Siquem, Arad y especialmente Dor.
El tesoro de plata hallado en la ciudad costera de Dor, al sur de Haifa, es el segundo más importante en cuanto a su cantidad, unos 8,5 kilogramos. Guardado igualmente en una vasija, presenta ciertas características diferenciadoras al de Estemoa.
Según Ephaim Stern, arqueólogo que lo descubrió en 1995, se trata de los recursos económicos que dispondría un comerciante fenicio entre los siglos IX y X aC, y por alguna razón no pudo recuperarlo del lugar donde lo guardaba (en este periodo, la ciudad de Dor era habitada por los fenicios).
Por otro lado, la plata está cortada en trozos y separadas en bolsas de lino cerradas por un sello de arcilla con la misma estampación (bullae). El número total de bolsas recuperadas del interior de la vasija es de 17. Cada una contiene 490,5 gramos, posiblemente constituye una unidad de pago desconocida.
El análisis de la plata de Dor presenta un contenido de un 11% de oro. Por ello, algunos autores como Samuel Wolf, llegan a pensar el posible origen ibérico de la plata, procedente de las minas de Río Tinto y Cástulo del sur de España.
Los trozos de plata al peso, se utilizaban como elementos de cambio anteriormente a la acuñación de monedas. Estas aparecen en el siglo VI aC, con imágenes estampadas que identificaban a personas o estados que garantizaban el valor de su peso. Como ejemplo, la moneda hallada en marzo de 2008 en las excavaciones de Jerusalén (1), un siclo (shekel) tirio con 13 gramos de plata, que lleva la imagen del dios fenicio Melqart en el anverso y un águila en el reverso, y que ha sido datada en el 22 dC.
(1) Autoridad Antigüedades de Israel http://www.antiquities.org.il/article_Item_eng.asp?sec_id=25&subj_id=240&id=1353&module_id=#as
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